Publicaciones Recientes
2024-04-01 08:30:00 -0600
2024-02-01 09:47:00 -0600
2024-01-01 09:00:00 -0600
2024-01-01 08:00:00 -0600

Sácale jugo a los descuentos sin exprimir tu presupuesto

¿Oferta es sinónimo de ahorro? No necesariamente.

Procuraduría Federal del Consumidor | 05 de febrero de 2013

¿Te has preguntado si todas las ofertas y promociones son sinónimo de ahorro? La respuesta muchos la hemos aprendido “a la mala”.

Porcentajes de descuento, devolución del IVA, dinero electrónico, ofertas agrupadas del tipo “compra esto y llévate este otro”, de bloque como el famoso “2 por el precio de 1” (o 3 x 2), entre muchas otras, nos ponen a los consumidores en un verdadero dilema: ¿Me lo llevo o no me lo llevo?

Y no es para menos, saber si algo nos conviene o no es más difícil de lo que parece. Las rebajas y otras promociones como los “meses sin intereses” pueden ser una buena forma de adquirir bienes a los que de otra forma no podríamos aspirar; sin embargo, también pueden convertirse en un auténtico descalabre financiero.

¿Sabes cómo identificar cuándo una oferta o promoción te conviene? En este artículo te explicamos cómo funcionan y te damos algunas herramientas para que puedas sacarles provecho (o “la vuelta” si es necesario).

DE “OPORTUNIDADES ÚNICAS”, REBAJAS Y OTROS DEMONIOS

El concepto de oferta es muy sencillo. Se trata de la venta de un producto rebajado de precio, lo cual representaría pagar una menor cantidad de dinero por un mismo producto que en condiciones normales costaría más.

Sin embargo, a pesar de la sencillez de la definición y de que todos estamos habituados a verlas constantemente en el mercado, muchas veces nos quedamos con la duda de si estamos aprovechando una “oportunidad” o si en realidad sólo nos estamos generando gastos innecesarios.

Para tomar una mejor decisión es necesario conocerlas más a fondo.

PROMOCIONES PARA PAGAR MENOS (% DE DESCUENTO, 2X1, 3X2, ETC.)

¿De qué se trata?

Es una de las ofertas más sencillas. A las que más estamos habituados son las de porcentajes de descuento que se le restan al precio final del artículo.

Ejemplo

Si el precio del bien es de $200.00 y el descuento que nos hacen es de 25%, sólo tendríamos que pagar $150.00, por lo que el artículo en cuestión, gracias al descuento, hará que paguemos $50.00 menos que si lo hubiéramos adquirido fuera de oferta.

Cómo calcularlo

Mediante operaciones sencillas puedes saber qué cantidad vas pagar. Lo primero que hay que hacer es a 100 (siempre será 100 independientemente del valor del producto) restarle el porcentaje de descuento que te ofrecen. En el caso del ejemplo:

100-25=75

El resultado de esta operación lo vamos a dividir entre 100 (es mu|y fácil, sólo recorre el punto decimal dos espacios a la izquierda)

75 / 100 = .75

Este resultado lo vamos a multiplicar por el valor total del producto

200 * .75 = $150.

En qué fijarte

Como bien sabes, en México estamos inmersos en una economía de libre mercado, esto significa que cada proveedor puede fijar el precio de sus productos en el monto que considere adecuado, no el gobierno.

Es por esto que encontramos lugares que ofrecen el mismo producto a un precio menor, pues algunos justifican tener un precio mayor debido a la atención, ubicación, instalaciones, capacitación de vendedores, comodidades del inmueble, entre otras tantas razones que pueda haber.

Estas variaciones en el precio hacen que iguales productos con iguales porcentajes de descuento –o incluso sin ellos– tengan distintos precios finales. Por ejemplo, si un mismo producto cuesta en la “tienda A” $100 y en la “tienda B” $150, pero en esta última tiene un descuento de 20%, sigue siendo mejor comprarlo en la tienda A, pues al realizar las operaciones correspondientes tenemos lo siguiente:

100 - 20 = 80 (100 – descuento)

80/100 = .80

.80 * 150 = $120 (.80 * precio)

En este ejemplo podemos ver muy claramente cómo en la “tienda A”, a pesar de que no se tenía ninguna promoción, el precio final, que es lo que vamos a pagar, es menor que en la “tienda B”, donde se ofrecía un 20% de descuento.

Por eso, es importante no dejarse llevar por las ofertas sin antes comparar los precios. En el mercado nacional encontramos tiendas que permanentemente tienen promociones y descuentos. En estos casos es donde más alertas debemos estar, ya que, regularmente, lo que han hecho estos proveedores es elevar su precio para después generar interés en sus productos a partir de ofertas y promociones.

Ten cuidado

Si ya tenías programado comprar algún producto y lo encontraste con alguna oferta o descuento, ¡Felicidades! Estás generando un ahorro. Pero, por el contrario, comprar artículos que no tenías planeado adquirir sólo por “no dejar pasar la oportunidad” no cuenta como un ahorro. Al contrario, es un gasto que estás realizando de improvisto, por lo que le debes de dar el mismo peso que le das a todos los gastos no programados.

Comprar artículos más baratos, que no te son necesarios o que no tenías programado comprar, no es un ahorro, sino un gasto y así es como debes de considerarlo.

No te confundas

El famoso “Llévelo, llévelo al 2x1” (o 3x2), o promociones por el estilo, no son un descuento, ya que si bien al final pagarás cada producto a un menor costo, tendrás que comprar o tener más artículos de los que quizá quieras.

Estas promociones son útiles cuando ya tenías contemplado comprar la totalidad de productos que te van a dar o que consumes regularmente y que, además de almacenarlos, no se van a echar a perder.

Si no es así, piensa que, en muchos casos, lejos de generar un ahorro vas a tener un gasto mayor por artículos que no necesitabas.

PROMOCIONES DE TIEMPO (“COMPRE HOY Y PAGUE EN CIEN MESES SIN INTERESES”)

¿De qué se trata?

Un principio financiero dice que el dinero vale más hoy que mañana. Esto se debe a distintas circunstancias, como las tasas de interés, la inflación, entre otras tantas que no es necesario entrar a describir en este artículo.

En este principio se basan las promociones que tienen algo que ver con el tiempo, por lo que si eres organizado puedes sacarles ventaja. Por el contrario, si no tienes orden en tus finanzas personales, ten mucho cuidado, porque este tipo de promociones pueden hacerte mucho daño.

Para acceder a ellas es necesario que cuentes con una tarjeta de crédito, ya que vas a usar dinero que todavía no es tuyo.

Ejemplo:

Una televisión cuesta $12,000 y está a 12 meses sin intereses. Al revisar tu cuenta del banco, observas que no te alcanza para pagarla de contado, por lo que decides aprovechar la promoción. Esto hará que, mes con mes, pagues una doceava parte de la televisión.

Para calcularlo es muy sencillo, es sólo cuestión de dividir el precio total del producto entre el número de meses, en este caso será:

$12,000 / 12 meses = $1,000

En que fijarte

Antes de tomar la decisión de endeudarte por un largo periodo tienes que tomar en cuenta varias cosas:

De cuanto será el pago mensual y si con tu nivel de ingresos y gastos puedes hacerles frente.

Aunque muchas veces parece que es poco lo que pagaremos mes con mes, esos “paguitos” se van juntando y llegan a ser mucho dinero. Revisa cuánto debes y cuánto te falta para pagar las otras compras que hayas hecho de esta misma forma.

Es muy común que cuando hacemos la división y vemos cuánto estaríamos pagando mensualmente, lo veamos como algo accesible y olvidemos evaluar si estamos realizando la compra por necesidad o por impulso.

Puede ser que, en el momento de hacer la compra, tus finanzas estén listas para soportar esta carga extra, pero que a corto o mediano plazo tengas planes de comprar algún otro bien con crédito y que esta compra haga que tengas que posponer la otra que llevas planeando por mucho tiempo. Por ello, no es suficiente ver si puedes hacer frente en el momento de la compra, sino que analices a largo plazo.

Piensa que los gastos de algunos meses son mayores que los de otros. Por ejemplo, por inscripciones de los hijos a la escuela, compra de útiles escolares, cumpleaños, vacaciones, etcétera, y que esos meses posiblemente entren en el periodo de compra y se juntarán con tu mensualidad.

Cada mes que no pagues completo lo que corresponde, implicará que aumente el costo final total del artículo que compres, por lo que no conviene retrasarse en los pagos.

Piensa que, según el tipo de bienes que consumas, en muchas ocasiones quizá ya estés buscando renovar el producto que adquiriste y sigas pagándolo, o simplemente estés pagando algo que ya no usas. Esto no tiene nada de malo, siempre y cuando estés consciente desde el momento de la compra que así va a ser y que, a pesar de eso, consideras conveniente buscar estos financiamientos.

Ten cuidado

No es lo mismo meses sin intereses que pagos fijos a determinado número de meses o mensualidades. Si no dice la frase “sin intereses” y el Costo Anual Total (CAT) no es igual a cero, el establecimiento está cobrando una comisión por financiar tu compra.

Para saber cuánto estarías pagando de más por diferir tus pagos, es tan simple como multiplicar la mensualidad o pago semanal, por el número de pagos que tendrás que hacer, y a eso restarle el valor del bien si lo pagaras en una sola exhibición. Esa diferencia es lo que el establecimiento te está cobrando para que adquieras tu producto mediante financiamiento.

No te confundas

Saber usar los meses sin intereses puede hacer que compres algunas cosas antes de que logres juntar la cantidad total que cuesta el bien, pero hacerlo de forma irresponsable puede generarte problemas importantes en tus finanzas personales.

También puede ayudarte a generar ahorros, ya que si cuentas con el dinero total del bien y en vez de darlo todo con la compra lo tienes en una cuenta que te genera intereses, por más chica que sea la tasa de interés, tu dinero te estará dando rendimientos con el paso del tiempo.

Los meses sin intereses no son un descuento, son un financiamiento: saber financiarse de forma adecuada puede generarte beneficios, hacerlo de forma irresponsable o sin realizar adecuadamente los cálculos, afectará tus finanzas.

OTRO TIPO DE OFERTAS

Monederos electrónicos y otro tipo de abonos

A pesar de que, en términos generales, los programas de lealtad nos generan un beneficio, es importante tener en cuenta que su uso está condicionado a que la compra, acumulación de puntos o cualquier mecanismo de este tipo, debes de hacerlo la misma cadena o tienda.

Si tienes pensado realizar varias compras en la misma tienda y estos programas ayudan a que después de la primera compra el resto sea más barato, estás haciendo un buen uso de estos instrumentos. Por el contrario, si estos abonos hacen que compres cosas que no tenías programadas, o que tu gasto aumente para completar la diferencia con algún otro producto, al final del día estás gastando más y afectando a tus finanzas personales.

Rifas, sorteos y demás

Las tiendas tratan de generar incentivos a que consumas, otorgando acceso a rifas o sorteos en la compra de determinados montos o cantidad de productos. Nuevamente, si tus compras ya estaban programadas, comparaste precios, calidad y la mejor opción de compra te da este tipo de extra, tendrás la oportunidad de ganar lo que se esté sorteando.

Si por el contrario, sólo compras con el objeto de tener acceso a la rifa, evalúa si es el mejor sorteo o juego de azar en el que puedes participar por el monto gastado.

RECOMENDACIONES GENERALES

Según el tipo de productos suele haber temporalidades en las ofertas. Por ejemplo, en la ropa, los cambios de temporada conllevan rebajas de las temporadas anteriores. También, en ocasiones, los electrónicos tienen descuentos cuando llegan al mercado nuevos productos con mejoras tecnológicas.

Cada mercado tiene sus costumbres y formas de funcionar. Por lo que es recomendable que evalúes qué tan próximo te encuentras de estas temporalidades y qué tan necesario es el producto que desees adquirir.

Muchas personas creen que las ofertas son siempre falsas y que los proveedores de alguna forma nos engañan. Esto es falso, ya que a pesar de que algunos proveedores traten de hacerlo, en la mayoría de los casos las ofertas también tienen una utilidad para los proveedores, pues pueden servir como un mecanismo de publicidad. Limpiar inventarios, abrir el espacio para las nuevas temporadas, recuperar la inversión de algún producto que no ha tenido el éxito esperado y generar lealtad de los consumidores, son algunos factores que influyen para que haya promociones.

La mejor forma de comprar con o sin promociones, siempre será comparando precios, calidades, haciendo un análisis de nuestros alcances financieros y evitar las compras por impulso.

Tal cantidad de información llega a generar enormes confusiones, sobre todo cuando aprovechamos o dejamos pasar alguna promoción u oferta especial, o nos sorprendemos de que, a pesar de que siempre compramos las cosas en oferta, no podemos pagar la tarjeta de crédito.

Si utilizas este material, por favor cita al boletín electrónico Brújula de compra de Profeco.

Por Alejandro Celis Albarrán 
 

Contesta nuestra encuesta de satisfacción.
¿Cómo fue tu experiencia en gob.mx?

Imprime la página completa

La legalidad, veracidad y la calidad de la información es estricta responsabilidad de la dependencia, entidad o empresa productiva del Estado que la proporcionó en virtud de sus atribuciones y/o facultades normativas.