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Papá, mamá, hablemos de ahorro y consumo

¿Te suena la frase “me das mi domingo”? Tal vez has recibido alguna moneda o billete por tu buen comportamiento o rendimiento escolar y con ello alguien o tú compras una golosina de la tienda de la esquina, o posiblemente con ese dinero vas haciendo un guardadito en la alcancía de cochinito para comprar aquello que tanto quieres, como un juguete.

Procuraduría Federal del Consumidor | 11 de marzo de 2016

Se cuentan diversos orígenes de la tradición de dar domingo, tanto en México como en otros países, que no podemos citar alguno como el principal, sólo sabemos que esta costumbre ha pasado de generación en generación. Pregunta a tus papás si a ellos les daban su domingo. 

Uno de los objetivos al darte este incentivo es que vayas aprendiendo a utilizar el dinero; sin embargo, no siempre sucede así. Ante esta situación, surge la educación financiera, para informarte y orientarte sobre las decisiones que tomes con tu dinero. En esta Brújula de Compra te daremos algunos consejos para darle un buen uso al dinero y recomendaciones para cuando vayas a comprar algún bien.

UN JUEGO DE PALABRAS

A continuación te presentamos algunas palabras con su significado que te ayudarán a comprender mejor este artículo y posteriormente te invitamos a encontrarlas en la sopa de letras:



¿Encontraste todas las palabras? Si no fue así, aquí están las respuestas

CAMINITO AL AHORRO

Todo empieza por una necesidad, esa sensación de que algo te falta o que es indispensable para vivir; o bien a tu edad podría ser por un deseo, aquello que tanto anhelas. Sin embargo, es importante que distingas entre una necesidad y deseo, te lo explicamos con algunos ejemplos: alimentarte o hidratarte sería una necesidad y el deseo sería si especialmente se te antoja una torta de jamón y agua de limón para cubrir esas necesidades. Otro ejemplo: necesitas para caminar unos zapatos, pero si los quieres precisamente de algún modelo o diseño, se convierte en deseo. 

Para cubrir estas necesidades y deseos, papá o mamá ganan dinero (ingresos) por realizar alguna actividad en una empresa o por cuenta propia, es decir, en un negocio familiar. 

Con este dinero pueden comprar los productos que hacen falta en casa o pagar por servicios que otorgan otras empresas como la energía eléctrica o el agua. Estos productos o servicios tienen un precio por su adquisición que tu familia deberá pagar con el dinero que previamente obtuvieron. 

Pero no se trata de ganar dinero y gastarlo inmediatamente. Es muy importante aprender a tomar decisiones dando prioridad a lo que realmente necesitas. Una herramienta muy útil para ti y para tu familia que les ayuda a planear y organizar el uso del dinero es el presupuesto. En él podrán registrar, de manera anticipada, el dinero que tienen disponible y las compras o pagos a realizar en un determinado periodo de tiempo (semanal, mensual, etc.).

Es muy fácil realizarlo, solo es cuestión de sumas y restas: al total de los ingresos le restas el total de la suma de los gastos. Puedes hacerlo en una hoja de papel, en un archivo en tu computadora o en la aplicación para celular Presupuesto Familiar que diseñó la Condusef. Para saber cómo descargarla y utilizarla, da clic aquí.  

Además en el presupuesto puedes considerar el concepto del ahorro, que es destinar una parte del dinero, ya sea de lo que te queda de la resta de los ingresos menos gastos, o considerar un porcentaje de los ingresos. Otra forma de ahorrar es cuando gastas menos, por ejemplo si decides no comprar una golosina saliendo de la escuela. Esta cantidad podrás utilizarla posteriormente para conseguir una meta que se hayan propuesto, por ejemplo, unas merecidas vacaciones, o para aquellos imprevistos, como asistir al médico en caso de una enfermedad. 

Considera que el ahorro debe ser constante; conlleva un compromiso pues es un hábito que te servirá toda tu vida para obtener lo que te hayas propuesto. Pero ¿en dónde se guarda ese dinero? Como platicamos al principio, probablemente ese dinero lo guardas en una alcancía. Sin embargo, existen las instituciones financieras, mejor conocidas como bancos, que tienen un producto para administrar tu dinero, llamado cuenta de ahorro. 

MI PROPIA CUENTA BANCARIA

Los bancos ofrecen cuentas de ahorro en las cuales puedes depositar tu dinero y, según el tiempo que ese dinero permanezca ahí, el banco te da intereses (expresados en porcentaje). Esto significa que tendrás un dinero extra de lo que has ahorrado; por ejemplo: si ahorras en un año una cantidad de $2,400 y el banco te ofrece un interés de 2% anual, al finalizar el año obtendrás $2,448.

Para obtener estos intereses, algunos bancos te piden conservar en tu cuenta una cantidad de dinero mínima en un tiempo determinado, a esto se le conoce como saldo promedio mínimo. Además, al mantener esta cantidad pueden ofrecerte algunos premios, promociones o sorteos.  

Por tener una cuenta de ahorro, el banco te otorga una tarjeta de débito (tarjeta de plástico) con la cual podrás retirar dinero de los cajeros automáticos, esas máquinas que seguramente has visto en centros comerciales que dan dinero al introducir una tarjeta. Recuerda, por seguridad, ir siempre acompañado o acompañada de una persona adulta. Y si extravías la tarjeta, tendrás que pagar un costo por su reposición.

Obtener una cuenta como esta implica una gran responsabilidad, pues estarás pendiente de los montos que has ahorrado, los intereses generados y el tiempo que te falta para cumplir tu meta, si es que tienes alguna.   

Los requisitos que los bancos comúnmente solicitan para abrir una cuenta de ahorro infantil son:

    1. Identificación oficial con fotografía (de tu papá o mamá).
    2. Comprobante de domicilio.
    3. Depósito mínimo de apertura, es decir, la primera cantidad de dinero para depositar en la cuenta. 
    4. Tu acta de nacimiento.

Estos documentos los llevarás acompañado de tu papá o mamá a la sucursal del banco que hayan elegido. A continuación te presentamos un cuadro comparativo de las cuentas que ofrecen los diferentes bancos, pide ayuda a tus papás para que juntos consulten la información:

Ante cualquier queja de las instituciones financieras o bancos, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) los atiende y orienta. Si viven en el Distrito Federal el teléfono de atención es (55) 53 40 09 99; para el resto del país  01 800 999 80 80.

Y si deseas conocer más sobre educación financiera, visita los siguientes sitios de internet en los cuales podrás encontrar guías, juegos para divertirse y aprender en familia, historietas, etc.

Condusef, Educación  financiera: http://www.condusef.gob.mx/Sitio_Ed_Fin/index.html 

Condusef, Sección  infantil: http://www.condusef.gob.mx/Sitio_Infantil/ 

Condusef, Juegos de Educación  financiera:  http://www.condusef.gob.mx/Revista/index.php/usuario-inteligente/educacion-financiera/500-conoces-los-juegos-de-educacion-financiera 

Mi Banxico: http://www.banxico.org.mx/mibanxico/ 

También, en el Museo Interactivo de Economía (MIDE) podrás aprender temas relacionados con la economía y finanzas, puede ser una buena opción para disfrutar este día del niño o de la niña.

LLEGÓ LA HORA DE COMPRAR

Si has cumplido tu meta de ahorro y tienes el dinero disponible para lo que te propusiste comprar como recompensa a tu esfuerzo y disciplina, es importante que también consideres algunos consejos para adquirir el producto o servicio. 

La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) es la institución encargada de proteger tus derechos en el consumo. ¿Sabes cuáles son estos derechos? A continuación enlistamos los 7 derechos básicos, da clic en cada uno para ver el video correspondiente:

Ahora bien, te presentamos las siguientes recomendaciones para antes, durante y después de tu compra, con la finalidad de que te conviertas en un consumidor o consumidora informada y responsable:

  • Para decidir dónde comprar, compara el precio en al menos tres tiendas (proveedores). Puede ser que acudas directamente al establecimiento o ingreses a su página de internet. Pide ayuda a una persona mayor. Además, compara las características del producto: materiales, durabilidad, otros componentes, etc.
  • No te dejes llevar por los anuncios que ves en la televisión o en algún otro medio. Analiza si el producto realmente te hace falta y si es acorde a tu edad.
  • Adquiere los productos en el mercado formal, es decir, aquellas tiendas que se encuentran establecidas generalmente en un solo lugar (local), pues si tu producto tiene algún defecto sabrás dónde está la tienda para reclamar.
  • No quieras comprar todo lo que te encuentres en la tienda. Piensa en el tiempo que has ahorrado tu dinero como para gastarlo en un solo momento.  
  • Revisa el empaque (caja) del producto y lee sus etiquetas. En ellas encuentras información sobre las instrucciones, recomendaciones y advertencias de uso.  
  • No te quedes con dudas de las características y funcionalidad del producto o de su precio; pregunta al personal encargado de la tienda.
  • Al momento de pagar, dile a papá o mamá que deben recibir un comprobante de compra; es un papel donde se especifican los datos de la tienda, el producto que adquiriste y el precio que pagaste. Es muy importante que les entreguen este papel, pues será necesario en caso de alguna reclamación por defecto de tu producto.
  • Y si el proveedor no les respeta el precio, o tienen algún desacuerdo, llamen al Teléfono del Consumidor 5568 8722 en el Distrito Federal, o al 01800 468 8722 en el resto del país.

Finalmente, te invitamos a leer la sección de “Pequeños consumidores” en la Revista del Consumidor, en ella encontrarás otros consejos y recomendaciones de consumo.

Deseamos que este artículo haya sido útil para que puedas darle un mejor uso al dinero que recibes, no importa la cantidad, lo que vale es lo que haces con él.

LA RECOMENDACIÓN PARA MAMÁ O PAPÁ

De acuerdo con el Dr. Lewis Mandell, especialista en finanzas en Estados Unidos, otorgar dinero de manera regular las o los pequeños ayuda a la construcción de su responsabilidad, ya que a medida que crecen van realizando actividades de forma independiente. Además, se fomenta el hábito del ahorro y aprenden sobre el presupuesto.

Sin embargo, Mandell encontró en diversos estudios que por sí sola esta costumbre no ha sido muy útil para la educación financiera. La importancia radica en que papá o mamá comuniquen el propósito y las reglas de asignación de este dinero para que no sea visto como un derecho a recibirlo, así como compartir más los temas financieros de la familia con el niño o la niña.

Se podría pensar que hablar de los ingresos, gastos o hasta las deudas de la familia provocará ansiedad o angustia en la o el menor. Pero en lugar de mantener en secreto estos temas, la recomendación principal es encontrar el momento oportuno y platicar de manera didáctica, pues esta educación a temprana edad les ayudará a tener un mejor futuro financiero y alcanzar sus metas.

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