Publicaciones Recientes
2024-04-01 08:30:00 -0600
2024-02-01 09:47:00 -0600
2024-01-01 09:00:00 -0600
2024-01-01 08:00:00 -0600

El derecho a una alimentación saludable

No cabe duda, la alimentación es una de las necesidades más básicas del ser humano. En 1943, al construir su jerarquía de necesidades humanas, el psicólogo Abraham Maslow colocó a la alimentación en el grupo de necesidades más importantes, las fisiológicas, por encima de las relacionadas con la seguridad, afiliación, reconocimiento y autorrealización.

Procuraduría Federal del Consumidor | 14 de marzo de 2016

En 1948, el derecho a la alimentación fue incluido, por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, en la Declaración Universal de Derechos Humanos. Pero no es sólo que tengas derecho a la alimentación, también como consumidor o consumidora tienes derecho a contar con la información necesaria para tomar las decisiones que te permitan tener una alimentación que se adecue a tus necesidades y con ello disfrutar de una vida más saludable.

En esta edición de Brújula de Compra te decimos, con motivo del Día Mundial de los Derechos del Consumidor a celebrarse el 15 de marzo, algunos datos sobre la importancia de la alimentación y te propondremos algunos cambios en tus hábitos alimenticios que puedes adoptar para mejorar tu salud y prevenir enfermedades futuras.

UN POCO DE HISTORIA

Durante buena parte de la historia las enfermedades transmisibles, como la viruela y el cólera, representaron la mayor causa de preocupación en cuanto a salud a nivel mundial. En 1990, en América Latina y el Caribe la proporción de muertes a causa de enfermedades transmisibles era de 42%.

Con el avance de la medicina, la mejora en las condiciones de higiene, el descubrimiento y aplicación masiva de vacunas y las mejoras en los sistemas de salud de gran parte del mundo, la esperanza de vida ha aumentado y las enfermedades transmisibles han reducido su importancia como problema de salud. Por ejemplo, para 2002 la proporción de muertes causadas por enfermedades transmisibles en América Latina y el Caribe se redujo a tan sólo 18%.

Por otra parte, el tabaquismo, alcoholismo y las enfermedades cardiovasculares se han convertido en las principales causas de muerte. La atención a estas enfermedades, a diferencia de las transmisibles, requieren de acciones que van más allá de las que brindan directamente los servicios de salud, tales como la atención a los hábitos (aumento de la actividad física, mejora en la alimentación, dejar de fumar, etc.) y a factores sociales y ambientales (estrés, contaminación, etc.).

Uno de los factores de mayor importancia para reducir la incidencia de enfermedades no trasmisibles es llevar una adecuada alimentación. El aumento en el consumo de alimentos procesados con alto contenido de grasas, azúcar y sal se ha convertido en causa de grandes problemas de salud a nivel mundial.

MALA ALIMENTACIÓN; UN PROBLEMA CON PRESENCIA EN MÉXICO

En el libro “La alimentación de los mexicanos. Cambios sociales y económicos, y su impacto en los hábitos alimenticios” publicado por CANACINTRA y realizado por Pedro García Urigüen se dan a conocer algunos cambios que han tenido los hábitos alimenticios en México a lo largo de las últimas décadas.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012, en aquel año, la tercera parte de los niños y niñas de 5 a 11 años de edad padecían de sobrepeso u obesidad, así como el 35% de las y los adolescentes mexicanos. Sin embargo, el problema es aún mayor en personas mayores de 20 años: el 73% de las mujeres y 69% de los hombres presentaba alguno de estos padecimientos. 

Estas cifras, de por sí preocupantes, ponen de relieve la mala alimentación en México y las repercusiones que ésta tiene para la salud de los y las mexicanas. No en balde la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha etiquetado a la obesidad y el sobrepeso como la epidemia del siglo XXI. Éstas ocasionan la muerte de por lo menos 2.8 millones de personas adultas anualmente y representa el 44% de la carga de diabetes, 23% de la carga de enfermedades del corazón y entre 7 y 41% de la carga de cánceres atribuibles a dichos problemas.

CÓMO HA CAMBIADO LA ALIMENTACIÓN DE LAS Y LOS MEXICANOS

Según el libro antes mencionado, en 1965 las necesidades energéticas en México por persona eran de 2,092 kcal/día aunque el suministro promedio fue de 2,626 kcal/día; esto quiere decir que las y los mexicanos consumíamos en promedio 534 kcal/día de más. Esta cifra casi se duplicó en el 2000, cuando las necesidades energéticas por persona pasaron a 2,182 kcal/día, mientras que el consumo fue de 3,159 kcal/día; es decir, 877 kcal/día arriba de lo sugerido.

Este aumento en las calorías consumidas procede, principalmente, del mayor consumo de grasas. A mediados de los sesentas las grasas aportaban el 18.1% de las calorías consumidas por las y los mexicanos; para el año 2000 esta cifra aumentó a 24.7%. La participación de los carbohidratos en el aporte de calorías ha ido disminuyendo y la de las proteínas se ha mantenido. 

Por otra parte, el consumo de tortilla, que tradicionalmente ha sido uno de los pilares de la dieta mexicana y una de las fuentes más importantes de fibra y proteína, disminuyó considerablemente. En 1980 el consumo de tortilla por persona era de 144.9 kg al año y para el año 2008 pasó a tan solo 78.4 kg. Esto contrasta con el aumento en el consumo de productos derivados de la panadería y pastelería industrial que pasó de 0.0006 kg a 18 kg por persona en el mismo periodo. 

Otro alimento tradicionalmente mexicano, el frijol, ha disminuido su consumo en nuestro país. En 1980, el consumo anual de frijol por habitante fue de 20.6 kg. Para 2008 este consumo fue de apenas 11 kg, lo que significa que se redujo a casi la mitad.

Y ¿CÓMO ES ACTUALMENTE LA ALIMENTACIÓN DE LAS Y LOS MEXICANOS?

La alimentación de las y los mexicanos está determinada, además de por la edad y las preferencias de cada persona, por factores socioeconómicos, culturales e incluso geográficos.

Así por ejemplo, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional del Gasto de los Hogares (ENGASTO) 2013, en ese año un hogar ubicado en el norte de México gastó en promedio veintiún veces más en machaca y carne seca, y cuatro veces más en tortillas de harina, de lo que gastó un hogar ubicado en cualquier otra parte del país en los mismos productos. En cambio, un hogar ubicado en alguno de los estados de Chiapas, Guerrero o Oaxaca, gastó en promedio cuatro veces más en maíz y café en grano de lo que gastaron los hogares ubicados en el resto de los estados del territorio nacional.

La condición socioeconómica es uno de los factores más relevantes para determinar la alimentación de las personas. En la siguiente tabla se muestra qué proporción de su ingreso que destinan en promedio los hogares mexicanos a la compra de alimentos para su consumo dentro y fuera de casa. El decil I representa al 10% de la población que recibe menos ingresos y el decil X al 10% de la población que recibe más.

Se puede observar que conforme más ingreso se tiene, menor proporción de éste se destina a la alimentación. Esto no quiere decir que en términos de pesos y centavos los hogares con mayores ingresos gasten menos en alimentos; sólo que su gasto en alimentación representa una parte más pequeña de lo que ganan.

Pero no sólo es una cuestión del gasto destinado a ellos; la composición y el tipo de alimentos que se adquieren y consumen también están determinados en gran medida por las condiciones socioeconómicas. Mientras que en la alimentación de los hogares con más bajos ingresos tienen especial importancia el pan, los cereales, las verduras y los tubérculos, conforme las condiciones socioeconómicas son mejores, toman importancia las frutas, carne, huevo y lácteos, lo que se traduce en una dieta más variada.

EL DÍA MUNDIAL DE LOS DERECHOS DEL CONSUMIDOR

Cada 15 de marzo, desde 1983, distintas organizaciones dedicadas a proteger los derechos de las y los consumidores celebran el Día Mundial de los Derechos del Consumidor (DMDC) para promover sus derechos básicos, organizadas por Consumers International (CI), la federación mundial de grupos de consumidores y consumidoras. 

Este año CI ha propuesto como tema de este evento el derecho a la alimentación, así como la promoción de cuatro actividades prioritarias:

    1.Reducción del consumo de azúcar

El consumo excesivo de azúcar es un importante factor de riesgo para desarrollar obesidad, diabetes tipo 2, y se ha asociado con el aumento en la incidencia de síndrome metabólico y enfermedades cardiacas. 

Algunos productos como la leche y las frutas contienen azúcar de manera natural y no añadida, como la que se encuentra en las bebidas envasadas y en diversos productos responsables del aumento de 20% observado a nivel mundial en el consumo de azúcar de 1966 a 2009.

Reducir el consumo de bebidas endulzadas y productos con azucares añadidos pueden hacer una gran diferencia en tu salud a largo plazo. Esto a su vez te podría facilitar otros hábitos de alimentación saludable. Se ha hallado evidencia que muestra que las bebidas endulzadas son, por lo general, consumidas de manera rápida y no proveen la misma sensación de satisfacción que los alimentos sólidos. Asimismo, se tiene conocimiento de que las dietas altas en azúcares pueden fomentar que se coma aún más.

    2. Reducción del consumo de sal

De acuerdo con un artículo escrito en el Journal of Human Hypertension (Revista de Hipertensión Humana) en 2009, si se redujera el consumo de sal en tan sólo 6 gramos diarios, se podrían evitar cerca de 2.5 millones de muertes cada año.

El alto consumo de sal puede provocar hipertensión arterial, la cual a su vez, es responsable por más del 60% de los infartos y 50% de las enfermedades cardiacas. La Organización Mundial de la Salud clasifica a la presión alta como una de las más importantes causas de muerte prematura. La evidencia sugiere que, por encima de otros factores como el sobrepeso, el bajo consumo de frutas y verduras y la falta de ejercicio físico, el elevado consumo de sal es la principal causa de hipertensión.

Por estos motivos, reducir el consumo diario de sal es una de las tareas más importantes a realizar en favor de nuestra salud. La OMS recomienda limitar el consumo diario a 5 gramos en personas adultas y a 2 gramos en niños/as.

    3. Revisar el etiquetado de productos preenvasados

Te hemos ya comentado sobre los beneficios que traerá a tu salud la reducción del consumo de sal y azúcar. Probablemente ahora estés pensando que la reducción en el consumo de estos ingredientes sería más sencilla si conocieras el contenido de sal y azúcar en los productos que consumes. Y es aquí en donde entra la tercera acción propuesta con motivo del DMDC.

De acuerdo con Consumers International, la mayor parte del consumo de los ingredientes antes mencionados se debe a su elevada presencia en productos envasados y procesados. Así, es probable que estés ingiriendo una elevada cantidad de ellos sin darte cuenta, por lo que es recomendable que revises las etiquetas y compares antes de adquirir los productos que consumes.

La Norma Oficial Mexicana NOM-051-SCFI/SSA1-2010, Especificaciones generales de etiquetado para alimentos y bebidas no alcohólicas preenvasados-Información comercial y sanitaria establece la forma en que los alimentos y bebidas no alcohólicas deben informar a los y las consumidoras sobre su contenido y características en sus etiquetas o envases. 

Debes saber, por ejemplo, que la lista de ingredientes de un producto los menciona en orden descendente de cantidad. El primer ingrediente que se encuentre listado en una etiqueta o envase será el más abundante. También es importante que conozcas lo que significan algunas leyendas que pueden aparecer en los envases de los productos que consumes:

Revisar las etiquetas y conocer cuáles de los productos que consumes contienen ingredientes cuyo consumo deseas reducir te ayudará a identificar las opciones más sanas y así evitar o reducir la probabilidad de padecer una enfermedad relacionada con la dieta. Algunas etiquetas incluyen “información nutrimental complementaria” en donde puedes conocer qué proporción de la ingesta diaria recomendada contiene el producto.

    4. Promover la alimentación saludable en las escuelas

La inadecuada nutrición y alimentación es un problema grave, pero lo es más si hablamos de niños y niñas. En 1990 había en el mundo 32 millones de niños/as con sobrepeso u obesidad. En 2013 este número aumentó a 42 millones y, de seguir con las tendencias actuales, para el 2025 habrá 70 millones de infantes con esta condición.

Las y los niños con sobrepeso u obesidad tienen mayor probabilidad de ser obesos en su vida adulta y, por tanto, de padecer enfermedades como asma, hipertensión, hígado graso, resistencia a la insulina, trastornos musculoesqueléticos, entre otros. Fomentar adecuados hábitos de alimentación en la niñez es uno de los mejores legados que puedes dejarle a tus hijas e hijos. 

La acción propuesta es que estas cuatro actividades sean promovidas desde los organismos y organizaciones de defensa de los derechos de las y los consumidores; sin embargo, su efectividad radica en que sean adoptadas por las personas y se traduzcan en un cambio de hábitos alimenticios. No es que los resultados sólo los puedas ver como una mejora en alguno de los muchos indicadores que te hemos mencionado; los resultados más importantes se verán reflejados en tu salud y calidad de vida.

Si deseas conocer algunas opciones de platillos saludables, Profeco pone a tu disposición la Revista del Consumidor, en donde encontrarás la sección Platillo Sabio Profeco. También puedes consultarla en laRevista del Consumidor TV o la Revista del Consumidor en línea.

Contesta nuestra encuesta de satisfacción.
¿Cómo fue tu experiencia en gob.mx?

Imprime la página completa

La legalidad, veracidad y la calidad de la información es estricta responsabilidad de la dependencia, entidad o empresa productiva del Estado que la proporcionó en virtud de sus atribuciones y/o facultades normativas.