Ante la violencia que enfrentaban las mujeres indígenas del municipio de Chemax, en Yucatán, APIS Sureste: Fundación para la Equidad, AC, en 2015 fortaleció las capacidades y empoderó a mujeres mayas para prevenir la violencia de género en ese municipio, en colaboración con el Instituto Nacional de Desarrollo Social (Indesol), a través del Programa de Coinversión Social (PCS).

Ya en 2013 dicha organización había realizado un diagnóstico sobre la salud de las mujeres del municipio para conocer las enfermedades, padecimientos o problemas que afectaban su salud sexual y reproductiva. De ese estudio, se concluyó, entre otras cosas, que existe un alto impacto de violencia en la salud de las mujeres, a nivel físico, emocional, mental y social. También que en el ámbito familiar ellas viven maltrato por parte de sus parejas, situación que han normalizado como una forma natural de relación.

Además, se pudo ver la importancia de las parteras, hierbateras y sobadoras en la salud de las mujeres, en especial durante el embarazo y parto, pues son quienes identifican las situaciones de violencia, no obstante, no contaban con los mecanismos necesarios para apoyarlas y canalizarlas para que recibieran la atención adecuada.

Por ello, con recursos del Gobierno Federal destinados a programas sociales a través del Indesol, en 2015 desarrollaron la iniciativa La formación para el desarrollo de capacidades y empoderamiento de las mujeres mayas en la prevención de la violencia en el municipio de Chemax, Yucatán, para así aliarse con la Organización Regional de Médicas Tradicionales del

Oriente del Estado “Ú Ya’ajal Koolé lo’ob kú Tzako’ob” (el despertar de las mujeres que curan) y fortalecer sus capacidades para prevenir y canalizar a personas en situación de violencia y contar con herramientas para atender la problemática.

Para lograr lo anterior, se realizaron reuniones de trabajo e impartieron talleres de capacitación para que las integrantes de la organización de médicas tradicionales pudieran fortalecer sus capacidades de escucha y atención en temas de violencia. Además de diseñar rutas de apoyo para que conocieran qué pasos seguir en su comunidad y a qué instituciones dirigirse para atender esta problemática.

Como resultado de esto, se capacitó a 25 promotoras comunitarias que ya cuentan con información para orientar en zona de residencia a las mujeres que viven situaciones de violencia. Con la intención de poder transmitir sus conocimientos a otras organizaciones de mayas, se elaboró la Guía dirigida a Promotoras para acompañar a mujeres. La escucha, canalización y plan de seguridad.

Asimismo, se realizó un encuentro-homenaje, con la intención de replicarlo anualmente, como un acto de reconocimiento a las promotoras mayas de mayor experiencia, que han marcado la diferencia con su trabajo y colaboración en apoyo a otras mujeres.