En 1954, en una reunión conjunta de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social (CISS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), realizada en Panamá, el IMSS presentó una ponencia titulada “Médico de Familia”, en la que daba a conocer un nuevo modelo de atención a la salud donde la labor del médico no se mediría por las horas de trabajo o por el número de pacientes, sino por la atención de grupos determinados de derechohabientes en una zona específica. Este fue el origen de la Medicina Familiar que formalmente se instituyó en México en 1971.

En 2010 la Organización Mundial de Médicos de Familia y Comunidad (WONCA) declaró el 19 de mayo como Día Mundial del Médico y la Médica de Familia. En dicho marco, es necesario hablar de la especialidad que se centra en la atención de las personas y de las familias, no en las enfermedades o en padecimientos específicos, sino en la especialidad de la prevención.

El especialista en Medicina Familiar realiza una carrera universitaria en Medicina General durante seis años, y después de realizar el Examen Nacional de Residencias Médicas cursa una residencia de tres años donde recibe una instrucción académica en las diferentes ramas de la medicina y sus subespecialidades.

Su trabajo quizá no es tan conocido, pero es de suma importancia. Es la única especialidad médica que cuenta con una metodología para el estudio del paciente y su núcleo familiar, el “Estudio de Familia”, que aborda, desde una perspectiva psicosocial, la dinámica de las relaciones intrafamiliares y su influencia en el estado de salud, así como los recursos y red de apoyo del paciente para su recuperación física, social y mental.

Actualmente se calcula que la Medicina Familiar atiende hasta el 90 por ciento de padecimientos de más de 60 millones de derechohabientes del IMSS. Lamentablemente, desde su nacimiento, la Medicina Familiar en México estuvo asociada únicamente a la seguridad social. En la actualidad sólo el Seguro Social y el ISSSTE contemplan a este personal en su modelo de atención y en sus plantillas.

En contraparte, lo que se llamó Seguro Popular, que no era más que una financiadora de recursos a los gobiernos estatales que, a su vez, decidían muchas veces a discreción como usarían los mismos, jamás contemplaron el modelo preventivo con medicina de familia, tampoco hubo una preocupación en la formación de especialistas de esa y todas las ramas.

Como consecuencia de ello es que hoy la prevalencia de enfermedades como diabetes o hipertensión se presentan en uno de cada tres mexicanos y mexicanas.

El Primer Nivel de atención a la salud en los estados es atendido por médicos generales y, si bien se trata de profesionales con alta capacidad de atención, no tienen las competencias ni la perspectiva preventiva de un médico especialista como lo es el médico familiar.

Hoy con el IMSS-Bienestar buscamos replicar en las unidades de atención a personas sin seguridad social el modelo preventivo del Seguro Social, que ha demostrado tener un mejor control de las enfermedades crónicas y de la atención temprana de muchas otras más.

De esta manera, buscamos que todo nuestro sistema de salud en el Primer Nivel contemple a la persona, a la comunidad y a su entorno con una visión radicalmente preventiva. Para ello, estamos formando 50% más médicos familiares de lo que se formaba en 2018 cuando se tenían 1,337 y para este año son 2,718 en formación.

Con Médicas y Médicos de Familia haremos que todo en México y en el IMSS sea Bienestar.