A 20 años de su nacimiento, la Licenciatura en Enseñanza del Francés (LEF) celebró su onomástico con un ciclo de foros en los que se analizó la ruta hacia donde debe dirigirse la educación en línea, así como cuáles son los retos a los que se enfrenta actualmente. 

Durante el conversatorio titulado Factores clave para la formación en línea, Ramón Benítez García, maestro en Pedagogía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), detalló que la institución debe dar un seguimiento adecuado para que la deserción sea mínima. 

Explicó que “cuando en la institución se pierde el sentido académico queda en segundo plano el sentido pedagógico, y sólo se realiza un control de tiempos y movimientos de estudiantes y sobre todo de docentes, pero se pierde la posibilidad de dar un seguimiento y acompañamiento pedagógico adecuado. Lo que se debe hacer es impulsar y cohesionar los procesos educativos, la asesoría y el aprovechamiento de los medios tecnológicos, pero sin caer en la tecnofilia acrítica”.

En este punto coincidió María Kriscautzky Laxage, responsable de la Coordinación de Tecnologías para la Educación de la UNAM, quien sostuvo que “el estudiante, al no recibir una evaluación en tiempo y forma, sumado a un acompañamiento inadecuado o poco asertivo, explota. Ese es el reto de las instituciones que dan seguimiento a este tipo de proyectos.

“El índice de deserción disminuye cuando hay comunicación presencial, pues creo que cada cierto tiempo se deben programar reuniones grupales. El alumno debe de saber que hay alguien detrás de esa pantalla que se preocupa por él”.

Por su parte, Stephany A. Flores Méndez, supervisora de Prepa en Línea de la Secretaría de Educación Pública (SEP), agregó que para entender el fenómeno del abandono escolar, no sólo en línea, sino también presencial, influyen otros aspectos.

“Se deben de tomar en cuenta los factores extrínsecos e intrínsecos de los estudiantes. Una de las cuestiones que hemos visualizado a lo largo del ingreso de los estudiantes nuevos son las habilidades tecnológicas. Puede ser todo un reto para un alumno que nunca ha tenido un contacto directo con una computadora”.

Destacó que los estudiantes que se aventuran a ingresar a un programa educativo que no sea el tradicional, por ser desconocido, tienen concepciones erróneas de lo que es la educación en línea, pues “hemos tenido experiencias de alumnos que nos dicen que creen que este sistema es ingresar, ver un video y enviar un trabajo, cuando no es así”. 

Comentó que esta concepción de que la educación en línea es fácil “se identifica como ‘chafa’, y no es cierto. Por eso los estudiantes, cuando empiezan y tienen esas preconcepciones, dejan de estudiar, pues creen que no les va a permitir ir al siguiente nivel, como una licenciatura, incluso creen que no es una educación validada por la SEP”. 

En este punto, Kriscautzky Laxage agregó que otro factor que hace que la educación a distancia fracase es concebirla como más barata, más fácil y con mayor posibilidad de cobertura. 

“En general se propone [la educación a distancia] para realizar una cobertura que no se puede lograr con la educación presencial. La educación en línea es maravillosa, se pueden hacer cosas que de otra manera no se podría, como tener una licenciatura avalada por dos universidades; pero no debemos de creer que es la panacea para resolver el problema de la cobertura”.

Agregó que otro factor que impide el aprendizaje de los estudiantes es la carga de trabajo que tienen los profesores, pues “al facilitador (maestro-tutor) se le asignan hasta 70 estudiantes activos, lo que se convierte en una tarea muy pesada para el docente [ya que debe] realizar un acompañamiento robusto, pues tiene que revisar semanalmente 140 actividades”.

Flores Méndez, a su vez, puntualizó que “los profesores que llegan a impartir este tipo de cursos o talleres en línea no siempre tienen una formación pedagógica, pues cuentan con estudios previos de otra rama del conocimiento; sin embargo, hay dos figuras que destacan cuando esto pasa, que son el facilitador y el tutor. El primero es el experto que conoce el tema, mientras que el tutor es quien conoce de pedagogía. Es gracias al trabajo en conjunto como el grupo puede salir adelante”. 

En este punto, Ramón Benítez resaltó que se debería revisar los programas educativos como resultado de una buena o mala gestión institucional, y agregó que “nos debemos preguntar si las instituciones tienen espacios y ofertas para formar a sus docentes en línea, lo que no siempre ocurre. Habría que considerar estos programas y que vayan en la dirección pedagógica coherente.

“Además, los maestros no deben depender del paquete que se les brinda dentro del curso, ellos deben proponer actividades fuera de ese paquete, siempre con miras a mejorar las deficiencias particulares que tengan los alumnos. La educación en línea implica mucha personalización; sin embargo, no significa individualización en todo”.

Tras una pausa, recalcó que en la educación “no sólo se trata de encontrar la modalidad ideal, sino que es un requerimiento, en función de la concepción pedagógica, no sólo enseñar un contenido en concreto, lo que se debe hacer es ayudar a aprender; además, esto requiere una reconceptualización y formación de los docentes, pues ser un profesor en un sistema presencial no es garantía de serlo en uno en línea.

“Creo que la respuesta a los problemas de la educación en línea es metodológico, pero sin olvidar lo curricular. Creo que el currículum debe adaptarse a los campos de desempeño profesional, para poner un ejemplo, yo estudio francés en línea, pero no lo hago porque quiero ir de visita a Europa, quizá lo hago porque soy investigador y hay textos que necesito que sólo están en ese idioma. Quizá debiera pensarse en el aprendizaje de los idiomas asociados a campos de desempeño profesional”. 

Por su parte, Carlos Alberto Martínez, coordinador de cursos externos del Instituto Francés de América Latina (IFAL), señaló que si bien los profesores pueden estar capacitados y tener el conocimiento, el reto entonces es estar actualizados en una era tecnológica tan vertiginosa. 

“Actualmente la plataforma Moodle está rebasada por otros gestores de educación en línea. Así que el reto es actualizar nuestras plataformas para que sean de fácil acceso, que sea más amigable, más visual y que en pocos clics encuentren lo que buscan, algo parecido a las redes sociales”.

A lo largo del ciclo de conversatorios Experiencias y perspectivas en torno a la formación docente en línea, organizada para celebrar los 20 años de la LEF, se realizaron foros para debatir sobre los programas de formación docente en línea y la cooperación interinstitucional e internacional en la formación universitaria, así como talleres y paneles donde exalumnos de la licenciatura intercambiaron sus experiencias.