El pleno goce del bienestar y los derechos en la sociedad mexicana sólo será posible si todos están incorporados a este cambio, señaló David Arellano Cuan, subsecretario de Previsión Social en la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, durante su conferencia titulada Justicia, tecnología y desarrollo. El funcionario señaló la necesidad de repensar lo hecho por el Estado para hacer valer los derechos de la población en el nuevo paradigma digital, “se necesita una conversación franca sobre la tecnología, y el acceso de manera justa cuando una cantidad creciente de satisfactores sociales serán accesibles vía digital”.

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El acortamiento de la brecha social y el empoderamiento de grupos antes marginados de procesos educativos, económicos y de salud pasa por una ampliación en el acceso a las tecnologías de información, “nuevas formas de trabajar y acceder a servicios sociales requieren la digitalización de las personas, pero además una alfabetización masiva que permita a los ciudadanos acceder a sus derechos por esta nueva vía”.

El último conversatorio del foro, moderado por Mónica Aspe, representante permanente de México ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) titulado Ejercicio profesional de nuevas disciplinas vinculadas al cambio tecnológico, abordó iniciativas que instituciones públicas y educativas implementan para dar a estudiantes y adultos en edad laboral herramientas para afrontar los cambios que se avecinan. Gerardo Molina, director general de Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) dijo que millones de mexicanos no han concluido su educación básica, “16 millones de adultos no han concluido su educación secundaria y alrededor del 4% de la población mexicana padece algún grado de analfabetismo”.

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Para afrontar esta situación el instituto tiene una infraestructura de más de 2,600 plazas comunitarias en México y Estados Unidos, además de contenidos y sistemas de evaluación digitales que buscan llevar educación a los mexicanos ubicados en las regiones más aisladas de la educación y empoderamiento tecnológico.

A su vez Israel Barrios, titular en la Dirección General de Profesiones (DGP) de la Secretaría de Educación Pública (SEP) habló sobre la porción de profesionistas graduados de programas educativos relacionados con la tecnología, “tenemos registro de 11.1 millones de profesionistas de los cuales apenas 150 mil estudiaron carreras relacionadas con el cambio tecnológico”.

Con el fin de ampliar esta porción de estudiantes en disciplinas acordes al desarrollo tecnológico, la DGP conversa con colegios de profesionistas, asociaciones industriales y otras organizaciones para ofrecer recomendaciones a instituciones educativas, además de propiciar la digitalización de su proceso más importante, “la emisión de la cédula profesional, documento que no sólo sirve para avalar la competencia profesional, sino que permite acceder a becas, promociones laborales y otros beneficios”. A partir de este año la emisión de la cédula profesional digital se hace a través del sitio web gob.mx/cedulaprofesional, “trabajamos para que los profesionistas lleven en dispositivos móviles su cédula profesional y puedan validar sus competencias en cualquier lado y momento”, concluyó el funcionario.

El cierre del evento el mediodía de este viernes 24 de agosto fue una reflexión conjunta entre aliados de la STPS como la OCDE, el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Ante ellos el secretario Roberto Campa Cifrián, retomó para sus conclusiones la definición del cosmólogo británico Stephen Hawking para inteligencia: la capacidad para adaptarse al cambio.

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El secretario agregó que el foro puso los cimientos de una discusión de largo aliento sobre las implicaciones del la llegada de tecnologías disruptivas a México y describió algunos elementos de los esfuerzos que la sociedad deberá adoptar para integrarse plenamente al cambio tecnológico, “debemos actuar con sentido de urgencia, convertir riesgos potenciales en oportunidades, eliminar asimetrías entre la oferta y la demanda de conocimientos laborales, diseñar instituciones y políticas altamente adaptativas, construir ecosistemas de innovación tecnológica, promover un desarrollo incluyente y adoptar innovaciones para el quehacer gubernamental”, mencionó.

Los mecanismos de relación laboral deberán ser repensados profundamente como parte del proceso de transformación digital, a decir de Sergio López Ayllón, director general del CIDE, “debemos prepararnos para un escenario laboral y social con situaciones inéditas que aparecerán con el rápido cambio tecnológico”, señaló. El secretario Campa concluyó su intervención y los trabajos del foro señalando que el país tiene la oportunidad para ser protagonista de una transformación trascendental que “nos llama para mantener una convicción de futuro donde la tecnología sea un factor para el desarrollo con inclusión”.

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