La reciente detención de más de medio centenar de personas armadas, vinculadas a un grupo delictivo en la comunidad de La Unión, Guerrero, es un ejemplo de los resultados de las Mesas de Coordinación para la Construcción de la Paz, que son parte muy importante de la nueva estrategia de seguridad pública del Gobierno de México.

Esta iniciativa, encabezada por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, es una  plataforma que se reúne diariamente en todos los estados de la República y en las 266 coordinaciones regionales del país, a fin de analizar la situación que prevalece en materia de seguridad pública y tomar las decisiones correspondientes para la recuperación de la paz.

En cada una estas Mesas están representadas las autoridades de gobierno y seguridad de la Federación, los estados y los municipios. Su sustento es la coordinación y suma de esfuerzos y recursos, así como el criterio de que la seguridad pública es una zona de neutralidad política.

Este concepto de neutralidad política se traduce en una actitud en la que estados y municipios hagan a un lado los orígenes partidistas de sus gobiernos y se enfoquen en el rescate de la paz y la serenidad como un objetivo de Estado, a fin responder a la demanda de las comunidades.

El uso de la fuerza es, en esta nueva estrategia, el último recurso del Estado. Esto constituye un giro de 180 grados frente a lo que se venía haciendo en la materia en los dos anteriores gobiernos federales.

Al fuego no se le responde con más fuego, sino con inteligencia estratégica y un uso regulado y ponderado de la fuerza pública, así como con la atención a las causas sociales que originan la violencia.

Las acciones coordinadas como las del estado de Guerrero son producto de esta nueva política de seguridad que se construye diariamente y que dará, no de la noche a la mañana pero sí pronto, el resultado que la gente quiere: un México en paz.

Boletín 805/19