Narcomenudeo: La transacción de drogas a nivel local es una de las actividades en las que más se emplea a niñas, niños y adolescentes reclutados por el crimen organizado. El rango de edad suele ser de los 13 a los 18 años principalmente de género masculino. La venta de drogas se realiza en espacios públicos como patios escolares y locales comerciales.
Participación en robos: Acorde a los resultados del informe promovido por la Subsecretaría de Prevención y Participación Ciudadana de la Secretaría de Gobernación, en colaboración con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el 35% de los adolescentes privados de su libertad por la comisión de delitos graves fue por robo con violencia, siendo el principal delito por detención en el año 2017.
Es importante mencionar que esta cifra no distingue si los menores son parte de una organización criminal, pandilla, están en asociación delictuosa, actuaban por cuenta propia, o si la motivación del delito se vincula directamente con otros delitos, como extorsión, o el llamado “cobro o derecho de piso”. El alto porcentaje de niñas, niños y adolescentes que participaron en robo se explica en parte por la diversidad de tipos del mismo.
Extorsión: Definido en el artículo 390 del Código Penal Federal, como obligar a otro a dar, hacer, dejar de hacer o tolerar algo, obteniendo un lucro causando a alguien un perjuicio patrimonial. Una de las afectaciones más frecuentes que se comete de la extorsión por parte de niñas niños y adolescentes es el llamado derecho de piso o cobro de cuotas. Las organizaciones criminales obligan a los dueños de los establecimientos a realizar pagos periódicos a cambio de “dejarlos trabajar”.
Quienes realizan el cobro de piso se presentan en los locales como clientes, sea en el primer contacto para amenazar y conseguir el pago, o en los pagos subsecuentes como táctica de intimidación. Debido a su apariencia pueden disimular mejor que un adulto su presentación como clientes, ya que al ingresar a la organización criminal pueden no presentar características visibles como tatuajes que los señalan como miembros de un grupo particular.