El 30 de noviembre de 1974, el gobierno federal publicaba en el Diario Oficial de la Federación, la Ley que daba creación a la Universidad Autónoma Chapingo. Con esto, lo que entonces se conocía como la Escuela Nacional de Agricultura, no sólo adquiriría nuevas funciones, sino un nuevo sello, basado en la idea básica de un mayor enlace de la naciente Universidad con el espacio rural.

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De esta forma, le fueron asignados nuevos objetivos, entre los que destacan:

  • Impartir educación de tipo superior técnico, de licenciatura y de postgrado para formar personal que contribuya a la solución de los problemas del medio rural.
  • Desarrollar la investigación científica, básica y tecnológica, para obtener el mejor aprovechamiento económico y social de los recursos agropecuarios, forestales y otros recursos naturales del país.
  • Pugnar porque las innovaciones científicas y tecnológicas lleguen oportunamente al sector rural.
  • Procurar, en coordinación con otras instituciones de carácter agrícola, una adecuada planificación de la agricultura, especialmente la de temporal, atendiendo a los aspectos ecológicos, de crédito, mecanización agrícola, perfeccionamiento de sus técnicas de producción e industrialización, fertilizantes, sanidad vegetal, seguridad agrícola, comercialización agrícola, formas de organización, servicios asistenciales, y otros, a fin de elevar la productividad, ingresos y nivel de vida de los campesinos y otros trabajadores del campo.

A más de cuatro décadas de su creación, Chapingo ha contribuido de manera permanente en el desarrollo agrícola y pecuario de este país y en la búsqueda de mejores condiciones de vida para la población rural. Como ejemplo, te presentamos algunos datos –recientes– que son significativos del rol que esta Universidad tiene y que seguirá teniendo en la vida del país.

  1. De acuerdo con datos de 2021, Chapingo se ubicó por segundo año consecutivo, en el Top de las 10 universidades más importantes de México.
  2. Es considerada como la universidad número 1 en el rubro de Agricultura y Ciencias Forestales, dentro de las universidades públicas de México. De igual forma, se ubica en el lugar 4 entre las universidades públicas y en el 9 entre las universidades mexicanas tanto públicas y privadas.
  3. Su oferta académica es amplia y diversa. En la actualidad ofrece 22 ingenierías, 5 licenciaturas, 14 maestrías y 12 doctorados. A lo que habría que sumar, la preparatoria agrícola y los cursos propedéuticos para aquellos que buscan entrar al nivel superior.
  4. La población escolar es de alrededor de 10,800 estudiantes, de los que: 42% corresponden al nivel medio superior, 52% al superior y 6% al posgrado. De esta población, 45% concierne a mujeres y el resto a varones.  Es importante también destacar, que una cuarta parte de la comunidad escolar pertenece a estudiantes de origen indígena. En tanto que 14% de los estudiantes de nuevo ingreso del ciclo escolar 2021, pertenece a la comunidad afrodescendiente.   
  5. En términos de la coordinación con otras instituciones u organismos, durante el ciclo 2020/21 se firmaron 75 convenios con diversos organismo, tanto del gobierno federal como del sector privada, organizaciones, gobiernos estatales e incluso entidades internacionales. De entre los que destacan el firmado con C. Combinator México, para analizar y producir bioestimulantes y abonos orgánicos a partir del sargazo; con la SEDAPA Oaxaca, para fortalecer el desarrollo de las áreas de Transferencia de Tecnología y Capacitación a productores y cadenas productivas de Oaxaca; así como el realizado con la Asociación Mexicana de Semilleros para la realización proyectos de investigación y validación, en favor del desarrollo de tecnologías y temas relevantes para la industria semillera.
  6. Con el fin de seguir formando profesionales de alto nivel, recientemente se impulsó el registro ante la Dirección General de Profesiones del programa de Ingeniería en Gestión en Redes Agroalimentarias (IGRA); el programa de Ingeniería en Agronomía Especialista en Zonas Tropicales; el programa en Ingeniería en Agricultura Sostenible; el programa de Doctorado en Ciencias en Problemas Económico Agroindustriales; el programa en Ingeniería Mecatrónica Agrícola; y el programa en Ingeniería en Irrigación.
  7. Asimismo, en el último año escolar, llevó a cabo 29 procesos de patentes y variedades ante el IMPI y el SNICS, esto incluye seguimiento, solicitudes y títulos.
  8. Apoyó, en los dos anteriores años, la publicación de 212 artículos –de su comunidad docente e investigadores– mismos que fueron publicados en revistas internacionales; así como la participación en foros nacionales e internacionales.
  9. En lo que se refiere a la investigación –uno de los principales objetivos con lo que fue creada– en 2021 registró 26 proyectos de investigación en Desarrollo y Transferencia de Tecnología; 15 proyectos de investigación Estratégicos de Centros e Institutos; 15 proyectos de investigación Estratégicos Institucionales.

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Estos datos indican la importancia que Chapingo tiene en un sector que en los últimos años ha crecido más que el promedio de la economía nacional, ha garantizado la oferta de alimentos a la población y, que por séptimo año consecutivo, ha mantenido un saldo favorable en la balanza comercial agroalimentaria, del orden de 7,438 millones de dólares.

La formación de profesionales, así como la investigación y desarrollo en el área agrícola y pecuaria, seguirán siendo factores fundamentales si queremos garantizar en los próximos años la seguridad alimentaria, un desarrollo sustentable y mejorar las condiciones de vida de la población rural que nos provee de alimentos. Celebremos y afiancemos a Chapingo, cuya trascendencia es vital para el país.