La cebolla puede comerse cruda en ensalada y como condimento. Cocinada, frita o asada, puede ser el centro de atención en sopas de cebolla o platillos orientales. Deshidratada, se emplea para aromatizar y dar sabor a guisos y estofados.

En la Edad Media eran tan apreciadas que funcionaban como medio de pago y se obsequiaban para mostrar aprecio o agradecimiento.

La cebolla es un cultivo que completa su ciclo en dos años, por lo tanto el primer año se obtienen los bulbos, se seleccionan los mejores y en el segundo año se dejan las plantas florecer y se obtienen las semillas.

La producción de cebolla se orienta en su mayor parte al consumo directo, estimándose en alrededor del 12 por ciento la que se utiliza para procesos de industrialización, sea en forma de sazonador, aderezo, producto deshidratado en polvo, granulado, picado, rebanado o bien en forma de hojuela, y una mínima parte se dedica a la obtención de aceites derivados de ella.