• Las finanzas públicas permanecerán estables, en línea con el cumplimiento de las metas fiscales planteadas para 2024, y para 2025 se anticipa un nivel sostenible de la deuda pública como porcentaje del PIB.
  • El programa fiscal mantendrá la estabilidad de la calificación crediticia, abonando a la certidumbre del entorno macroeconómico de México.
  • La economía mexicana continuará con un crecimiento positivo, creación de empleos y aumentos de la inversión pública y privada. Se estima que el PIB crecerá en un rango de 2.5 a 3.5% en 2024 y de 2 a 3% en 2025.
  • Este entorno de la actividad económica seguirá apoyando la confianza de los consumidores y las oportunidades de inversión de las empresas.

Resumen ejecutivo

En 2023, la economía mexicana registró un crecimiento real anual de 3.2%, impulsada por la creación de empleo y el incremento de los salarios, factores que fomentaron el mayor consumo privado. A la par, se observaron mayores niveles de inversión, en un ambiente de reconfiguración del comercio mundial y de mayor infraestructura pública.

El sector externo también contribuyó de manera positiva al crecimiento económico a través de un aumento de la Inversión Extranjera Directa, el crecimiento del flujo de remesas y el mayor envío de productos mexicanos al exterior, lo que favoreció el posicionamiento de México como principal socio comercial de los Estados Unidos (EE.UU.).

En materia de finanzas públicas, en 2023 se cumplieron las metas fiscales aprobadas por el H. Congreso de la Unión. La deuda pública alcanzó un nivel de 46.8% del Producto Interno Bruto (PIB).

De acuerdo con las previsiones actuales, se estima que la actividad económica en México continuará creciendo en 2024 y 2025, impulsada por una sólida demanda interna, cuyo comportamiento seguirá reflejando el dinamismo del mercado laboral y la transformación de los patrones de consumo de los hogares con las nuevas tendencias globales, particularmente en materia tecnológica y medioambiental.

Adicionalmente, se observará una contribución significativa de los mayores niveles de inversión, tanto pública como privada. En gran medida, los recursos se destinarán al desarrollo de infraestructura no residencial, hecho que permitirá ampliar la participación de México en las cadenas de valor a nivel internacional.

La economía nacional también se verá beneficiada por la incorporación de un mayor número de herramientas tecnológicas, en beneficio del procesamiento de información a gran escala y la rentabilidad de numerosas empresas. A su vez, se proyecta una aceleración en la integración de criterios ambientales que permitirá alcanzar los objetivos mundiales de sostenibilidad en la siguiente década.

De esta manera, se anticipa que la economía mexicana crecerá en rangos de 2.5 a 3.5% en 2024 y de 2 a 3% en 2025, en línea con las estimaciones presentadas en el Paquete Económico 2024. Cabe señalar que la posible moderación respecto al desempeño observado en 2023 obedecería a la normalización del desempeño de algunos subsectores del sector servicios con desempeños extraordinarios por la reapertura de actividades tras el paso de la pandemia del COVID-19 y la disminución del ahorro acumulado de los hogares, así como a la previsión de un menor crecimiento de EE.UU. con impacto en las exportaciones, el turismo y la entrada de remesas.

En el caso de las finanzas públicas, hacia el cierre de 2024, se anticipa el cumplimiento de las metas fiscales, así como un nivel estable de la deuda pública.

Cabe destacar que los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP) muestran un aumento sobre la cifra aprobada de 0.5% del PIB, es decir de 5.4% a 5.9% proyectado al cierre de 2024. Ello se debe fundamentalmente por un aumento en los RFSP no presupuestarios y se explica por:

1. El efecto en costo de colocaciones de papel de deuda debajo de par, ante tasas de interés relativamente altas, y

2. El efecto del pago de la prima inflacionaria en la deuda indizada a la inflación.

Además, los RFSP presupuestarios se mantienen suficientemente en línea con lo aprobado, es decir, pasan de -4.9% del PIB aprobado a -5%.

Al interior, los ingresos presupuestarios aumentan al cierre en 0.6% del PIB sobre lo aprobado, debido a mayores ingresos petroleros (en 0.3% del PIB) relacionados con un mayor precio del petróleo. Asimismo, por un aumento en los tributarios no petroleros (0.2%) por un mejor desempeño de la recaudación de ISR, así como por mayores ingresos de organismos y empresas por 0.1%.

El gasto presupuestario también aumenta en 0.7% del PIB debido a un mayor gasto programable devengado. Parte de este gasto ya incluye un impacto favorable de reducción en el costo financiero aprobado, de 3.7% del PIB a 3.6%.

Hacia 2025, se prevé un mayor nivel de los ingresos presupuestarios respecto a lo estimado para 2024, derivado de la evolución estimada de la actividad económica y el empleo, así como de los efectos de las medidas de eficiencia recaudatoria.