En las últimas décadas el crecimiento económico en México ha sido bajo y desbalanceado, lo que ha exacerbado la desigualdad tanto regional como entre los hogares. De 1990 a 2017 el PIB per cápita en México creció a una tasa promedio de 1.1% anual, mientras que en Chile o Perú, por ejemplo, creció a una tasa promedio de 3.5% y 3.1% anual, respectivamente.

En un horizonte de largo plazo estas diferencias alimentan brechas cuya magnitud transforman considerablemente la capacidad productiva de la economía y el bienestar agregado de su población. Si el ingreso crece en términos reales a una tasa promedio de 1.1% anual, tomará 63 años duplicarlo. Creciendo a una tasa promedio de 4% anual se duplicará en tan solo 18 años.

Para atender el reto que enfrentamos en materia de crecimiento económico resulta primordial involucrar al Sector Financiero. En concreto, en una primera etapa queremos actuar en tres vertientes: (1) impulsar la inclusión financiera, (2) robustecer y profundizar las capacidades del sector financiero en su conjunto, y (3) eliminar barreras normativas que limitan el acceso al sector. El pasado 8 de enero de 2019 la SHCP, Banxico y la Asociación de Bancos de México, presentamos un conjunto de acciones para impulsar al sector financiero de manera que se robustezca como motor de un crecimiento económico más dinámico, incluyente y equitativo.

1. Impulsar la inclusión financiera

Los resultados de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera señalan que entre 2012 y 2018 la población adulta entre 18 y 70 años aumentó 12%, mientras que la población adulta incluida financieramente creció un 37%. Este avance es notable pero no es suficiente.

Al respecto, la SHCP colabora con el Banco de México y el sector bancario en el lanzamiento de una plataforma electrónica de pagos denominada CoDi que permitirá a proveedores y consumidores, mediante un teléfono inteligente, realizar transferencias seguras e inmediatas. Esto representa que millones de nuevos usuarios aprovechen la infraestructura del sistema financiero para realizar transacciones.

Actualmente estamos apuntalando el ecosistema que alberga al CoDi para facilitar su adopción entre la población, y anticipamos su lanzamiento en las próximas semanas.

Por otra parte, consideramos que facilitar el acceso al sistema financiero a segmentos de la población que ya participan en actividades productivas o se benefician de becas y transferencias sociales, como son los jóvenes entre 15 y 17 años, permite reforzar en la población una cultura financiera desde una edad temprana y detonar el aprovechamiento del sistema para un porcentaje relativamente importante de la población.

En este sentido, se envió al Congreso de la Unión una reforma para que los adolescentes con 15 años cumplidos puedan abrir y administrar cuentas de depósito bancario por iniciativa propia y sin la intervención de sus tutores, según el marco que se defina en la normativa respectiva.

Las medidas anteriormente señaladas son un conjunto de primeros pasos en un marco más amplio de acciones orientadas a avanzar decididamente en materia de inclusión financiera y reducción del uso de efectivo durante esta Administración.

Algunos de los elementos de las acciones que anunciaremos brevemente se encuentran relacionados con: (1) la emisión y recolección de pagos de gobierno estrictamente mediante medios electrónicos; (2) el establecimiento de un límite máximo al monto con el que se pueden cubrir determinadas operaciones en efectivo, por ejemplo, en lo relacionado con la adquisición de bienes inmuebles y de ciertos bienes duraderos, así como el pago de colegiaturas; y (3) establecer incentivos fiscales para que los prestadores de servicios profesionales (médicos, abogados, arquitectos, etc.) privilegien la recepción de pagos electrónicos.

2. Robustecer y profundizar las capacidades del Sistema Financiero

Los recursos administrados por las AFORES son nuestra principal reserva de ahorro. Al cierre de 2018 los activos del sistema representaron el 14.3% del PIB. No obstante, en países con un nivel de desarrollo similar al nuestro como Colombia o Chile, esta reserva de ahorro representa el 25 y 60%, respectivamente.

Para transformar nuestra condición, enviamos una iniciativa de reforma al Congreso que permitirá a la CONSAR, con opinión de Banco de México y la SHCP, flexibilizar el régimen de inversión de las AFORES.

El propósito es que las administradoras mejoren los rendimientos que ofrecen a sus clientes proponiendo esquemas de inversión en los que instrumentos del mercado de capitales tengan una mayor participación. Lo anterior abonará a la profundidad y liquidez de estos mercados, y robustecerá el flujo de financiamiento hacia las empresas.

Asimismo, la reforma contempla actualizaciones a la regulación con el propósito de que los vehículos utilizados para administrar el ahorro por parte de las AFORES lo hagan de manera más eficiente al poder realizar operaciones de préstamo de valores.

Por otra parte, y en correspondencia con lo anterior, se amplía el espectro de acciones y bonos que podrán ser sujetos de operaciones de reporto, incentivando así que más empresas listen sus acciones y deuda en los mercados y los inversionistas institucionales diversifiquen sus portafolios.

En pocas palabras, mediante esta reforma se establece un marco que permite canalizar de manera más eficiente el ahorro en la economía hacia el financiamiento del sector productivo, proveyendo a la vez mayores rendimientos para las pensiones.

3. Eliminar barreras normativas

La SHCP realiza un trabajo continuo de monitoreo relacionado con la eliminación de normativa y demás factores que discriminen entre usuarios del sector, representen barreras al acceso de la población o limiten la competencia en el sistema financiero.

Por ejemplo, entre las acciones que anunciamos en enero pasado hubo algunas estrechamente vinculadas con estas tareas de supervisión continua que eliminan cuellos de botella y fomentan la competencia entre los participantes en el sector financiero.

Por nuestra parte, homogeneizamos el tratamiento fiscal para tenedores locales y extranjeros de bonos corporativos, y establecimos incentivos para la emisión de ofertas públicas iniciales. Otros reguladores, por ejemplo, han reformado el marco normativo para facilitar la portabilidad de los créditos de nómina.

En resumen, la economía mexicana enfrenta grandes retos en materia de crecimiento e igualdad. Para atenderlos, uno de los elementos que más abona en la transformación de las capacidades del país es el desarrollo del sistema financiero y el creciente acceso al sistema por parte de la población.

En este sentido, estamos identificando soluciones expeditas y planteando transformaciones que permitan que haya más incentivos para ahorrar, que este ahorro se canalice de manera más eficiente al financiamiento productivo, y que los usuarios del sistema aprovechen los beneficios de esta plataforma para capturar ganancias sostenidas de bienestar.

 

 

 

Nota: Las ideas expresadas en este documento son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la posición oficial de la SHCP.