Ciudad de México
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Con su permiso, señor presidente. Distinguidos miembros del presídium. Queridos alumnos y maestros. Muy buenas tardes a todos ustedes.

Han pasado casi seis décadas desde que el presidente Adolfo López Mateos dispusiera que al concluir la primaria se otorgara un estímulo a los alumnos de todo el país que hubiesen mostrado los más altos niveles de aprovechamiento escolar. 

Este incentivo fue, en sus orígenes, un viaje por ciudades y sitios de interés histórico, y una ceremonia normalmente encabezada, como hoy, por el presidente de México. Años más tarde se empezó a denominar la "Olimpiada del Conocimiento Infantil" y a esta jornada como la "Convivencia Cultural". 

De este semillero de miles y  miles de niños que han sido y son inspiración y ejemplo para todos, surgieron mexicanos que, con el tiempo, aportaron lo mejor de sí mismos para enseñarnos lo alto y lo lejos a que puede llegar una trayectoria personal basada en el esfuerzo, en la dedicación y en el compromiso. 

En diversos momentos, formaron parte de este grupo notable, por ejemplo, Leticia Navarro, que fue secretaria de Turismo en la década pasada; Luis Donaldo Colosio, secretario de Desarrollo Social y candidato presidencial, y decenas de niños y jóvenes talentosos que han hecho una gran carrera en diversos ámbitos.

Siguiendo esa noble tradición, hoy se encuentran aquí las mil alumnas y alumnos de sexto de primaria ganadores de la "Olimpiada del Conocimiento Infantil 2018". Vienen de todos los rincones de nuestra geografía nacional. De escuelas públicas y privadas. De planteles urbanos y rurales. De primarias indígenas y de centros comunitarios CONAFE.

En suma, son un retrato de los muchos Méxicos que forman nuestra gran nación, de la amplia diversidad cultural, territorial y social de la niñez mexicana. Y con toda seguridad podemos decir que son algunos de los mejores estudiantes de primaria de México.  Muchas, muchas felicidades para todos.

Pero también tenemos hoy entre nosotros a 82 de los mejores maestras y maestros de todo el país quienes han sido seleccionados por su trayectoria especialmente destacada y ejemplar en el acompañamiento de sus alumnos. Y ellos también merecen una sincera y cálida felicitación por su entusiasmo y dedicación en la formación de los futuros ciudadanos de México.

Señor presidente, 

Señoras y señores:

Estos alumnos y estos maestros son ya, sin duda, legítimos herederos de lo que la Reforma Educativa ha significado para ellos y para el país. 

Cuando empezó el gobierno del presidente Peña Nieto estos mil niños cursaban apenas su primer año de primaria. 

Quizá de manera difusa percibieron que en sus escuelas, en sus salones, se empezaba a hablar de la reforma, de un nuevo modelo educativo, de cambios destinados a mejorar la calidad de la enseñanza que se les impartía para alcanzar una meta tan sencilla como trascendental: garantizar la idoneidad de los docentes y el máximo logro de aprendizaje de los educandos, según reza el artículo 3º constitucional.

Cinco años después de iniciada la instrumentación de la reforma ¿cuáles son los hechos, los datos duros, la realidad objetiva que han respondido a ese mandato constitucional? Me refiero solo a dos directamente relacionados con el espíritu de este evento.

En primer lugar, son evidentes los cambios positivos en la calidad y el desempeño del magisterio. Al terminar la administración del presidente Peña Nieto habrán participado en los distintos procesos del Servicio Profesional Docente casi un millón 800 mil maestros, y ese ejercicio hoy nos muestra con información dura que son mejores maestros. 

Por ejemplo, en los concursos de ingreso celebrados entre 2014 y 2018 el porcentaje nacional de docentes con resultado “idóneo” se incrementaron del 38% a casi el 56%, porque mejoraron sus puntajes especialmente en los niveles de preescolar, educación especial, primaria, primaria indígena, telesecundaria y secundaria. Gracias a ello, 153 mil  nuevos maestros están hoy en las aulas exclusivamente por su esfuerzo, su talento y su capacidad. Esos son hechos.

Lo mismo ha sucedido en el caso de las evaluaciones del desempeño, en las cuales habrán participado a fin de año 637 mil maestros. El número de docentes de educación básica  con resultado “destacado”, es decir la calificación más alta, se ha duplicado en todas las evaluaciones realizadas desde 2015, y 34 mil maestros se han ganado sus ascensos de manera igualmente transparente y por mérito propio. Esos son hechos.

Es claro que todos los maestros están haciendo un gran trabajo personal, académico y profesional. Todos saben que son capaces de superar nuevos retos y de potenciar sus talentos. Todos saben que esta reforma permitió pasar de un sistema tradicional en la profesión docente a otro basado en el mérito y la transparencia. Los maestros que están aquí son la mejor evidencia de esa entrega y del cumplimiento de su deber.

Y en segundo lugar, como lo testimonian estos mil maravillosos niños, nuestros estudiantes están gradualmente obteniendo mejores resultados en sus logros de aprendizaje. Allí están los datos de las últimas pruebas del  Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes (PLANEA)  donde se observan ya progresos notables entre 2015 y 2017. Si bien el promedio nacional se mantuvo constante, 11 estados mejoraron significativamente en Lenguaje y Comunicación, y 18 en Matemáticas. 

¿Qué significa esto, señor presidente, maestros, alumnos? Por un lado, que el éxito en los tiempos y los logros de aprendizaje ahora dependerá principalmente de la gestión estatal y de la gestión escolar, tal como ha sucedido por ejemplo en países tan diversos como China, Alemania, Sudáfrica o la India. Y por otro, que estas mejoras conseguidas a nivel estatal sugieren que es perfectamente posible identificar áreas de oportunidad para ampliar esos logros y establecer tendencias positivas más rápidamente que lo observado a nivel nacional. Esos son hechos.

Allí reside la pertinencia de una Reforma Educativa estructural y sistémica, así como sus complejidades y su tiempo de maduración. Esta es una realidad concreta y tangible, una realidad que ensancha las posibilidades de una vida mejor y un futuro más promisorio para los cientos de miles de maestros y los millones de niños mexicanos que, como los que están aquí, son los verdaderos protagonistas de este cambio.

Queridas alumnas, queridos alumnos:

Son ustedes un gran ejemplo; pero son sobre todo un grupo de personas que nos inspiran, nos dan confianza, nos infunden esperanza. A partir de ahora enfrentarán nuevos y apasionantes desafíos y proyectos; alimentarán sueños y aspiraciones; se toparán con dificultades y tropiezos, pero estamos seguros de que, si han llegado hasta este día, es porque tienen el equipamiento, los valores y el temple necesarios para abordar con éxito lo que venga. 

Los discursos de los políticos suelen no ser largamente recordados.  Pero los sentimientos de orgullo que sus familias tienen por ustedes, los sentimientos de respeto hacia todos aquellos profesores que les guiaron hasta este día especial, y los sentimientos de gratitud que deben expresar por el apoyo que han recibido de sus padres y sus familias,  deben ser profundos y permanentes y, de hecho, intensificarse con el tiempo.

Vivan con alegría, intensidad y plenitud; con tolerancia y apertura; con libertad y responsabilidad. Mantengan el optimismo y la esperanza. Expresen sus emociones y sentimientos, pero controlen su carácter. Aprendan que para superar muchos de los retos de la vida, “la solución es fijarnos metas que den significado a la existencia…. Desear pasiones intensas que nos impidan cerrarnos en  nosotros mismos. Apreciar a los demás a través del amor, la amistad y la compasión”. 

Les deseo mucho éxito y mucha suerte. Felicidades para todos.