Ciudad de México
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Muy buenas tardes a todas y todos ustedes.

Muy estimado maestro Juan Díaz de la Torre, presidente del Consejo General Sindical del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.

Muy estimados presidentes de los órganos de gobierno sindicales. Muy estimados compañeros, muy estimada oficial mayor.

Muy estimadas, estimados, secretarios generales, seccionales, del sindicato en todo nuestro país.

Quisiera en primerísimo lugar darles a ustedes la más cordial, la más cálida bienvenida a la Secretaría de Educación Pública, en donde esta tarde tengo el gusto de recibirlos, ahora en mi condición de secretario de Educación Pública.

Como bien lo mencionaba el maestro Juan Díaz, hemos tenido a lo largo de estos años una interlocución permanente con todos ustedes a propósito de distintos temas, y hoy estar aquí en esta condición me da un enorme gusto profesional, político, por supuesto institucional y en ese sentido les reitero mi más cálida bienvenida y mil gracias por su visita.

Esta tarde quisiera reiterarle maestro Juan Díaz, amigas, amigos, toda nuestra apertura, nuestra colaboración y nuestra amistad en el marco de la relación tan productiva y tan respetuosa que han construido la secretaría y el sindicato en estos años.

Estamos en un momento particularmente importante, particularmente crucial para nuestro país, para la educación pública, laica, gratuita y de calidad para todas las niñas y niños de México, y en ese sentido es pertinente quizás reiterar, subrayar y calificar, de que esta enorme colaboración, esta cooperación, ha sido para la Reforma Educativa, de lejos, favorable, positiva y muy prometedora.

Cuando uno repasa de manera retrospectiva estos últimos cuatro o cinco años, es innegable que  algunos componentes centrales de la reforma como la construcción de un nuevo servicio profesional docente, como la  puesta en marcha de un Nuevo Modelo Educativo como el tener hoy un programa más robusto de formación continua.

Y con diversas acciones que van única y exclusivamente  en favor de las niñas y los niños de México, uno puede sentirse razonablemente optimista de que juntos hemos logrado todos en favor de una mejor educación y una educación de calidad en nuestro país.

Pero esta reforma que va, insisto, en favor de los niños de México, es una reforma con los maestros; es una reforma de los maestros de México y, es una reforma para los maestros de México. Y en ese sentido me parece que es de justicia reconocer que sus progresos han sido posibles por la decida participación y apoyo de su organización sindical, tan bien representada aquí  esta tarde.

Y por eso quiero expresarles mi más sincero agradecimiento que lo es también de los millones de niñas y niños de México, que cada día están bajo sus cuidados en las poco más de 260 mil escuelas de todo el país.

He escuchado, por supuesto, con atención las palabras y el planeamiento del maestro Juan Díaz, y quiero que sepan que cuentan conmigo, que seré, como secretario, un interlocutor sensible, profesional y confiable de los maestros de México y de su organización sindical.

Y quisiera recordar, para terminar, a un ilustre educador don Rafael Ramírez que hacia el final de sus días  recordaba: “La educación ha sido la gran pasión de toda mi vida, porque habiendo rebasado ya con mucho los linderos de la edad, en la cual se amortiguan todas las pasiones, aquella mía de la educación sigue todavía tan viva y vigorosa como cuando estaba en plena madurez”.

Esa pasión de don Rafael es y seguirá siendo también la mía, y quiero que cuenten ustedes y que sepan que en el secretario de Educación tienen y tendrán un amigo sincero y leal.

Muchas gracias, buenas tardes.