Ciudad de México
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Muy buenos días a todas y todos ustedes. Quisiera agradecer, en primer lugar, la presencia, que nos hacen favor de acompañarnos, de las personalidades que ya ha mencionado el subsecretario Javier Treviño. Lo agradezco muchísimo, lo digo de izquierda a derecha, sin ninguna otra connotación, más que la colocación, del doctor Guillermo Fernández de la Garza del INNOVEC; del doctor Carlos Bosch, de la Academia Mexicana de Ciencias y profesor del ITAM; del consejero presidente del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, Eduardo Backhoff; del secretario de Educación de Sinaloa, nuestro muy antiguo y conocido muy amigo, Enrique Villa; de la maestra Andrea Saraí Pérez Nava, de Zapopan, Jalisco, que nos acompaña y nos contará un poco su experiencia con los temas de formación continua; así como de todos mis compañeros de la secretaría y de manera muy destacada a los responsables de llevar justamente el programa en cada una de las entidades de la República, así como en la Ciudad de México.

Efectivamente, como lo comentaba Javier, ustedes recordarán que en los años 2016, 2017, y particularmente en el mes de julio de 2017, la secretaría hizo una serie de presentaciones, de planteamientos, de distintos componentes, programas, iniciativas, en torno a la Reforma Educativa, de manera muy destacada aquellos que están, que integran, el Nuevo Modelo Educativo. Decidimos en el mes de diciembre, que a partir de enero iniciaríamos una serie de reuniones de trabajo, reuniones de evaluación, donde pudiéramos pasar revista a cómo vamos en la ejecución, en la instrumentación, de estos componentes muy específicos, de tal manera que podamos, no solamente para nosotros en términos de nuestra hoja de ruta, sino sobretodo también para la opinión pública y para los medios de comunicación, hacer un recuento público de cómo vamos en cada uno de estos componentes.

Iniciamos, ciertamente, con el repaso mismo del primero de los componentes que son los aprendizajes clave del planteamiento curricular del Nuevo Modelo que hicimos hace dos o tres semanas aproximadamente, hemos continuado con otro, y ahora tocaría el turno a los programas de formación continua. El propósito de esta mañana, el sentido que tiene haber elegido este tema para esta mañana, es no solamente hacer este recuento que acabo de aludir, sino también intentar mediante los datos, los hechos, los datos duros, los hechos concretos y verificables que vamos a ver a continuación, es tratar de responder al menos a tres preguntas que se han planteado más o menos de manera recurrente en los últimos meses a propósito específicamente de este tema.

La primera de ellas es qué está haciendo exactamente la secretaría de Educación Pública para cumplir el mandato legal que nos obliga a proveer, a ofrecer, formación continua a los maestros de México, en distintas categorías, en distintas líneas de acción. Es un mandato establecido en la ley, y en ocasiones suele señalarse, quizás por falta de información, del que no estamos haciendo lo suficiente, o estamos haciendo poco en esta materia. Como ustedes verán en la presentación que conducirá el ingeniero Farías, los datos son impresionantes, ahorita haré mención de alguno de ellos específicamente.

La segunda tiene que ver, ciertamente,  con el gasto, el presupuesto, la inversión, que estamos haciendo a ese respecto. Sin embargo, en este sentido quisiera hacer una acotación, un comentario específico, porque este suele ser un tema recurrente en prácticamente todas las cuestiones de carácter educativo. Es decir, con frecuencia se piensa que o se asume que en todos estos componentes o políticas públicas requieren de manera inercial aumentos en los presupuestos, en los gastos, y la verdad es que no es así. El tema como lo ha dicho concretamente la Unesco, su anterior directora general, y la cito: “no depende  de cuánto se gasta  –hasta subió el volumen cuando iba a hablar del dinero—sino de cómo y en qué se invierte”. Y es verdad, desde luego la secretaría, esta secretaría, la reforma, requiere el soporte presupuestal para financiar sus distintos componentes a lo largo de un mediano y, eventualmente, de un largo plazo. Pero, y este es un pero muy relevante, no es tanto el volumen de recursos sino la arquitectura presupuestal y cómo está compuesto ese presupuesto, de tal manera que incida en los componentes clave lograr la mejora en los logros de aprendizaje, uno de los cuales ciertamente es la formación continua.

Es más, en abono de mi hipótesis, permítanme citarles, hay varios estudios al respecto, pero señalaría dos. El primero de ellos lo afirmó, hace ya bastantes años, me parece que a fines de los ochenta y a principio de los noventa, el doctor Pablo Latapí, que es así como, no me desmentirá el doctor  Backhoff, como el santo laico de la investigación educativa mexicana. Y Latapí dijo en un artículo en Proceso, a propósito de la conferencia de la Unesco que se estaba celebrando por esos años en la Ciudad de México, dijo de hecho y lo cito, hay un artículo en el semanario ahí publicado que se llama Lo que dicen que dijo la Unesco y dijo Latapí: “en realidad el logro y los avances en materia educativa, o para lograrlos, no dependen de un nivel óptimo de gastos; es decir, dos, ocho por ciento, siete por ciento, nueve por ciento, lo que fuera”. Dijo Latapí no dependen de un nivel óptimo porque dependen de las especificidades, las particularidades de cada país, de la coyuntura económica, del tamaño del sistema educativo, de qué tan aventajado o desventajado está, etcétera, etcétera.

Y el otro ya fue un estudio más empírico que hizo (inaudible), un experto, de los principales expertos en el mundo de la educación y particularmente en políticas públicas para la educación. Hizo un estudio  hace ya varios años donde encontró que el simple incremento presupuestal no es la parte más exigente en la obtención de buenos resultados en materia educativa.

Y el estudio que hizo, no me acuerdo si en 30 o 40 países, encontró que por ejemplo que entre 1970 y 1994, Gran Bretaña incrementó su gasto real por alumno por ejemplo en 77 por ciento, pero en el mismo periodo el aprovechamiento de sus escolares en ciencias y en matemáticas cayó ocho por ciento. Australia aumentó su gasto por estudiante en el mismo periodo en 260 por ciento y los resultados de sus estudiantes bajaron  dos por ciento. Y lo mismo pasó, en el mismo lapso con diversos grados y matices en Alemania, en Bélgica, en Francia, en Japón y en Nueva Zelanda.

De tal manera que la ecuación así tan automática que más gastos tiene como consecuencia automática, inmediata, la mejora de los resultados no está en mi opinión suficientemente soportada en la evidencia empírica. El chiste no es gastar más sino invertir mejor. Y me parece a mí que las cifras que vamos a ver, muestran con toda nitidez los resultados de una inversión apropiada, correcta en este programa en particular.

Mi tercer comentario en la línea de lo que ya ha apuntado el subsecretario Treviño, es que como ustedes recordarán el modelo educativo con educación obligatoria plantea como uno de sus cinco ejes el desarrollo profesional de los docentes. Y dentro de éste, efectivamente la concepción que nos señala el propio modelo, de entender al docente, al  maestro como un profesional, cuya misión y vocación es el aprendizaje de los alumnos, está dotado de capacidades para generar ambientes de aprendizaje incluyentes, está comprometido con la mejora constante de su práctica en el aula y que es capaz de aplicar y adaptar al currículo al contexto social específico en el cual se desempeña. Y esto es justamente el espíritu que anima, que sostiene el diseño conceptual del Programa Nacional de Formación Continua.

Como verán en la presentación  de Pepe Farías el programa tiene básicamente tres líneas de acción o tres estrategias específicas de acción.

Las dos primeras tienen que ver con los procesos del Servicio Profesional Docente. Y la tercera es en general para todos los maestros, pero en este caso particular, con un énfasis, con un acento en la capacitación, en la preparación para la entrada en vigor del Nuevo Modelo de Formación Continua.

Hay que decir también, y es la razón que explica entonces por eso nos da mucho gusto que estén por acá los responsables de este programa en cada uno de los estados, que la estrategia, como ya dije, es una estrategia nacional, pero tiene digamos vertientes estatales que derivan de las particularidades del contexto específico de cada estado, de ciertas necesidades específicas o particulares que muestran cada uno de ellos. Y que cobra mucho sentido si las vinculamos a varias o varios otros aspectos como, por ejemplo, los resultados de las evaluaciones del logro de aprendizaje  como es el caso de PLANEA, que en esta ocasión arroja datos particularmente interesantes.

Que uno los lee, los lee y los interpreta correctamente en cada una de las entidades entonces la creación de sinergias, por ejemplo esa variable, y el diseño particular de los Programas de Formación Continua en un estado “A” o “B”, nos van a permitir eventualmente obtener mejores resultados.

En la presentación también verán dos hallazgos importantes. El primero de ellos es cómo vamos en términos de cantidad, si hemos llegado o no a las metas que nos propusimos particularmente en el año 2017, que en mi opinión pues son muy relevantes.

Y si uno las compara con las de años anteriores, evidentemente el balance es satisfactorio. Y si uno las compara con otras épocas, con otras administraciones, lo es aún más porque evidentemente se trata de un programa mucho mejor focalizado en términos de componentes, de calidad, etc. En donde creemos que estamos brindando una oferta suficiente, pero sobre todo, robusta en términos de calidad. Los resultados de dos encuestas, una de satisfacción especialmente que se mostrará son muy reveladores al respecto.

Esto quiere decir que  si pudiéramos redondear simplemente como una cifra lo que hicimos el año pasado, pues en efecto  de una meta que nos planteamos de  500 mil docentes llegamos a 626 mil docentes en 2017. Y esperamos este 2018 alcanzar nuestra meta y evidentemente  superarla.

Por último, diré que este es un esfuerzo colectivo. La presencia de la  maestra Andrea Saraí obedece justamente a que nos cuente su experiencia, pero también es verdad que las cifras, además abundantes, que después se van a mostrar, uno se encuentra con enorme frecuencia cada vez más casos como el que nos va a contar Saraí.

Acabamos de estar algunos de mis compañeros y yo el viernes pasado en Monterrey, participamos en la sesión del Consejo Técnico Escolar, en la escuela Club de Leones Ignacio Zaragoza, si no mal recuerdo el nombre, en la colonia de Las  Mitras del mero Monterrey, de donde es el subsecretario. Y al azar dialogando con los  maestros que estaban en el consejo, yo le pregunté a una  maestra, cuyo nombre era Marcela porque traía su gafete y así al azar estaba medio cortita así.  Y entonces le dije: oiga  maestra usted ya tomó algún curso de capacitación. Sí,  me dijo. ¿Qué le pareció? Bien. Pero ¿Por qué le pareció bien? No, pues es que me sirvió para participar en el concurso de promoción ¿Y cómo salió? Me lo gané, respondió.

Entonces es un caso, de acuerdo, así nos va a contar otro Saraí y demás, pero evidentemente yo creo que vamos en este sentido en la dirección correcta y eso es justamente lo que queremos compartir con todos ustedes esta mañana. Sin más Javier, adelante.