El 24 de octubre coinciden varias celebraciones: 1. La entrada en vigor (1945) de la Carta de las Naciones Unidas; 2. La aprobación (1970) de la Estrategia Internacional de Desarrollo para el Segundo Decenio de las Naciones Unidas para el Desarrollo y, 3. el Día Mundial de Información Sobre el Desarrollo, proclamada en 1972.

Tiene sentido que así hayan concatenado estas efemérides, ya que la Asamblea General de las Naciones Unidas, en su Resolución 3038 (XXVII) se propone recordar cada año a la opinión pública mundial los problemas del desarrollo y la necesidad de intensificar la cooperación internacional para resolverlos.

En 2021, Naciones Unidas llama especialmente a la juventud para que se interese en lograr un mejor conocimiento de los problemas generales del desarrollo y tome conciencia de que las nuevas tecnologías de la información y la comunicación pueden contribuir a hacerlo sostenible.

Celebrar el Día Mundial de Información Sobre el Desarrollo permite dar a conocer por dónde vamos y hacia dónde debemos apuntar. Ayuda a concientizar y animar a la población pública a utilizar las nuevas tecnologías como fuentes de conocimiento y búsqueda de soluciones.

Desde 2010, el organismo internacional reconoció que, en el contexto de la globalización, las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) tienen el potencial de brindar nuevas soluciones a los problemas del desarrollo, y pueden, además, promover el crecimiento económico, la competitividad, el acceso a la información y los conocimientos, la erradicación de la pobreza y la inclusión social.

Estos apoyos contribuyen a acelerar la integración de todos los países, especialmente la de los países en desarrollo y, en particular, la de los países menos adelantados en la economía global, señala.

Si bien en los últimos años se han registrado progresos considerables e importantes en el acceso a las TIC a nivel global y ya son muchas las regiones que pueden comunicarse mediante estas herramientas, queda mucho por hacer para lograr que disminuya la brecha digital y para que las TIC puedan estar al alcance de todos, porque el acceso a Internet lo disfruta apenas el 51.2% de la población mundial, a pesar de que ya es posible contar con direcciones web con contenido multilingüe y la telefonía móvil crece vertiginosamente, según datos de la Unión Internacional de Telecomunicaciones.

Las TIC brindan nuevas oportunidades y plantean nuevos retos, ya que hay una apremiante necesidad de abordar los principales obstáculos con que se enfrentan los países en desarrollo para acceder a ellas, como la insuficiencia de recursos, infraestructura, educación, capacidad, inversión y conectividad, así como las cuestiones relacionadas con la propiedad, las normas y las corrientes de tecnología. Por ello se exhorta a todas las partes interesadas a proporcionar recursos suficientes a los países en desarrollo, particularmente a los países menos adelantados, y a que realicen más actividades de fomento de la capacidad y transferencia de tecnología, en condiciones mutuamente convenidas.

La brecha digital en el acceso a las herramientas de las tecnologías de la información y las comunicaciones y a la conectividad a las redes de banda ancha entre los países con distintos niveles de desarrollo, afecta numerosas aplicaciones electrónicas de interés económico y social en la administración, la actividad empresarial, la salud y la educación.

Particularmente inquietante es la situación de los países en desarrollo, incluidos los países menos adelantados, los pequeños Estados insulares en desarrollo y los países en desarrollo sin litoral, en lo que respecta a la conectividad a las redes de banda ancha, ya que enfrentan problemas especiales en este campo.

Por estas y más razones, en 1972 la Asamblea General de la ONU se propuso llamar la atención de la opinión pública mundial sobre los problemas del desarrollo y la necesidad de intensificar la cooperación internacional para resolverlos.

Tanto la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, entre otras muchas agencias y programas de la ONU que promueven el desarrollo social, económico o educativo, reconocen y reiteran constantemente la importancia de la tecnología y la información para el progreso individual y colectivo.

La salud, la educación y la lucha contra la pobreza son temas de interés global. En el año 2000, los líderes mundiales se comprometieron a lograr ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) para 2015, ambiciosa agenda que ha contribuido ya a mejorar la vida de muchas personas en el mundo y a impulsar el desarrollo en países pobres, pero que al ser insuficiente hubo de ampliarse y se adoptó la Agenda 2030, con 17 objetivos, entre los que destaca la eliminación de la pobreza.

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