¿Cuándo se celebra y por qué?

El Día de la Tierra se celebra desde 1970 para:

  • Reconocer a nuestro planeta como el espacio de vida y evidenciar la necesidad de promover una relación armónica entre la sociedad y la naturaleza.

  • Promover el equilibrio entre las dimensiones social, ambiental y económica.

  • Evidenciar la crisis ambiental y la exigencia de que las naciones sumen esfuerzos para preservar la vida.

El 22 de abril de 2009, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó esta fecha como el “Día Internacional de la Madre Tierra” para invitar a todos los Estados Miembros, las organizaciones internacionales, regionales y subregionales, las organizaciones no gubernamentales y a la sociedad civil en general a reconocer la crisis ambiental provocada por la forma en que los seres humanos se han vinculado con la naturaleza y la necesidad de transitar a modelos de desarrollo y estilos de vida más justos y sustentables.

¿Qué se busca con esta celebración?

La celebración es un pretexto para ampliar, diversificar y dinamizar el movimiento ambiental en todo el mundo y, con ello, enfrentar las diferentes problemáticas ambientales, como el cambio climático, y proteger a la Tierra, promover acciones concretas para su cuidado y avanzar a estilos de vida sustentables y saludables.

Importancia de la celebración

Este día nos recuerda los diferentes efectos de la crisis ambiental en la vida del planeta, así como la necesidad de asumir la responsabilidad de los impactos negativos que la humanidad le ha causado. 

'En este sentido, a través de diversas acciones, se pretende que en todo el mundo se tome conciencia de la situación planetaria y las medidas que se deben seguir para su cuidado y preservación. Es un llamado para contribuir a que la Tierra continúe su marcha en mejores condiciones, por lo que no basta con un día, es imprescindible trabajar en forma comunitaria y permanente para preservar la vida.

México y el Día Internacional de la Madre Tierra

México es un país megadiverso, pero su diversidad biológica está seriamente amenazada; la alteración de sus ecosistemas disminuye de manera significativa sus posibilidades de  garantizar las bases para su desarrollo. Por eso  son prioritarios la conservación, el enriquecimiento y el uso sustentable de la biodiversidad. Para ello se deben recuperar los valores de respeto, corresponsabilidad, justicia y paz entre los seres humanos y de éstos con todas las especies de la Tierra.

Es fundamental transformar la manera en que las sociedades se vinculan entre sí y con la naturaleza, y gestar una convivencia basada en el respeto y el amor. Se requiere que la sociedad mexicana participe en el restablecimiento del equilibrio entre lo ecológico-social-cultural-económico que permita la construcción de un bienestar integral. Para lograrlo es imprescindible:

  • Asegurar que toda persona en México ejerza su derecho a un ambiente sano y viva en un entorno seguro. 

  • Garantizar el acceso al derecho al agua de todas y todos los mexicanos.

  • Promover la restauración de ecosistemas desde el enfoque territorial. 

  • Proteger la riqueza de los patrimonios natural, biológico y cultural.

  • Impulsar un nuevo modelo de bienestar que una el medio ambiente y la economía.

  • Potenciar la economía social y solidaria.

  • Valorar la vinculación de los pueblos originarios con la naturaleza, a través de las cuales demuestran relaciones equilibradas y justas en el aprovechamiento de los bienes naturales y de respeto con los ciclos ecológicos.

  • Aminorar las brechas sociales entre los pueblos indígenas, jóvenes y campesinos.

  • Fortalecer la acción climática.

  • Fomentar la gobernanza ambiental para asegurar la justicia ambiental.

  • Impulsar la educación ambiental.

Para alcanzar lo anterior, las comunidades educativas juegan un papel protagónico ya que a partir del reconocimiento de las diferentes realidades sociales, económicas, ecológicas y educativas se propicia la acción transformadora para transitar a la sustentabilidad en los ámbitos local y regional. 

Pueblos indígenas

Los pueblos originarios se acercan a la naturaleza desde diferentes miradas. El término “Madre Tierra” ha sido pronunciado desde tiempo atrás entre los pueblos originarios del mundo:

  • La reconocen como fuente de vida, y señalan la interdependencia que existe entre los seres humanos y la naturaleza. 

  • Es el centro del universo y parte importante de su identidad como pueblos; los conecta con su pasado, con el presente y con el futuro.

  • Interpretan el mundo material y espiritual entretejido en una compleja red donde todas las cosas vivientes tienen un significado sagrado. 


Para esta visión y forma de vida, en contraste con el pensamiento occidental, la Tierra no es un recurso sujeto a la dominación y explotación, sino un ser que merece amor, respeto y cuidado. Comprenden muy bien que dañar a la Tierra es destruirnos a nosotros mismos, pues somos parte del mismo organismo.

Esta cosmovisión referente a la Tierra se refleja en las formas de habitarla y conservarla. En algunos estudios se señala que las áreas prioritarias para la conservación de la biodiversidad en Mesoamérica están en los territorios indígenas. Es indispensable aprender de estos pueblos, desde la forma en que se relacionan con el territorio hasta sus prácticas en materia de  conservación.

De la conmemoración a la acción 

En la conmemoración de las efemérides ambientales, las comunidades educativas aprenderán que existen pocos límites para la creatividad y el desarrollo de acciones corresponsables para participar en el cuidado de la Tierra. 

La celebración del Día de la Tierra está vinculada a los fines y a los contenidos de los Planes y Programas de Estudio y propicia la comprensión de la relación sociedad-naturaleza y el conocimiento crítico del contexto; asimismo, impulsa a la transformación social y al cumplimiento de los fines de la Nueva Escuela Mexicana.

La escuela contribuye al ejercicio del derecho a un ambiente sano y a la solución de la problemática ambiental mediante la participación en acciones concretas que abonan al bienestar integral y a la mejora  del ambiente. Esto requiere que la comunidad educativa impulse la gestión ambiental escolar: ahorrar agua y energía, educar para el consumo responsable, promover el manejo integral de los residuos sólidos, impulsar la formación de una cultura del agua y reconocer la interrelación entre salud humana y medio ambiente.

Educar desde una perspectiva integral implica reconocer las interrelaciones dinámicas entre las dimensiones ambiental, social, cultural y económica; entre los espacios local, regional y mundial, y entre el pasado, el presente y el futuro. Además, es fundamental que la escuela reconozca la cultura local y propicie la organización comunitaria para analizar  los problemas socioambientales y generar propuestas de acción.  Así como propiciar el ejercicio de un pensamiento crítico que cuestione el paradigma de desarrollo dominante, su modelo de producción-consumo y los estilos de vida asociados y, con ello, promover la acción transformadora que trascienda de la toma de conciencia a la participación comprometida y a la solidaridad intra e intergeneracional.

Algunos espacios y actividades propuestas para conmemorar el Día Internacional de la Madre Tierra son:

Escuela

  • Formar comités ambientales escolares.

  • Elaborar un diagnóstico de las problemáticas socioambientales y generar propuestas de acción.

  • Organizar una feria ambiental escolar.

  • Mercados del trueque.

  • Realizar cine-debate.

  • Elaborar carteles alusivos.

  • Promover la instalación de huertos escolares.

Hogar

  • Ahorrar el agua y la energía.

  • Consumir sólo lo necesario.

  • Comprar y consumir productos locales.

  • Incluir criterios ambientales en la vida cotidiana.

Comunidad

  • Compartir información con la familia y las y los vecinos.

  • Organizar grupos para mejorar las áreas verdes de la comunidad.

  • Convocar y realizar faenas comunitarias de mejoramiento ambiental.

  • Promover la instalación de huertos urbanos.

  • Promover el establecimiento de jardines polinizadores.