Fue en 1895 que la Constitución Política de México incorporó la expresión “cuidado del medio ambiente” y es a través de la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente (LGEEPA) que se busca garantizar el derecho de toda persona a vivir en un medio ambiente adecuado para su desarrollo, salud y bienestar, como lo establece el Artículo 4° de la Constitución.

Nuestra riqueza natural

La situación geográfica de México, su variedad de climas, topografía e historia geológica han producido una de las riquezas biológicas más impresionantes del mundo; por ello somos una nación megadiversa.

México alberga cerca del 10% de las especies registradas en el mundo, gran parte de ellas endémicas. Somos el quinto lugar con mayor número de especies de plantas, cuarto en anfibios, segundo en mamíferos y primero en reptiles. Tenemos prácticamente todos los ecosistemas terrestres y marinos: como bosques, selvas, humedales, pastizales, desiertos, dunas, manglares, praderas, islas, arrecifes, playas, entre otros.

A través de diversos instrumentos de política pública y de un marco normativo cada vez más robusto, México protege su riqueza natural y procura su aprovechamiento sustentable de a fin de garantizar el derecho de un medio ambiente sano a las presentes y futuras generaciones.

En esta administración se han decretado 6 Áreas Naturales Protegidas (ANP) para pasar de 176 a 182, lo que permitió triplicar la superficie natural protegida, que hoy suma más de 91 millones de hectáreas. De igual forma, se duplicó de manera anticipada la meta internacional que establece el Acuerdo de Aichi, de tener al 2020 al menos el 10% de áreas marinas. Hoy México tiene el 22.5% bajo diferentes categorías de protección.

¿Cómo la protegemos?

Para asegurar el cuidado de todos estos recursos naturales y evitar que sean mal utilizados y sobreexplotados, el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto decidió dar mayor fuerza a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), organismo descentralizado de la SEMARNAT, que se encarga de vigilar el cumplimiento de la legislación ambiental federal en nuestro país.

A 25 años de su creación, la PROFEPA es una institución consolidada que cuenta con el reconocimiento de la sociedad. Ha dado atención a todas y cada una de las denuncias ciudadanas, impulsado la adopción de mecanismos voluntarios por parte de empresas y municipios y realizado acciones de inspección y vigilancia a lo largo y ancho del país que han prevenido o castigado la comisión de ilícitos tanto en el ámbito de la industria como de los recursos naturales.

De igual forma, es tarea de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) dirigir los esfuerzos de conservación y el aprovechamiento sustentable de la biodiversidad en las ANP.

Cien años de conservación en México no se pueden explicar sin el trabajo comprometido de directores y guardaparques de la CONANP, quienes contribuyeron a lograr la publicación en este gobierno de 44 planes de manejo para las ANP, instrumento que delimita lo que se puede o no hacer dentro de estos sitios protegidos para salvaguardar los recursos.

Para fortalecer la seguridad ambiental, el presidente de la República instruyó reconvertir 745 plazas eventuales que tenía la CONANP a plazas de estructura y con ello dar certeza laboral a todo el personal de este organismo.

Por otro lado, México cuenta, a través de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), con un equipo de combatientes que hacen frente al fuego, una de las mayores amenazas para la cobertura vegetal de nuestros ecosistemas.

La labor del combatiente forestal requiere valor y compromiso, pero sobre todo capacitación, y México se distingue en el mundo por el nivel de preparación de sus elementos, incluso son requeridos para apoyar en otros países y aportar sus conocimientos, como ha sido el caso con Canadá.

La CONAFOR triplicó el número de combatientes forestales, pasando de 7,600 en 2012 a 22,450 en 2017, lo que ha permitido atender los eventos de una manera más rápida y eficiente.

No obstante, las amenazas al medio ambiente representan un desafío cada vez mayor. La tala ilegal, el tráfico ilegal de especies y el ordenamiento territorial son algunos de los retos en materia de seguridad.

Aliados de la protección ambiental

Muchos de los ilícitos forestales son cometidos por bandas organizadas equipadas con radiocomunicación y armas de fuego, que además están asociadas con otro tipo de delitos como robo de vehículos, secuestros, robos y narcotráfico, lo que requirió la participación de las fuerzas de seguridad pública.

En este sentido, los grandes aliados en el cuidado del medio ambiente han sido las Fuerzas Armadas. Las secretarías de la Defensa Nacional y de Marina trabajan de la mano con el sector ambiental para proteger el patrimonio de los mexicanos y de mundo.

Además, con gran visión, el presidente Enrique Peña Nieto identificó a principios de su mandato la necesidad de aumentar las capacidades de protección en las áreas naturales y de las personas que las visitan. De ahí nació la iniciativa de crear la División Ambiental de la Gendarmería, mediante un convenio de colaboración que firmaron en 2016 la SEMARNAT, a través de la PROFEPA, y la Policía Federal.

Los primeros 200 elementos capacitados comenzaron a trabajar en las áreas naturales en agosto del 2016. Actualmente, mil 200 gendarmes apoyan y fortalecen el trabajo de Profepa, Conanp, Conafor y Conagua en 67 ANP.

La Gendarmería Ambiental tiene presencia permanente en el Alto Golfo de California, donde vive la vaquita marina; en la Reserva de la Biósfera Mariposa Monarca, lugar donde hiberna este impresionante insecto después de un viaje de más de 4,000 km desde Canadá, y en la Reserva de la Biósfera de Calakmul, Campeche, hogar del jaguar que también recorre enormes distancias en busca de su alimento.

El trabajo interinstitucional que se ha forjado en los últimos cinco años para salvaguardar el patrimonio natural de nuestro país ha tenido avances y logros importantes.

Con apoyo de la Marina y de la Gendarmería Ambiental, el gobierno de la República, protege las zonas costeras del país y resguarda el hábitat de la vaquita marina en el Alto Golfo de California, haciendo frente a la pesca ilegal de totoaba; con el Ejército trabajamos en el cuidado del águila real, mediante la creación del Centro Nacional de Control y Protección de esta especie emblemática para los mexicanos, por citar un par de ejemplos.

Un logro destacado del trabajo conjunto de la Gendarmería Ambiental con Conanp y Profepa fue la disminución del 94% de la tala ilegal en la Reserva de la Biósfera Mariposa Monarca.

Gracias a todo este trabajo que se ha sumado a una política de protección de los bosques, combate a los incendios y a la tala ilegal, la superficie de deforestación anual en México disminuyó de 116.9 miles de hectáreas por año en 2005-2010 a 91.6 miles de hectáreas por año para el ciclo 2010-2015.

No cabe duda que el fortalecimiento de un sistema eficaz de justicia y seguridad ambiental es necesario, pilar fundamental, para garantizar la protección y conservación de la riqueza natural que alberga nuestro país. Los retos son enormes y se requiere del trabajo transversal y de la participación ciudadana para seguir obteniendo resultados exitosos.