Forma parte de los llamados contaminantes climáticos de vida corta (CCVC), los cuales tienen un importante potencial de calentamiento global y un tiempo de vida en la atmósfera más corto que el bióxido de carbono.

Se produce por diferentes actividades del hombre como la combustión incompleta de combustibles fósiles como el diésel y el combustóleo, así como por la quema de leña, entre otros.

El efecto del carbono negro en el ambiente no sólo produce el calentamiento de la atmósfera, también deteriora la calidad del aire y se le ha asociado con efectos negativos graves sobre la salud humana, daños a diversos ecosistemas y a la infraestructura urbana.

México se ha propuesto reducir sus emisiones de carbono negro. La meta establecida contempla la reducción no condicionada del 51% del volumen de sus emisiones para el año 2030 tomando como referencia un escenario tendencial carente de medidas para combatir el cambio climático.

También nuestro país ha asumido el compromiso internacional no condicionado para realizar acciones de mitigación que tengan como resultado la reducción del 22% de sus emisiones de GEI al año 2030, lo cual significa una reducción de alrededor de 210 megatoneladas (Mt) de GEI.

Fuente: INECC

http://www.inecc.gob.mx/descargas/adaptacion/2015_indc_esp.pdf

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