A 50 años de que Lázaro Cárdenas del Río partió de este mundo, el 19 de octubre de 1970, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales recuerda su prolífico legado en el que destaca su tributo a la conservación de los recursos naturales de México con la creación de 40 parques nacionales, entre ellos el de Viveros de Coyoacán, declarado como tal el 26 de septiembre de 1938.

Reconocido estadista de la primera mitad del siglo XX, Lázaro Cárdenas es recordado principalmente como el autor de la Expropiación Petrolera decretada el 18 de marzo de 1938. Sin embargo, su labor se extendió al cuidado del medio ambiente al convertir la conservación de los recursos naturales en una de las más importantes prioridades de su administración.

Tal y como lo menciona Lane Simonian en su libro “La defensa de la tierra del Jaguar”, el deseo de Cárdenas por proteger los recursos naturales lo llevó a crear el Departamento Forestal de Caza y Pesca, la primera agencia autónoma de conservación en México, pues consideraba que proteger dichos recursos era benéfico tanto para la economía como para la salud y el bienestar de la población.

Desde luego, para llevar a cabo esta tarea, quien fuera presidente de México de 1934 a 1940 se apoyó en el “Apóstol del Árbol”, Miguel Ángel de Quevedo, a quien confesó durante su campaña presidencial su tristeza por su ignorancia acerca de la conservación de los bosques, ya que la falta de un conocimiento adecuado derivó en la tala inmoderada de árboles y desecamiento de manantiales en su estado natal,  Michoacán.

Fue así que, tras manifestar su apoyo a las campañas de Quevedo para la conservación de los bosques, Cárdenas instruyó al nuevo Departamento Forestal reforestar las áreas devastadas, crear viveros forestales, administrar los parques nacionales, proteger la flora y la fauna de la nación y estimular la investigación científica y la educación.

De esta manera, la reforestación se convirtió en uno de los programas más importantes del Departamento, de manera que durante su mandato se plantaron dos millones de árboles en el Valle de México y cuatro millones más en el resto de la República.

Como parte de su estrategia en la reforma agraria, impulsó la creación de cooperativas forestales con el fin de frenar la explotación irracional de los bosques por grandes compañías extranjeras y nacionales, con el uso a pequeña escala de esos recursos por los indígenas, quienes obtendrían beneficios económicos de los bosques y, al mismo tiempo, los conservarían.

Uno de los logros más relevantes del Departamento Forestal, de Caza y Pesca fue la creación de 40 parques nacionales, con lo que México aumentó de manera significativa estas áreas protegidas y de las cuales, hasta antes de 1935, sólo tenía dos: el Desierto de los Leones (1917), en la Ciudad de México, y El Chico, en el estado de Hidalgo (1922).

De esta manera, Cárdenas se convirtió también en uno de los primeros políticos mexicanos en incursionar en la defensa de los recursos naturales para el bien social, una idea que hoy cobra vigencia ante el reto de garantizar la sustentabilidad de la riqueza de los bosques en beneficio de sus habitantes.

Además de la expropiación petrolera, gesta emblemática de Tata Lázaro, a Cárdenas del Río se debe también la reforma agraria de 1934, decisión política mediante la cual se repartieron más de 18 millones de hectáreas a más de 51 mil 400 campesinos.

Y entre muchas de sus históricas hazañas están el haber brindado asilo político a exiliados españoles durante la Guerra Civil del país ibérico, crear instituciones académicas que hoy subsisten, como el Instituto Politécnico Nacional y el Colegio de México, además de haber consolidado las bases del Partido Nacional Revolucionario. 

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