La economía azul se define como todos los sectores económicos que tienen relación directa o indirecta con el océano.

Una economía azul sostenible promueve la restauración y protección de la biodiversidad marina, sus funciones ecológicas y su resiliencia, maneja horizontes de largo plazo y contribuye a la seguridad alimentaria de la población mundial.

Los principios de una economía azul sostenible pretenden complementar los marcos de gobernanza e inversión responsable, apoyando la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, así como mantener estándares de desempeño sociales y ambientales.

Algunas consideraciones políticas para su implementación, así como para alcanzar la transición hacia una economía azul sostenible son:

  • Involucrar actores clave de los sectores pesquero, turístico y de gestión de residuos en procesos de ordenamiento y de manejo costero que incentiven la inversión de largo plazo.

  • Implementar instrumentos de gestión relacionados con el uso eficiente de plásticos para evitar su destino final en el océano.

  • Crear conciencia en la sociedad de la importancia de la relación sostenibilidad-rentabilidad del océano y bienestar social bajo perspectivas locales y globales.

Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el océano aporta US$1,5 billones en valor añadido a la economía mundial. Este valor se prevé duplicado para 2030.

El sector pesquero mundial aporta 120 millones de empleos.

El turismo marino emplea a 6.5 millones de personas.

El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) estima que los “activos marinos” suman US$25 millones y generan un “producto marino bruto” de US$2.5 billones anuales.

/cms/uploads/image/file/378575/REVISTA_1.png

Consulta nuestra revista digital