La leyenda “Cuidado con la brecha. No dejar a nadie, ni ningún lugar atrás” parece la advertencia al pensar que se camina sobre el filo de la navaja al lado de un precipicio, donde transitamos todos y todas.

Este 3 de octubre, Día Mundial del Hábitat, es conveniente darle sentido a esta frase y reflexionar, como lo plantea ONU-Hábitat, sobre el estado de la estructura de nuestros pueblos y ciudades y el derecho básico de todos a una vivienda adecuada, así como recordar al mundo su responsabilidad colectiva en el futuro del hábitat humano, como lo propuso en 1985 Naciones Unidas para esta conmemoración cada primer lunes de octubre.

El Plan estratégico o 2020-2023 de ONU Hábitat obtuvo el respaldo del Comité de Representantes Permanentes en su 64ª reunión ordinaria, celebrada el 6 de diciembre de 2018. Este documento reposiciona a ONU-Hábitat como entidad de importancia mundial y centro de excelencia e innovación.

En ese sentido, la organización busca colocarse como “referente intelectual” mediante el programa al cual puede recurrirse en cuestiones relativas a su labor, ya que establece el discurso y la agenda mundiales sobre el desarrollo urbano sostenible, impulsa el debate político, genera conocimientos especializados y de vanguardia, formula normas, principios y estándares técnicos, y actúa como multiplicador en el intercambio de conocimientos, experiencias y mejores prácticas para lograr que las ciudades y otros asentamientos humanos sean lugares mejores.

En 2014 ONU-Hábitat lanzó la iniciativa Octubre Urbano con el fin de poner en relieve los desafíos urbanos mundiales e involucrar a la comunidad internacional en el desarrollo de la Nueva Agenda Urbana, aprobada en octubre de 2016 en Quito, Ecuador, durante la Conferencia Hábitat III.

Esta agenda se considera también como la brújula para afrontar los desafíos de las ciudades en las próximas dos décadas, y se ofrece como una extensión del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 11 de la Agenda 2030.

El ODS 11,” Lograr que las ciudades sean más inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles”, expone que vivimos un mundo cada vez está más urbanizado donde desde 2007 más de la mitad de la población mundial ha estado viviendo en ciudades, y se espera que dicha cantidad aumente hasta el 60 % para 2030.

Las ciudades y las áreas metropolitanas son centros neurálgicos del crecimiento económico al contribuir con aproximadamente el 60% del PIB mundial. Sin embargo, también representan alrededor del 70% de las emisiones de carbono mundiales y más del 60% del uso de recursos.

En 2022, cuando celebramos el Día Mundial del Hábitat bajo el tema “Cuidado con la brecha. No dejar a nadie, ni ningún lugar, atrás”, ONU-Hábitat llama a tener presente el problema de la progresiva desigualdad y los desafíos en las ciudades y los asentamientos humanos, ante las crecientes disparidades y vulnerabilidades exacerbadas por las crisis derivadas de la triple "C": COVID-19, clima y conflictos.

Explica que en todo el mundo la pandemia y los conflictos recientes han echado por tierra años de progreso en la lucha contra la pobreza, y han aparecido nuevos pobres: los que habrían salido de la pobreza en ausencia de la pandemia pero siguen siendo pobres, y los que han caído en la pobreza a causa de la pandemia.

De acuerdo con el Informe 2021 sobre las Ciudades del Mundo de ONU-Hábitat, en 2020 el número de personas afectadas se ubicaba entre 119 y 124 millones. Esta cifras pasaron a 143 y hasta 163 millones en 2021, lo que revela que la lucha contra la pobreza y las desigualdades urbanas se ha convertido en una prioridad mundial urgente.

Un informe reciente de la ONU (29/06/22) emanado en la cumbre de Katowice, Polonia, indica que la tendencia de rápida urbanización global fue temporalmente ralentizada por la pandemia de Covid-19, aunque la población global continuó creciendo a un ritmo de 2.2 billones de personas más hacia 2050.

Pero hoy las ciudades vuelven a ser una vez más focos de oportunidad para las personas en busca de empleo, educación y capacitación, o para refugiarse de algún conflicto, por lo que aunado al crecimiento natural de la población urbana existente, particularmente en los países con menor ingreso, se prevé que la población urbana crezca del 56% del total global en 2021 al 68% para 2050.

Se vislumbra entonces que “las ciudades continuarán creciendo y el futuro de la humanidad es indudablemente urbano”, aunque en muchos casos los niveles de urbanización son desiguales, con un crecimiento desacelerado en países de ingreso alto.

Maimunah Mohd Sharif, subsecretaria general adjunta de Naciones Unidas y directora ejecutiva de ONU-Hábitat, afirma: “La urbanización continúa siendo una poderosa mega tendencia del siglo XXI, lo que implica numerosos desafíos que fueron expuestos y exacerbados por la pandemia”.

No obstante, el Covid-19 mostró una oportunidad de reconstruir de manera diferente sí y solo si aplicamos las políticas correctas y los gobiernos asumen los compromisos adecuados, para que nuestros niños puedan heredar un futuro urbano más inclusivo, más verde, más seguro y más saludable.

ONU-Hábitat alienta a reconocer que previo al memorable 2020 transitamos con un modelo insostenible de desarrollo urbano, por lo que conmina a tomar las mejores prácticas aprendidas en nuestras respuestas al Covid-19 y la crisis climática.