No obstante ser ligeras, las bolsas de plástico surgidas por accidente en 1933 y que resolvieron el transporte de alimentos y de muchos otros productos, se han convertido en una pesada carga para la humanidad entera, los ecosistemas y la biodiversidad.

El problema que entraña su existencia es la profusa utilización de estos artilugios de un solo uso, porque la extrema facilidad con que se obtienen y desechan ha impedido crear conciencia sobre lo perjudicial de su presencia en suelos, ríos, lagos, mares y océanos, en las cumbres más altas y hasta en los abismos de prácticamente todo el planeta.

De poco ha valido difundir fotografías y videos de lo que representan las bolsas de plástico para la fauna marina, pues pese a ser testigos virtuales de escenas aberrantes que muestran los estómagos de peces, tortugas, aves y mamíferos marinos, entre otras especies, repletos de bolsas de plástico y otros objetos del mismo material, las dramáticas imágenes parecen no hacer mella en la conciencia de la población en general.

Otros videos ponen ante nuestros ojos las costas de los mares con islas de basura plástica, entre la que sobresalen toneladas de bolsas que navegaron desde otros continentes llevadas por las corrientes marinas. En nuestro mar Caribe recalan grandes volúmenes de esos materiales.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), las bolsas de plástico tardan más de 500 años en degradarse. La cifra representa una carrera contra el tiempo porque se calcula que cada persona gasta en promedio unas 230 bolsas de plástico al año, lo que representa más de 500 billones de bolsas de plástico en el mundo que, al no ser reciclables, quedan por doquier perjudicando a todo ser viviente.

El organismo multilateral calcula que a los océanos llegan cerca de 12 millones de toneladas de plásticos cada año, por lo cual crece la amenaza para los océanos y las especies marinas, pues se ha encontrado que uno de cada seis peces que se adquieren en las pescaderías contiene microplásticos en sus estómagos.

De esa manera, el plástico llega a la mesa y es consumido por las personas. Diversos estudios muestran que los microplásticos han llegado a nuestro torrente sanguíneo, pues en Países Bajos y el Reino  se han encontrado en la sangre de donadores y en los pulmones de pacientes quirúrgicos, indica un artículo publicado por National Geographic.

Pero, ¿cómo enfrentar el desafío de la creciente ola de bolsas de polímeros derivados del petróleo en el mundo?

Aunque la percepción general es que en México se ha reducido el uso de las bolsas de plástico porque algunas tiendas de autoservicio han prescindido de entregar su mercancía dentro de estos materiales, no sucede lo mismo en tianguis, mercados y pequeños comercios donde se reparten sin límites, y son pocos los consumidores que llevan sus propias bolsas reutilizables de tela de algodón, yute o ixtle.

En 2002 Bangladesh fue el primer país en prohibir las bolsas de plástico al descubrir que obstruían los sistemas de drenaje durante inundaciones devastadoras. Posteriormente más países comenzaron a prohibirlas, refiere Mireya Imaz en un ensayo publicado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

Pocos países han tocado el punto neurálgico, la producción de bolsas de plástico:  Francia e Italia lo hicieron y han reducido notablemente su consumo. Reino Unido, Portugal y Suecia aplican impuestos sobre el uso de las bolsas, y en Finlandia y Alemania los establecimientos han adoptado acuerdos voluntarios.

Si queremos reducir ese flagelo, es recomendable llevar siempre con nosotros una o varias bolsas de tela plegable que ocupan muy poco espacio, pues es frecuente hacer una compra imprevista, recomienda ONU Medio Ambiente, y dice: “Si no llevas bolsa y te ofrecen una en la tienda, piensa realmente si la necesitas. Quizás lo que has comprado pueda caber en tu bolso, cartera o mochila. No la aceptes de manera automática”.

Puedes también reutilizar las bolsas que ya recibiste para hacer una compra, como bolsa de basura o para recoger las heces de los animales de compañía y depositar las bolsas rotas en el contenedor de los plásticos.

Asumamos la responsabilidad de reducir el uso de las bolsas de un solo uso, reflexionemos en el impacto que las bolsas de plástico causan en los ecosistemas.

Si quieres conocer más, consulta:

https://www.nytimes.com/es/2023/04/30/espanol/opinion/plastico-cuerpo-humano.html

https://es.greenpeace.org/es/que-puedes-hacer-tu/peticiones/plasticos-supermercados/

https://www.revistaciencia.amc.edu.mx/images/revista/73_2/PDF/03_73_2_1429_Microplasticos_Caribe.pdf

https://www.greenpeace.org/mexico/blog/51068/por-que-un-dia-internacional-libre-de-bolsas-de-plastico%EF%BF%BC/

https://www.revistaciencia.amc.edu.mx/images/revista/73_2/PDF/03_73_2_1429_Microplasticos_Caribe.pdf