Un conjunto de valerosos hombres y mujeres hacen frente a un enemigo común que surge del bosque o de la selva: el fuego forestal. Su misión, proteger con arrojo, determinación y amor la cobertura vegetal del planeta, más allá de sus propias limitaciones que vencen con el compromiso de estar preparados en todo momento para acudir prestos a sofocar las llamas.

Honrar cada 4 de mayo a estas osadas personas que en muchos países del mundo combaten cuerpo a cuerpo al elemento ígneo que arrasa sin tregua árboles, matorrales y pastos, es apenas un asomo de la gratitud que les debemos; un sencillo reconocimiento surgido en 1998 en Linton, Australia, cuando un brigadista voluntario vio arder en el bosque a cinco de sus compañeros que heroicamente combatían el fuego.

En México, los combatientes forestales tienen como misión resguardar más de 65 millones de hectáreas arboladas, y lo hacen con profesionalismo. Envueltos en trajes especiales para reducir el riesgo, con pesadas herramientas a cuestas recorren zonas intransitables, barrancas profundas y riscos abruptos; abren brechas cortafuego, se mueven con destreza y coordinan su trabajo de equipo cuidando cada quien de sí mismo, pero también del compañero o compañera, hermanados todos en la lucha desigual con el coloso calcinante que ruge y chisporrotea.  

Este 2021, la tarea de los y las combatientes forestales se agigantó. Se multiplicaron los puntos de urgente atención en el norte, el centro y el sur del país. El fenómeno meteorológico La Niña anunciaba un año atípico que vislumbró la Comisión Nacional Forestal (Conafor) con un ambiente de mayor calor que causaría condiciones propicias para la proliferación de incendios en áreas boscosas del país.

“El fenómeno climático ha provocado bajas temperaturas y pocas precipitaciones en la mayor parte del país, disminuyendo la humedad en las zonas forestales, una situación similar al año 2011. Esta sequía atípica incrementa la presencia y expansión de los incendios forestales en el territorio mexicano”, alertó Conafor en su comunicado del 20 de febrero.

El Sistema de Predicción de Peligro de Conafor, similar a los de Estados Unidos y Canadá, se basa en información del Sistema Meteorológico Nacional de la Comisión Nacional del Agua y de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, que consideran el factor humano en la incidencia de incendios y aportan datos que contribuyen a desarrollar la capacidad de respuesta en las entidades federativas y municipios para la planeación, prevención, detección, combate y control de incendios forestales.

Por eso, al trabajo profesional de los combatientes de Conafor, que exige una capacitación permanente y una condición física extraordinaria, se suma la contribución de las comunidades que desde enero realizan actividades de prevención física como brechas cortafuego, líneas negras y quemas prescritas que disminuyen los combustibles forestales en los estados con mayor superficie forestal.

Los efectos del cambio climático han incidido en la última década en la alteración de la temperatura, la precipitación, la humedad en el ambiente, el viento, la dinámica de los combustibles forestales, la composición de las especies, la estructura de la vegetación y la humedad del suelo.

Otros elementos que también inciden en el origen y la propagación de los incendios forestales son la acumulación de combustibles forestales en bosques densos sin manejo silvícola, la sequía, los huracanes, la presencia de plagas o especies invasoras, la falta de cultura y conciencia ambiental en la ciudadanía y las quemas agropecuarias.

Hoy, Día Internacional del Combatiente Forestal, justo es honrar a las mujeres y los hombres que incluso a riesgo de su propia vida acuden con arrojo a sofocar el fuego de bosques, selvas y matorrales en condiciones marcadamente adversas como la de la actual temporada de incendios del país, avivada no sólo por la sequía extrema que agobia a la mayoría de los nuestros ecosistemas, sino también por acciones humanas deliberadas e incluso criminales e irracionales.

¡Vaya a ellos y ellas nuestra gratitud!

Consulta Aquí  los Datos Abiertos sobre Estudios financiados con recursos públicos