Hasta hace poco, hablar de enfermedades tropicales en las grandes urbes era referirse a algo lejano y ajeno, a territorios ignotos de difícil acceso.

Sin embargo, en las últimas décadas la globalización, las migraciones humanas y el cambio climático, entre otros factores, han acercado a las ciudades a esa ruralidad y también a los vectores que portan los virus generadores de dengue y de otros padecimientos como el zika, el chikungunya y la malaria.

En la actualidad, 3 mil millones de personas, casi la mitad de la población mundial, vive en los trópicos donde existe más del 80% de la biodiversidad; el 82% de las lenguas vivas del mundo se hablan en esas regiones y el 85% de las personas más pobres del mundo habita en los trópicos, según el Informe sobre el estado de los trópicos 2020, publicado por la Organización de las Naciones Unidas.

El documento revela cuán importante resulta el cumplimiento de los objetivos del desarrollo sostenible, y mueve a atender las carencias de las naciones tropicales,  que enfrentan diversos desafíos que requieren atención especial en una serie de indicadores y datos para alcanzar el desarrollo sostenible.

Esto lo reconoce también la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en un comunicado reciente, donde afirma ya que si bien en esas regiones del mundo se han realizado progresos importantes, las zonas tropicales enfrentan el cambio climático, la deforestación, la explotación maderera, la urbanización y los cambios demográficos.

Toda vez que México forma parte de los países tropicales, en el Día Internacional del Dengue es propicio fomentar la reflexión y dar a conocer cómo se puede prevenir la enfermedad que se presenta principalmente en países de clima tropical, pues además, en concordancia con los altos niveles de pobreza de la región, en los trópicos hay más personas malnutridas que en otras partes del mundo.

En la actualidad, indica Teresa Uribarren Berrueta, investigadora del Departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Medicina, la UNAM, el dengue representa un problema importante de salud pública en México.

Agrega que con los procedimientos de control de Aedes aegypti en la década de los años 60, México estuvo libre de dengue hasta 1978 cuando fue invadido nuevamente por este vector. Desde entonces la enfermedad presenta un patrón anual, con picos en los meses de lluvia.

La incidencia del dengue ha aumentado de manera constante en nuestro país, de 1.7 casos por 100 000 habitantes en el año 2000 a 43.03 casos por 100 000 habitantes en 2012, debido a la urbanización creciente, sin controles adecuados, a la migración humana, a factores asociados al cambio climático con modificaciones en el ámbito ecológico, que han redundado en una expansión de los vectores, Aedes aegypti y A. albopictus, indica la autora.

En la conmemoración del Día Internacional del Dengue podemos recordar cómo en tiempos del COVID-19 se ha escrito de manera profusa sobre la relación ser humano-naturaleza, y también que la actual pandemia ha obligado a todas las sociedades a informarse y asumir hábitos de higiene y de vida diferentes, en tanto que los gobiernos han tenido que emprender campañas de educación para la salud y ambiental.

El grueso de la población debe saber que el dengue es una infección aguda causada también por un virus que puede afectar a cualquier grupo de edad, y que existen cuatro variedades de ella, siendo la hemorrágica la más grave.

También debe tener presente que es posible que una misma persona desarrolle dengue cuatro veces, cada una de ellas por una variedad diferente del virus, y provoca síntomas parecidos a los de una gripe, como fiebre, dolores musculares y de cabeza, escalofríos, náuseas y vómitos, lo que en ocasiones puede evolucionar hasta convertirse en el cuadro potencialmente mortal llamado dengue hemorrágico o grave, según datos de la ONU.

Esta enfermedad, muy extendida en zonas tropicales del planeta, se ha desarrollado ya de manera creciente en las zonas urbanas y constituye un problema grave de salud pública, al que está expuesta la mitad de la población mundial, ya que cada año se producen más de 390 millones de casos en el mundo, de los cuáles 500 mil corresponden a la variedad más grave, el dengue hemorrágico, que causa alrededor de 25 mil muertes.

Aunque se habla de distintas vacunas contra el dengue, la educación ambiental es la única forma eficaz de prevenirla mediante el control de las poblaciones de mosquitos transmisores. Esto debe ser informado a las comunidades para que sigan de manera puntual recomendaciones como:

Eliminar correctamente los desechos sólidos y líquidos, evitar que los mosquitos encuentren lugares donde depositar sus huevos, aplicar los tratamientos adecuados a los recipientes donde se almacene agua; cubrir, vaciar y limpiar periódicamente los recipientes donde se almacena agua para uso doméstico; limpiar las canaletas, bebederos de animales o lugares donde se almacena agua para otros usos.

Asimismo, recortar el césped, cambiar regularmente el agua de floreros y usar repelentes para las picaduras de mosquitos, así como ropa de manga larga, entre otras medidas de prevención.

En el Día Internacional contra el Dengue puedes informarte sobre cómo prevenir esta enfermedad y compartirlo en redes sociales bajo el hashtag #BastaDeDengue #DiaInternacionalcontraelDengue

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