La trata de personas es un delito que no respeta fronteras, ya que se presenta tanto a nivel nacional como a nivel internacional, el cual violenta la dignidad y los derechos humanos, corrompiendo no solo la libertad y dignidad de las víctimas, sino también su integridad física y emocional, así como limita su capacidad de desarrollo.
Las consecuencias de los delitos de trata de personas afectan no sólo al individuo que es víctima, sino también a la familia y a la sociedad en general. Las afectaciones y daños sufridos por las víctimas de trata de personas, obligan al Estado Mexicano a la generación de acciones y políticas públicas eficaces e integrales.