Discurso No. 072

Palabras del titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), Jorge Carlos Ramírez Marín, durante la inauguración del Foro Estatal de consulta ciudadana para la integración de los Programas de Desarrollo Urbano y Vivienda en Pachuca, Hidalgo

Pachuca, Hidalgo, 23 de septiembre de 2013.

Muchas gracias, estimadas amigas, estimados amigos. En primer lugar agradezco el extraordinario apoyo otorgado para la realización de este foro al gobierno del estado de Hidalgo, muy particularmente a su titular el licenciado Francisco Olvera, muchas gracias don Paco por todo el apoyo que le has otorgado, a la SEDATU en particular, para el logro de sus objetivos.

Me complace mucho, y también le agradecemos al gobierno del estado, que esta convocatoria se haya extendido a los poderes Legislativo y Judicial del estado de Hidalgo. En el Legislativo me honra reconocer la presencia a este extraordinario político y legislador que sin duda aportará mucho a este gobierno, don Ernesto Gil Elorduy, muchas gracias don Ernesto por su presencia; igualmente al magistrado Valentín Echavarría por acompañarnos el día de hoy, así como el presidente municipal de Pachuca don Eleazar García, muchas gracias, presidente, por incorporarse a estos trabajos que sin duda a ninguna ciudad importaran tanto o incluirán tanto como a Pachuca.

Y no lo digo gratuitamente, lo digo porque el trabajo de todas las delegaciones del gobierno -agradezco la presencia de los señores delegados del Gobierno Federal- todo el trabajo de los presidentes municipales, como en todos los estados -muchas gracias a los 50 presidentes municipales presentes hoy en este foro, dando muestras de su preocupación- a ellos les afecta todo lo que afecte a la capital, así sucede en todas las entidades federativas de nuestro país.

Y es que, estimados amigos, en México los números pueden ser impactantes; pero no hay nada que nos impacte más que el ejemplo que nos escapa esos números. Vean por ejemplo los números de la vivienda construida en México, hace 10 años el déficit de vivienda de nuestro país rebasaba los 16 millones, hoy ese déficit sin duda se ha reducido a casi 10 millones, pero la diferencia está en cómo hacer las cosas, y esa diferencia no la reflejan las estadísticas, las muestra la realidad, las muestra hoy la realidad de una colonia que se llama Luis Donaldo Colosio en Acapulco, Guerrero, donde el 70% de 15 mil casas estuvieron días enteros sumergidas en más de 70 centímetros de agua lodosa.

Esto es más contundente que cualquier estadística, porque nos dice y nos demuestra otra vez la realidad, que a la naturaleza no podemos jugarle bromas con los números; que lo que decimos que hemos cumplido y lo que decimos que hemos hecho, la realidad contundentemente nos demostrará si lo hicimos bien o mal. Lo que está sucediendo en estas graves contingencias que afrontamos ciertamente nos puso a prueba a todos porque se trata de un fenómeno meteorológico que nunca se había presentado con tal intensidad, pero las diferencias también nos demuestran que hemos hecho bien y que hemos hecho mal; en qué hemos cumplido y en qué hemos sido omisos y evidencia que, si bien hemos aumentado en capacidad de respuesta ante las catástrofes, fuimos incapaces en nuestra capacidad de previsión en el efecto fundamental, en la causa fundamental de la prevención que es la planeación urbana.

Y eso justamente mis estimados amigos es lo que venimos a hacer aquí el día de hoy. Más allá del dolor que sin duda le significa a todas estas familias la pérdida de bienes, pero sobre todo la pérdida de vidas humanas, más allá de eso tenemos que continuar con este trabajo, con este propósito fundamental de por fin ordenar el territorio nacional y sobretodo de por fin ponerle orden al crecimiento de las ciudades.

Y esta es una tarea que no se puede cometer solamente desde el Gobierno Federal. Esas zonas de ciudades que estuvieron bajo el agua, antes fueron zonas de cultivo o zonas de espacios que la naturaleza escogió para sí, y que indebidamente se convirtieron en viviendas, en fábricas o en espacios turísticos, cuando estaban llamados a pertenecer como reservas. Trabajar sobre este aspecto es una tarea fundamental en el Gobierno hoy, ese el motivo de esta Secretaría, por eso se llama Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, porque tiene que ver a todo lo que se refiera al ordenamiento del suelo.

Si, ordenar los conflictos agrarios que todavía hacen que una comunidad entre en disputa con otra comunidad porque no saben bien a bien le pertenece la tierra; si, desarrollo agrario, para que la gente que está en el campo no sufra necesariamente ver como se arrebata su tierra, ver cómo se mal vende su tierra para que se construyan ciudades que a los únicos que no van a beneficiar son a ellos. Aquí, hago un amplio espacio para reconocer el pionerismo de Hidalgo en esta materia, aquí si hay ejemplo de cómo pueden trabajar de la mano campesinos, gobierno y empresarios; y esa es una política que le reconocemos al gobierno del estado de Hidalgo.

Es obligación de la SEDATU evitar que campo, la zona urbana y la zona rural sigan distanciadas. Es fundamental para el desarrollo del país, respetar la vocación rural y también garantizar que no por la falta de servicios, la falta de atención o por la falta de oportunidades de desarrollo, esas tierras tengan que venderse y trasladarse a la propiedad privada. Desafortunadamente no son todas las tierras las que sufren este fenómeno, son las más valiosas, las que son susceptibles al desarrollo de vivienda, desarrollo industrial o desarrollo turístico. El campo sigue ahí, el centro del campo, las zonas que todavía son de cultivo siguen ahí esperando llamadas de atención, esperando oportunidades para darle la mano a la empresa privada y al desarrollo agrario.

Pero mientras tanto, las otras se enajenan con una extraordinaria facilidad. Recojo aquí una de las propuestas que ustedes han hecho y se han leído en estas conclusiones, esa puedo garantizarles que estará en el Programa de Desarrollo Urbano, no podemos permitir que la tierra ejidal se siga enajenando sin un plan de desarrollo que garantice efectivamente para qué va a servir y que no se convierta en objeto de especulación.

Sólo así, estimados amigos, dándole la mano al sector urbano y al sector rural podremos resolver, no solamente el proceso de desarrollo y crecimiento de nuestras ciudades, sino fundamentalmente el proceso de desarrollo y crecimiento de las personas.

¿Cuál es la realidad hoy de esto que estamos diciendo? Vayamos a los números y su ilustración. En México existen más de 183 mil comunidades de distinto tamaño dispersas entre todo el territorio nacional. 183 mil. De esas 183 mil, sólo 393 tienen más de 15 mil habitantes, y lo más importante, de todas esas comunidades, de estas 183 mil, se formaron 59 zonas metropolitanas en nuestro país.

Nosotros le llamamos, pomposamente, zona metropolitana, porque lo que queremos decir, hemos extendido el concepto de metrópoli a decir que se han juntado municipios, que algunas veces se han juntado municipios de un estado con otros estado, por ejemplo la zona metropolitana de la Laguna, que tiene a Gómez Palacio, del lado de Durango, y a Torreón del otro lado, divididos solamente por una calle. O la zona metropolitana del Valle de México, que tiene al DF y toda la zona conurbana del Estado de México, divididos estrictamente por calles, a veces por puentes peatonales. O la zona metropolitana de Hidalgo, muy cercana ya a constituir una megalópolis con el DF, la zona urbana de Hidalgo aportando 13 municipios a todos los que ya integran la zona urbana del Valle de México.

¿Qué es lo más significativo de estos números? Que en tan solo el 3 por ciento del territorio nacional, se produce el 70% del Producto Interno Bruto, es decir, toda la productividad del país, se asienta solamente en este pequeño espacio de nuestro territorio. Y lo más importante o lo más complicado, lo que ustedes han venido a tratar de resolver el día de hoy, en ese pequeño espacio vive el 80% de los habitantes de nuestro país.

Cuando nos preguntemos por qué necesitamos más transporte, cuándo nos preguntemos por qué se está inundando la zona de una ciudad, más gravemente, cuándo nos preguntemos por qué se nos ha venido encima las rocas o las piedras de esta comunidad, sucede solamente por dos cosas: porque están en la zona rural y estando tan alejados y tan dispersos resulta cada vez más complicado y más caro llevarles servicios y ayudarles a salir de la pobreza, o porque este en una zona urbana tan congestionada que ha abarcado espacios que evidentemente representan un riesgo para la vida humana, cauces de ríos, linderos de ríos, zonas colindantes a ductos de aguas negras, cerros, barrancas.

Esa es la realidad que hoy ya no estamos llamados, estamos obligados a transformar, este ejercicio en el que ustedes han participado por esta secretaria que unen el desarrollo agrario del que hemos hablado, el ordenamiento territorial para que digan qué va dónde, y dónde debe ir lo que va, y finalmente el desarrollo urbano que diga de qué tamaño deben ser nuestras ciudades, de qué tamaño deben ser nuestras necesidad de transporte, que soluciones le podemos dar al transporte a una ciudad como Pachuca, a tan sólo de 95 kilómetros de la zona metropolitana más cercana.

Todas estas soluciones tienen que plantearse desde el punto de vista de un verdadero desarrollo urbano, aquí tienen que darse la mano los tres niveles de gobierno; me complace decirles que en los primeros días de noviembre entre el 8 y el 13 de noviembre se habrá concretado la firma con las noventa ciudades más grandes del país en términos de su importancia territorial o de su importancia demográfica o de su importancia económica; y estos 90 ayuntamientos firmarán con la Federación un convenio, de modo que conservando sus facultades institucionales y constitucionales le pongamos medidas a esas facultades, marcos y cauces; por ejemplo al dato especifico de la autorización de permisos de construcción, los ayuntamientos firmantes se solidarizarán con la Federación para que no se pueda otorgar permisos de construcción donde el Registro Nacional de Reserva Territorial o el Registro Único de Vivienda, o las capas de riesgo del INEGI señalen que exista efectivamente riesgo para la vida humana, y que haya facultades para los órganos de gobierno concurrentes, el Estado y la Federación para impedir en su caso la construcción y asentamiento en esas zonas señaladas como de riesgo para los ciudadanos.

Esto hay que decirlo es algo que los ayuntamientos han apoyado con gran entusiasmo, sabiendo además que compromete a la Federación a otorgar no solamente los apoyos logísticos, sino también la intervención económica para ir haciendo la corrección de todos estos espacios.

Amigos, amigas, nada de esto sería posible sin la concurrencia del Poder Legislativo Federal, pero en lo que se refiere a Hidalgo puedo decirles a ustedes que deben sentirse sumamente contentos porque la participación de los legisladores de Hidalgo en las Comisiones de Vivienda, Desarrollo Agrario y Desarrollo Urbano es extraordinaria, sé que contamos con su valioso apoyo y así lo demuestra la presencia de todos ellos en este Foro, a los cuales le doy mi más profundo agradecimiento por acompañarnos y por hacerse parte de estos trabajos.

Esta es una realdad que hay que cambiar; es mucho más complejo echarlo a andar pero sin duda, no hay ninguna posibilidad de seguirlo retrasando. Amigos, decía un extraordinario filósofo francés, “El futuro es el tiempo de las cosas que se tienen que hacer hoy”; no les quepa ninguna duda que el Gobierno de la República mueve al país en esa dirección, es el Gobierno de Enrique Peña, comprometido, transformando y moviendo a México.

Muchas Gracias.