Una de las metas del gobierno de la Cuarta Transformación es consolidar la participación, plena y con reconocimiento, de las mujeres y hombres que históricamente han sostenido el tejido social de este país.
A quienes han alimentado al país; conservado la tierra y el territorio, impulsado cambios y logrado derechos, se les ha invisibilizado y negado ciudadanía plena. Por ello, su inclusión y reconocimiento son fundamentales para la construcción de la democracia participativa y del proyecto de país que queremos.
Para las comunidades rurales, indígenas, urbanas y suburbanas de México, este gobierno ha impulsado políticas públicas para su mejoramiento económico, social, ambiental y educativo. En materia de rescate de los espacios públicos y de otras formas de habitarlos, se ha impulsado la reconstrucción colectiva del territorio, siendo una de sus bases la organización y acción social de la comunidad.
Se parte del reconocimiento de que las comunidades mexicanas –rurales, indígenas, urbanas- son diversas en lo cultural, social, en su historia, cosmovisión y conocimientos. En sus formas de interacción, vinculación y aspiraciones. Esa diversidad es fundante y el mejor ejemplo del patrimonio simbólico y cultural de México.
Pero también, se reconocen las deudas históricas para con las mayorías que han sido minoría política, y que han sufrido los terribles costos de un sistema patriarcal, neoliberal, colonialista y racista. Nombramos a las mujeres, los pueblos indígenas y a las y los pobres.
Para continuar avanzando, sin dejar a nadie atrás, a nadie fuera, el Gobierno de México, a través de la Estrategia Mujeres en el Territorio, se ha comprometido a colocar en el centro de los procesos de transformación la mirada y la experiencia de mujeres, niñas y adolescentes. Para ello, se implementan herramientas que favorecen la su participación activa y toma de decisiones en el ámbito comunitario.
La Guía “Komunila”: evaluación de entornos rurales con perspectiva de género e intercultural. Caso de estudio Ráhum Sonora, constituye un instrumento para líderes y lideresas de la comunidad, así como personas funcionarias públicas que buscan promover mejoras en comunidades rurales.
Para ello se contempla partir de un análisis del contexto rural y considera las diferentes condiciones, las rurales e indígenas, donde las relaciones de poder y violencia se expresan de una forma diferente a aquello que ocurre en el ámbito urbano.
Resulta necesario llevar a cabo procesos de evaluación y análisis respecto del mejoramiento del espacio comunitario rural. Por ello, esta Guía facilita la evaluación de proyectos de infraestructura en entornos rurales e indígenas desde las perspectivas de género e intercultural, tomando en cuenta la participación de las mujeres y los procesos de planeación territorial. Así, la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, incentiva la apropiación del espacio y la mejora de sus condiciones de vida.
De este modo, se construye la prevención de las diversas formas de violencia contra mujeres, niñas y adolescentes en el territorio, incorporando las perspectivas de género, de pertinencia cultural y anticolonialista.
El desarrollo rural sustentable, la conciliación de las relaciones territoriales entre el espacio urbano y el rural, así como la incorporación de manera directa de las características de su población, como las relaciones concretas de las desigualdades de género, conservando en todo momento su identidad, es el sentido de esta estrategia.
Ampliar la mirada hasta abarcar las necesidades y aspiraciones de todas y todos y garantizar la participación de las mujeres, es la única manera de lograr una transformación profunda y duradera. Sea esta Guía parte de los instrumentos que aporten a este fin.
Anabel López Sánchez
Directora General para la Promoción de una Vida Libre de Violencia e Impulso a la Participación Política.- INMUJERES