La Comisión Nacional de Vivienda fue creada en 2006 y junto con el Infonavit, el Fovissste y la Sociedad Hipotecaria Federal, constituyen el Sistema Nacional de Vivienda del gobierno federal. En este marco, las aportaciones de la Conavi para el ejercicio del derecho a la vivienda adecuada (como lo establece la ONU), versan básicamente sobre dos ejes de acción que son contribuir a la ejecución del Programa Nacional de Vivienda y como organismo ejecutor de la política habitacional nacional a través de programas de vivienda social con subsidios federales.

A partir de diciembre de 2018, la política habitacional nacional incorporó cambios estructurales en los procesos de gestión habitacional al retomar la esencia de los programas de vivienda como un proceso de producción social con énfasis en la demanda y dejar de lado la concepción de la vivienda como una mercancía sujeta a las leyes del mercado inmobiliario, que privó en las dos últimas décadas.

En este marco, la Conavi retoma el objetivo general de la política habitacional del Programa Nacional de Vivienda 2021-2024, que plantea garantizar el ejercicio del derecho humano a la vivienda adecuada con la participación de los diferentes actores públicos, privados y sociales, a través del rediseño del marco institucional y el desarrollo de esquemas financieros, cuyo enfoque planeado e integrado al territorio, prioriza la atención al rezago habitacional que afecta a la población históricamente discriminada.

Por primera vez un programa nacional de vivienda incorporó los siete elementos de la vivienda adecuada establecidos por ONU y es sobre este enfoque que se rediseñaron las políticas habitacionales, los programas presupuestales y los instrumentos para su ejecución.

A partir de 2019 con los cambios en la política habitacional y en las atribuciones de la Conavi se implementó el esquema denominado Subsidio Conavi al 100%, que se refiere a apoyos otorgados directamente a las personas beneficiarias, no asociados a un crédito de una entidad ejecutora. La demanda es integrada, atendida y organizada por la misma institución mediante los programas presupuestarios de vivienda. Los montos de los apoyos se establecen en función de las necesidades de intervención en la vivienda.

Esta forma de gestión habitacional ha operado con tres programas presupuestarios que son el Proyecto Emergente de Vivienda (por la Covid-19); el Programa de Mejoramiento Urbano en la vertiente vivienda en ámbito urbano (PMU); el Programa Nacional de Reconstrucción en el componente vivienda (PNR); y el Programa de Vivienda Social (PVS). 

En una primera aproximación, algunos de los alcances más relevantes logrados a través de los programas mencionados son: la accesibilidad económica al priorizan la atención a las personas que se encuentran en situación de alta vulnerabilidad; el otorgamiento de subsidios en la producción social de vivienda con acompañamiento técnico y la participación directa de las personas beneficiarias en el diseño de su vivienda y, con ello, resolver las condiciones mínimas de habitabilidad, seguridad estructural y las necesidades sociodemográficas.

Asimismo, se ha mejorado la disponibilidad, pues la Conavi  incrementa la sostenibilidad de la vivienda a través del uso de ecotecnias, sistemas constructivos tradicionales; adaptables al cambio climático; regionalización de materiales por zona bioclimática, por tipos de peligros y aspectos culturales; y la calidad de la vivienda en donde destacan la Estrategia Nacional de Autoproducción.

La Conavi ha establecido claramente un cambio de paradigma: de enfocar sus programas al fomento de la inversión inmobiliaria que considera la vivienda como una mercancía más; a colocar en el centro de la atención a las personas con mayor carencia de una vivienda adecuada, concibiéndola como un derecho humano y un satisfactor de necesidades básicas de las familias más vulnerables. Este nuevo enfoque se vio favorecido al determinar que la Conavi ya no fuera el organismo que dicta la política de vivienda del gobierno federal y, más bien, se dedique a ejecutar parte de esa política. 

Al convertirse la Conavi en un organismo ejecutor, orientado hacia la atención de la población con mayor rezago habitacional; amplió sus capacidades y se especializó en la promoción de la vivienda adecuada como un derecho humano, favoreciendo particularmente la producción social del hábitat y, con ello, la ocupación más eficiente y justa del territorio.

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