COMUNICACIÓN SOCIAL

Ciudad de México, 25 de noviembre de 2020.

Muy buenos días a todos, me da mucho gusto saludarlos.

Es para mí un gran honor darles la bienvenida a este espacio, el cual es resultado de los esfuerzos que hemos realizado al interior de la Secretaría de Economía para fomentar la igualdad de género en nuestro ámbito laboral, en sintonía con las acciones marcadas por el Programa Nacional para la igualdad entre Hombres y Mujeres 2020-2024 (Proigualdad). Este programa, liderado por el Inmujeres desde el inicio de esta administración, busca la construcción de una sociedad más justa e incluyente en México, que contribuya al respeto de los derechos humanos de las mujeres y la atención de las necesidades de educación e inclusión económica que persisten en nuestro país.

De la población ocupada en México poco más de 19 millones somos mujeres. Nosotras representamos casi 38 por ciento de esa población ocupada.

Y quiero señalarles que dentro de la población cuyo trabajo no es remunerado, las mujeres constituimos más de la mitad. Somos el 53 por ciento que no tenemos acceso a incentivos económicos por el trabajo realizado. Esto debe de cambiar.

Pese a los asuntos pendientes que debemos trabajar en nuestro país para avanzar en la igualdad de oportunidades para el acceso a un trabajo digno, el día de hoy en esta conferencia nos queremos enfocar en comentar, analizar y pensar en uno de los problemas más serios y relevantes que nos afectan a las mujeres a nivel mundial, dejando secuelas permanentes en el desempeño educativo, social, económico. En una palabra: los efectos sobre la vida de cada una de las mujeres. En este sentido, me refiero a la violencia de género. La violencia que sufrimos las mujeres por el hecho de ser mujeres.

A través del foro que realizamos el día de hoy, con la ayuda de nuestros colegas de Inmujeres, en la Secretaría de Economía, y con la presencia de la maestra Aída Cerda, buscamos crear conciencia y un espacio de reflexión colectiva y subrayamos la importancia de eliminar esta problemática de manera general y principalmente en el ámbito económico. ¿Por qué en el ámbito económico? Porque el ámbito económico es una forma de empoderarnos como mujeres.

Estamos organizando este evento como parte de la campaña de 16 días de activismo para combatir la violencia contra las mujeres y niñas, impulsada por las Naciones Unidas.

En este sentido, quisiera compartir con ustedes el pronunciamiento de la secretaria de Economía, la doctora Graciela Márquez, mediante el cual esta dependencia se suma a la campaña mundial que se lleva a cabo del 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, hasta el 10 de diciembre, día que celebramos los Derechos Humanos. Y el objetivo de esta campaña es promover la prevención y la eliminación completa de este flagelo. Una jornada de 16 días que nos permitirá reflexionar sobre este tema.

En el presente año, la campaña se lleva a cabo con el lema: “Pinta el mundo de naranja: ¡financiar, responder, prevenir, recopilar!” Este pronunciamiento señala que la violencia contra las mujeres es un tema central, multifactorial y estructural que debe ser atendido desde todas las dimensiones de nuestras vidas.

En 2019, la secretaria de Economía, la doctora Graciela Márquez, firmó el Pronunciamiento Cero Tolerancia frente a todas las conductas de hostigamiento sexual y acoso sexual en contra de las mujeres.

Lamentablemente, la violencia en contra de las mujeres no es asunto que es ajeno a muchas de nosotras, ya que se presenta en múltiples y diversas formas en los ámbitos laboral y doméstico, que van desde insinuaciones muy sutiles, palabras con contenido sexual, insinuaciones de acoso, hasta actos violentos, que pueden afectar a la mujer a nivel físico y psicológico, con consecuencias de largo plazo, y a veces difíciles de superar en términos de salud, desempeño académico, participación económica, social y política y en la vida de la propia mujer, en su entorno y de su familia.

En el 2018, 50.5 por ciento del total de los delitos cometidos en México fueron perpetrados contra mujeres, sumando 16.7 millones de casos donde la víctima fue una mujer.

Entre el total de los delitos reportados, aquellos que presentaron algún tipo de daño hacia la mujer por razones económicas, representaron uno de cada cuatro. Mientras que 16 por ciento fueron de naturaleza emocional o psicológica y 1.7 físico o laboral.

A nivel mundial, una de cada tres mujeres hemos sufrido violencia física o sexual, principalmente por parte de un compañero sentimental.

La eliminación de todas las formas de violencia en contra de las mujeres nos compete a todos, es asunto de todos y nos debe de importar a todos, puesto que para alcanzar ese objetivo se requiere más que solamente acciones gubernamentales que se puedan realizar para garantizar la seguridad y el cumplimiento de normas de sana convivencia tanto en la sociedad como en el seno familiar, trasciende hasta identificar qué podemos hacer cada uno de nosotros, cada una de nosotras, desde nuestra trinchera, para permear en el tejido social y en la conducta de nuestros padres y poder romper con patrones viciados que muchas veces se originan por la falta de educación sobre ética, sobre derechos humanos; un machismo arraigado, heredado por generaciones, normalizado, como si realmente fuera algo aceptable, o por nuestra propia permisibilidad o indiferencia a diversas situaciones de discriminación contra la mujer que dan pie a las agresiones de género, simplemente porque la mujer es mujer, porque somos mujeres.

En la coyuntura actual, en medio de esta pandemia del COVID-19 y en medio de esta crisis económica global que estamos sufriendo prácticamente todos en el mundo, se ha evidenciado que los problemas que afectan a las mujeres son realmente mucho más significativos por causa de género, se acentuaron las brechas salariales, se acentuaron los problemas de inclusión laboral de las mujeres en el mercado de trabajo y se incrementaron problemas de violencia doméstica en muchos hogares de manera impensable.

La ONU Mujeres reporta que, como resultado de la pandemia y el confinamiento de la familia en sus hogares, el número de llamadas recibidas en las líneas telefónicas de ayuda disponible en algunos países se multiplicó por cinco, dando cuenta de situaciones de violencia contra las mujeres, efectuadas por sus propias parejas.

El incremento de reportes por violencia doméstica contra mujeres en estas líneas de ayuda escaló particularmente en países como Italia, como España, donde el reporte fue visible en los primeros meses del confinamiento por la pandemia.

En agosto de este año, la Organización Mundial del Comercio reconoció que las mujeres somos más vulnerables que los hombres a padecer dificultades económicas como resultado de las disrupciones al comercio generadas ante la llegada del COVID-19, al participar en mayor proporción en empresas de sectores que se han visto particularmente afectados, como son los servicios de turismo y agencias de viajes, la hotelería, la hospitalidad, los servicios de alimentos, o bien porque las mujeres constituyen una proporción importante como propietarias o administradoras de pequeñas y medianas empresas cuyo acceso a financiamiento para hacer frente a la pandemia ha sido muy limitado, y esto por mencionar solamente algunos ejemplos.

Durante esta campaña de 16 días, en la Secretaría de Economía realizaremos tres eventos virtuales con el fin de contar con nuevas y mejores perspectivas sobre la problemática de la violencia contra las mujeres. Los invito a que participen de estos eventos y a que compartan con sus círculos cercanos para que también puedan acceder a esta información.

El día de hoy, festejamos el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, hago un paréntesis, por cierto, para comentarles que el 25 de cada mes en la Secretaría de Economía recordamos y hacemos una pausa para recordar el Día Naranja en la Secretaría de Economía y hacemos valer lo que significa el 25 de cada mes; es decir, reflexionamos sobre lo que significa el Día; de recordar, conmemorar, marcar, lo que significa el Día de la Violencia de Género, y cómo detener la violencia de género.

Entonces iniciaremos esta jornada de 16 días con el primero de estos eventos que realizamos en la Secretaría de Economía para marcar la necesidad imperiosa de eliminar la violencia contra las mujeres.

Iniciamos, entonces, con el seminario virtual: “Masculinidad positiva y prevención de la violencia laboral”, a cargo de nuestra invitada especial el día de hoy, nuestra amiga, la maestra Aída Cerda Cristerna.

Aída es consultora en género, economía e igualdad laboral. Ha tenido una trayectoria muy significativa en temas de género. Ha colaborado con el Instituto Nacional de las Mujeres, en el empoderamiento económico de las mujeres, y  personalmente yo he tenido la oportunidad de colaborar cercanamente con ella y he visto el impacto que su labor ha tenido para el empoderamiento económico de las mujeres para generar mayores oportunidades y equidad para las mujeres en nuestro país y es, sin duda alguna, una de las líderes y de las voces más importantes en lo que se refiere a generar condiciones de equidad para mujeres y hombres, niños y niñas en nuestro país.

Aída, te doy la más cordial bienvenida a nuestro seminario. Te agradezco que nos consideres para ser parte de esta jornada de 16 días de trabajo en contra de la violencia de las mujeres.

Y estoy segura que la conferencia que nos ofrecerá Aída el día de hoy nos permitirá tener una perspectiva propositiva sobre lo que podemos hacer hombres y mujeres para prevenir la violencia de género en el entorno laboral, lo que redundará, sin duda alguna, en una mejor vida para todos y cada uno de nosotros, y en un mejor país.

Cedo la palabra, entonces, a la maestra Aída Cerda.

Bienvenida, Aída, muchas gracias.