La normalización, también conocida como estandarización, permite crear normas o estándares que establecen las características comunes que deben cumplir los productos en todo el mundo. Es decir, que su manufactura o fabricación debe ser de la misma forma en México, Estados Unidos, China, o en cualquier otro país.

Es también una actividad técnica especializada que permite que las pequeñas y medianas empresas nacionales puedan acceder a mercados internacionales; contribuye a reducir los costos de producción; y facilita el avance de nuevas tecnologías.

Algunos ejemplos de normalización son aplicables a productos como:

  • Audífonos: Los auriculares tienen dos formas de conectarse; alámbrica e inalámbrica. Ambas opciones están estandarizadas para que sean universales.
  • Semáforos: Existen diferentes tipos, pero siempre cuentan con los colores que todos conocemos y que utilizamos en cualquier parte del mundo para recibir las mismas indicaciones.
  • Tarjetas bancarias: Están hechas con un material de plástico con medidas y características universales. De esta forma pueden ser utilizadas en cualquier cajero automático o terminal de tiendas y restaurantes de cualquier país.
  • Puertos USB: Es el nombre de la conexión que se encuentra en diversos aparatos electrónicos fabricados en cualquier parte del mundo, lo que permite compartir información con facilidad.

En México, la normalización está plasmada en las Normas Oficiales Mexicanas (NOM) de carácter obligatorio, elaboradas por dependencias del Gobierno Federal y las Normas Mexicanas (NMX) de ámbito primordialmente voluntario, promovidas por la Secretaría de Economía y el sector privado, a través de los organismos nacionales de Normalización.

Obtén más información sobre la Normalización o Estandarización visitando el sitio oficial de las NOMs.