Buenos días tengan todas y todos ustedes, es un privilegio para mí el poder acompañarles.

Efectivamente, el año pasado, en el anterior Congreso recordaba ahorita con el señor presidente de la agrupación, con el doctor Orozco, me hicieron favor de invitar ustedes a la inauguración, que tuvo lugar en la Antigua Escuela de Medicina.

Y pienso que el presidente de la Asociación calculó mal, porque creyó que, si me invitaba, yo iba a declinar, y por supuesto que no, ¿cómo lo iba a hacer?

Para mí es un gusto y bueno, se atrevió usted señor presidente y aquí estoy con mi gratitud por haberme hecho esa distinción.

Me da muchísimo gusto saludar a quienes integran la mesa que preside este acto inaugural.

Por supuesto a doña Aracely Escalante, nuestra directora general del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores, gracias por acompañarnos.

A la doctora Marianela Flores de Hekman, gracias por hacer el viaje, por tomarse la molestia.

Al señor visitador, al primer visitador de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, al maestro Ismael Eslava, muchas gracias señor visitador por estar aquí con nosotros.

Y a todos los que integran esta mesa, incluida, por supuesto, la vicerrectora institucional de salud de la Universidad del Valle de México que trae porra. Todos lo notamos, que trajo usted una buena cantidad de invitados para que le tributaran una ovación cuando la presentaran y les pido que le den un aplauso para que vean que sí es verdad.

Ya aprendí hoy que cuando vaya a una inauguración tengo que llevar a la mayor parte del auditorio, porque conmigo fueron muy amables pero muy parcos también.

Aplausos inducidos no valen, pero bueno, realmente me da un enorme gusto, es un privilegio venir con ustedes.

Déjenme decirles, en honor a la verdad, que yo había preparado un material en PowerPoint para proyectarlo con ustedes y poder revisarlo, y analizarlo y discutir algunos asuntos, pero francamente creo que es anticlimático y que prefiero hablar, verlos al rostro y decir algunas cosas que de verdad pienso.

Lo primero y no solo por pasar por bien educado es hacer una felicitación a esta su asociación, a la Asociación Mexicana de Gerontología y Geriatría.

Felicitar al doctor Ignacio Javier Orozco García, pero sobre todo recordarles que muchos de ustedes han venido construyendo una trayectoria.

Quiero pensar que fue muy complicado el arranque, porque siempre cuesta mucho trabajo, quiero pensar que organizar ese primer Congreso que el doctor Orozco y que el propio Luis Miguel Gutiérrez me recordaban cuando estábamos allá a fuera, debe haber sido muy complejo. Arrancar una institución, un programa, una agrupación, siempre es muy complicado.

Créanme que es mucho más difícil darle continuidad y ustedes han probado, los integrantes de la Asociación Mexicana de Gerontología y Geriatría han probado la capacidad para darle continuidad, para que aquello que algún día fue una idea, que posteriormente se transformó en un proyecto y que de pronto cuajó en una realidad, mantener esa trayectoria, entender los cambios que se dan, darle continuidad, consistencia es todavía más complicado.

Muchas felicidades a los organizadores, a la Asociación y a todos quienes, con su presencia, con su participación nos dan la oportunidad.

Segundo. Ahorita que veía la composición del auditorio y que decidí en lugar de ver unas gráficas unos cuadros, unos datos, decidí platicarles un poco cuál es la visión que tengo.

Quisiera pensar que lo que les voy a proponer son verdades, como cualquier verdad que se puede discutir, que se puede argumentar, como muchas de las verdades humanas que son verdades opinables y que en muchas ocasiones representa la verdad que uno tiene, que no necesariamente se comparte por otros. Pero estoy seguro que son de tal naturaleza que ustedes las van a reconocer y las van a aceptar.

La primera es: todos los seres humanos por definición tuvimos niñez. A veces muy corta, a veces completa. Pero no todos los seres humanos que tuvieron niñez llegan a ser adultos y mucho menos adultos mayores. Pongo un ejemplo:

Yo pertenezco a una generación, yo nací en 1948, y en 1950 la mortalidad infantil era de 130 defunciones por cada mil nacidos vivos. Era altísima, más del 13 por ciento. Ahora ha disminuido y sobrepasa los 12 pero no llega a 13 por mil, 90 por ciento de disminución.

Es un marcador nada más del avance del desarrollo del país. Pero propongo una tercera verdad para mí: ser adulto mayor es una representación del triunfo en la vida. Llegar a la edad que varios varones tenemos es haber derrotado muchas condiciones adversas, es haber salido adelante.

A la generación a la que yo pertenezco le toco, todavía, tener que enfrentar temas como el de la viruela, por ejemplo.

A quienes nacimos en los cuarenta, todavía, nos toca saber que esa era una enfermedad que teníamos en nuestro país. No recuerdo sim es 1951 ó 52 cuando tuvimos el último caso de viruela en el país.

Pero qué me dicen de la poliomielitis o qué me dicen de las enfermedades diarreicas o respiratorias, arrasaban. Entonces vencer eso, vencer toda una serie de situaciones y condiciones colectivas, más las familiares, más las propias del individuo, tiene que enseñarnos que llegar a ser adulto mayor es un logro.

Y cuarto: no tengo ninguna duda que una sociedad que cuida, que se preocupa, por los adultos mayores, que entiende que son sujetos de derechos plenos.

Por eso que bueno que está el primer visitador, esa es una sociedad mejor. El tener dignidad en la última etapa, en el último tramo de la vida, es un sinónimo de dignidad colectiva.

Y yo creo que estos asuntos, a veces no terminamos asumirlos, de asimilarlos y por eso es muy importante lo que ustedes van a discutir estos tres días, lo que van a revisar, las experiencias internacionales.

Muchas gracias a quienes hacen el viaje desde otras naciones para compartir con nosotros su experiencia. Las cosas que han funcionado en otras latitudes y lo tropezones que han tenido también.

Siempre que digo lo próximo que voy a comentar, que también es una verdad completa, les pido a los auditorios que quienes tengan problemas cardiovasculares, se tapen los oídos, quienes sufran de hipertensión, quienes tengan problemas coronarios, por favor, no escuchen esto, pero la verdad completa es que todo nos vamos a morir.

Aquí el tema, porque esa es la vida, ese es el tránsito. Pero aquí el tema es tener la mayor cantidad de años posibles en la vida, de vivir con calidad, a lo largo de esos años y por supuesto morir con la dignidad que un ser humano demanda, requiere, necesita.

Si este es el gran reto, si este el gran desafío, yo celebro que en este país tengamos una agrupación como la Asociación Mexicana de Gerontología y de Geriatría.

Yo celebro que contribuyan desde todas las esferas y desde muchas profesiones. Tenemos un biólogo por lo menos, tenemos trabajadores sociales, hay odontólogos, debe haber psicólogos, es probable que tengamos ingenieros o arquitectos o administradores, también abogados, Ismael, también abogados. Hasta médicos debe haber.

Celebro de verdad, porque este un asunto y un tema para todos, para todas las profesiones y porque desde ese conjunto, armónicamente, trabajando en unidad se puede contribuir, se puede ayudar al diseño de políticas públicas.

Hoy México es distinto, nadie lo puede negar y tenemos muchos problemas. No hay ninguna duda, para qué negarlos. La manera de no resolver un problema, es negar que existe, si ahí está lo tenemos que identificar para resolverlo, pero al mismo tiempo nadie puede negar que hay cosas nos hacen diferentes y que nos hacen mejores a lo que pasaba cuando yo nací, por ejemplo.

Cuando quienes hoy son jóvenes, nacieron todas las mujeres por definición. Entonces, la verdad es que celebro y me da muchísimo gusto estar aquí y que ustedes puedan, con sentido crítico, revisar, dónde estamos, lo que hemos caminado, los desafíos que tenemos por enfrente.

Reconocer que la aspiración tiene que ser esa: vivir a plenitud, con calidad de vida, con justicia para todos, venciendo los grandes rezagos de siempre. Ni la pobreza ni la desigualdad son un invento “reciente”. Han estado presentes, siglos con nosotros.

Pero sabemos que podemos derrotar esos males, que podemos hacerlo, y que la materia que nos ocupa y les va a ocupar a ustedes estos tres días, el tema de prevención es fundamental.

El tema que señalaba el doctor Luis Miguel Gutiérrez, de entender que se puede caminar hacia un envejecimiento saludable. Que lo que vamos sembrando a lo largo de nuestra historia y nuestra biografía personal lo vamos a tener en los últimos años de la vida.

Si queremos llegar en mejores condiciones, tenemos que preocuparnos cada uno de nosotros, en cada familia, por supuesto, en el estado nacional, en todas sus estructuras gubernamentales, legislativas. En todo, en las impartidoras de justicia. En todos los espacios, en todos los niveles de gobierno, por generar políticas públicas que contribuyan en esa dirección.

Enhorabuena, a los organizadores.

Ahora, si me lo permiten y como somos en nuestro país, nos ponemos de pie para decir la fórmula sacramental que acompaña a estos actos:

Que siendo las 10 de la mañana con 40 minutos de hoy lunes 9 de abril del 2018, es para mí un honor declarar formalmente inauguradas las actividades académicas de este Trigésimo Segundo Congreso Internacional de Gerontología y Geriatría 2018.

En espera de que las discusiones y los aportes del congreso sean en beneficio de nuestras sociedades y en particular de nuestra población de adultos mayores. Pero también para todos los que van en ese camino.

Enhorabuena y felicidades.

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