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La cuarta parte de los padres inician la alimentación complementaria de sus bebés antes del cuarto mes de vida, contrario a la recomendación internacional de iniciarla después de los seis meses de lactancia materna exclusiva (LME).

Es decir, el 26% de los infantes de un grupo de 92 recién nacidos sanos, pasó de la LME al consumo de alimentos sólidos de forma temprana, aun cuando la OMS recomienda hacerlo a los 6 meses de edad.

Este resultado, obtenido por el Instituto Nacional de Perinatología (INPer) a través de un estudio de seguimiento con mujeres embarazadas llamado OBESO - Origen bioquímico y epigenético de la obesidad, también mostró que el 50% de los recién nacidos empezó la alimentación complementaria con azúcares, lo que no es recomendable durante los primeros dos años de vida.

Tanto el inicio precoz de la alimentación complementaria, como el consumo de azúcares antes de los dos años están relacionados con una mayor acumulación de grasa en los pequeños. Por ello, cambiar los estilos de vida de las familias es un factor trascendental para modificar prácticas de alimentación como estas.

Como una alternativa a estas prácticas de alimentación inadecuadas, el Departamento de Nutrición y Bioprogramación del INPer, ofrece cursos de orientación sobre alimentación del lactante y alimentación complementaria, así como un curso de formación de trabajadores sanitarios de primer nivel destinados a idear intervenciones que mejoren las prácticas alimentarias de los infantes.

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010. Azúcares añadidos antes de 6 meses de edad aumenta riesgo de sobrepeso y obesidad

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