En 2012, la Dirección General del Acervo Histórico Diplomático de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) publicó una “Historia de las relaciones internacionales de México, 1821-2010”, obra en siete volúmenes, de los cuales el quinto está dedicado a analizar los vínculos diplomáticos de México con Europa.
A finales de diciembre de 1824, y obedeciendo sus intereses comerciales, Gran Bretaña fue el único país que reconoció la independencia del Estado mexicano. De hecho, en agosto de 1810 se ofreció como mediador entre la Regencia española y las colonias sublevadas para tratar de poner fin a las hostilidades, a cambio de que la Regencia autorizara el comercio inglés directo con las colonias en conflicto.
Por su parte, España reconoció a México como Estado independiente en diciembre de 1836, mientras que Francia mantuvo relaciones irregulares con nuestro país y sólo reconoció su independencia de facto, aunque desde 1832 se acreditó un representante plenipotenciario, el barón Deffaudis, quien promovió la primera Intervención francesa.
Desde el punto de vista formal, a finales del siglo xix México mantenía relaciones diplomáticas con 11 países europeos: Alemania, Italia, España, Francia, Gran Bretaña, Suecia, Noruega, Portugal, Bélgica, los Países Bajos y Rusia. A comienzos del siglo xx sus relaciones con Europa eran sólo de naturaleza comercial; en la misma época, las únicas relaciones políticas de importancia que sostenía eran con Washington.
En los albores del siglo xxi, tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, la seguridad adquirió mayor prioridad en la agenda internacional, por lo que las relaciones entre México y Europa pasaron de un inicio marcado por el optimismo al desencanto gradual. En la actualidad, la agenda internacional aún está marcada significativamente por temas de seguridad, así como por los trabajos contra el cambio climático.
"Historia de las relaciones internacionales de México, 1821-2010, vol. 5, Europa"
