MODERADOR: En el marco de la conmemoración del Día de la Libertad de Prensa, preside esta celebración el presidente de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Andrés Manuel López Obrador.

Lo acompañan esta mañana la doctora Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.

La doctora Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de gobierno de la Ciudad de México.

La señora Laura Hernández Martínez, bisnieta del periodista Paulino Martínez y académica de la UAM.

La doctora Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación.

El licenciado Jenaro Villamil, presidente del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano.

El licenciado Esteban Moctezuma Barragán, secretario de Educación Pública.

El maestro Eduardo Villegas Megías, coordinador de Memoria Histórica y Cultural de México.

El licenciado Jesús Ramírez Cuevas, coordinador general de Comunicación Social y Vocero del Gobierno de la República.

El maestro Francisco Ignacio Taibo Mahojo, director del Fondo de Cultura Económica.

Y el maestro Alfonso Cepeda Salas, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.

Saludos de manera especial a las autoridades federales y a los representantes de los medios de comunicación que hoy nos acompañan.

Todas y todos sean bienvenidos.

A continuación, hace uso de la palabra la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de gobierno de la Ciudad de México.

CLAUDIA SHEINBAUM PARDO, JEFA DE GOBIERNO DE LA CIUDAD DE MÉXICO: Muchas gracias. Muy buenos días.

Es un honor para mí estar aquí con el presidente de la República, licenciado Andrés Manuel López Obrador, con su equipo y particularmente con la familia de Paulino Martínez.

Creo que es una reivindicación histórica el acto de hoy, es una reivindicación, no solamente a este gran periodista, sino una reivindicación a la libertad de expresión, a la tenacidad en la convicción de la democracia y la justicia social, poner la causa por encima del interés individual, es una reivindicación a la consecuencia de un hombre, a la libertad, un reconocimiento también a la familia, porque no sólo fue él, sino también su esposa.

Y para nosotros es un honor y una reivindicación que el día de hoy se inaugure esta placa en este espacio tan importante del Centro Histórico de la Ciudad de México, en este esfuerzo del presidente de la República, de su equipo, de Beatriz, de la reivindicación de la memoria histórica de nuestro país.

Muchas gracias.

MODERADOR: Hace uso de la palabra la señora Laura Hernández Martínez, bisnieta del periodista Paulino Martínez.

LAURA HERNÁNDEZ MARTÍNEZ, BIENESTA DEL PERIODISTA PAULINO MÁRTINEZ: Buenos días, señor presidente de la República, licenciado Andrés Manuel López Obrador.

Buenos días, doctora Beatriz Gutiérrez Müller.

Buenos días funcionarios, familiares, amigos y todos los que hoy nos acompañan en este importante acto, en el que, a más de 100 años de esa noche del 13 de diciembre de 1914, en que desapareció Paulino Martínez, la nación por fin reconoce la atrocidad cometida contra uno de los revolucionarios más comprometidos con las causas populares.

Un periodista que dedicó su vida al derrocamiento de la dictadura de Porfirio Díaz y al cumplimiento de los compromisos plasmados en los planes revolucionarios de San Luis y de Ayala.

Hombre humilde, hijo de un chinaco, que es como se les llamaba a los miembros del ejército popular que apoyaba Benito Juárez contra las intervenciones extranjeras, Paulino Martínez llegó con unos arrieros caminando desde su natal Celaya a la Ciudad de México en 1877, después de la muerte de su madre cuando tenía apenas 17 años.

De inmediato buscó a uno de sus maestros del seminario de Celaya en la Catedral Metropolitana, donde consiguió el trabajo de organista, pues sabemos, por los relatos de su esposa Crescencia, que era un buen pianista y que le gustaba mucho cantar.

Sabemos también, por lo que cuenta Octavio Paz, padre, que fue muy amigo de él, que era un gran conocedor de la pintura religiosa, pues estando ambos en la convención zapatista de Cuernavaca, en octubre de 1914, en la que, por cierto, mi bisabuelo fue nombrado por el general Emiliano Zapata, jefe de la delegación zapatista de la Convención de Aguascalientes.

Visitaron la catedral de Cuernavaca, donde Paz relata que le describía con detalle todas las escenas religiosas de los cuadros y el estilo en que habían sido pintadas.

Al poco tiempo de haber llegado a la ciudad se relaciona con periodistas lerditas que se oponen a Díaz, y para 1988 ya tiene una imprenta por el rumbo de la Alameda, donde saca sus primeros panfletos contra el gobierno.

Al año siguiente se ve obligado a huir hacia Laredo, Texas, donde conoce a otros periodistas antiporfiristas y a la que será su esposa, Crescencia Garza, una mujer chicana, hija de padres que habían emigrado de Monterrey y quien lo acompañará en todas las penurias económicas que tuvieron que enfrentar, así como en los encarcelamientos y la persecución a la que estuvieron sometidos sin tregua a lo largo de su vida.

En Laredo comienza a trabajar con el doctor Ignacio Martínez, quien dirige un periódico y organiza un grupo guerrillero, que se conocerá como Los Pronunciados, al cual se integrará inmediatamente y comenzará a publicar sus primeros periódicos El Chinaco, primero, y poco después La Voz de Juárez.

Famosos por sus incursiones en territorio mexicano donde repartían pronunciamientos contra la dictadura de Díaz, Los Pronunciados eran perseguidos por los rangers en combinación con Bernardo Reyes, a quien Díaz nombra gobernador del recién creado estado de Nuevo León, precisamente por la necesidad de controlar esa región fronteriza que se conocía como el corredor antiporfirista por la gran cantidad de periodistas que se encontraban refugiados en Texas.

A la muerte de Ignacio Martínez, el periodista Catarino Garza tomará el mando del movimiento, pero para 1895 han logrado derrotarlos.

Paulino Martínez es aprendido y enviado a la cárcel de San Antonio y Catarino Garza huye a Costa Rica donde se unirá a un movimiento internacionalista formado por masones en los que están figuras de la talla de Martí.

Con el propósito de terminar con las dictaduras en Latinoamérica y conseguir la independencia de Cuba, Catarino Garza se une a los liberales colombianos para derrocar a la dictadura, pero muere abatido por el Ejército al desembarcar apenas en Bocas del Toro, actualmente parte de Panamá.

Paulino Martínez conseguirá salir de la cárcel y se casará, pero al poco al tiempo ya lo encontramos en México formando parte del Club Liberal Ponciano Arriaga, donde conoce a los hermanos Flores Magón y otros liberales con los que traba amistad.

Durante la Huelga de Río Blanco es aprendido y conducido a la cárcel de Orizaba, donde es torturado por su apoyo a la lucha obrera.

Posteriormente, con la fundación del Partido Antirreeleccionista tendrá el cargo de secretario al lado de José Vasconcelos y Filomeno Mata.

Para 1909 ya es un activo militante de la causa maderista que apoya la campaña del candidato al gobierno de Morelos y es entonces, en Cuautla, donde se da su primer encuentro con Zapata, quien le pide que sea asesor de los campesinos de Anenecuilco.

Después del fraude electoral contra Madero, se ve obligado a refugiarse de nueva cuenta en Texas desde donde apoya la causa revolucionaria y recibe a Madero cuando escapa de la cárcel.

Participa en la redacción del Plan de San Luis que se imprime en el periódico maderista El Monitor Democrático, que dirige Paulino Martínez.

Organiza la entrada de Madero a México con la idea inicial de estallar la revolución en Piedras Negras, sin embargo, no llegan los apoyos esperados y Orozco consigue tomar Ciudad Juárez, por lo que se decide comenzar desde ahí la guerra la revolucionaria.

El Plan de Tacubaya es la toma de posición de Paulino Martínez contra Madero, una ruptura que ocurre cuando Madero abandona los principios del Plan de San Luis.

Ahí comienza su activa participación en las filas del zapatismo que toma como base el Plan de Tacubaya para la redacción del Plan de Ayala en su reivindicación del Plan de San Luis, precisamente.

Con el golpe huertista, Paulino Martínez debe salir de nuevo del país, esta vez huye a La Habana hasta la caída de Victoriano Huerta, quien sería derrotado por el Ejército Constitucionalista.

Surge entonces la necesidad de organizar el nuevo gobierno que Carranza se considera con derecho a encabezar, por lo cual invita solamente a los militares victoriosos.

Sin embargo, por consejo de Felipe Ángeles, quien señala que sin acuerdos con los zapatistas y los villistas no acabará la guerra, es que son invitados a la Convención de Aguascalientes Zapata y Villa. No obstante, Zapata no cree conveniente asistir, y en la Convención de Cuernavaca se nombra a una delegación encabezada por Paulino Martínez, sin la participación de Zapata, para que asista con el fin de expresar en el Foro Convencionista la posición del zapatismo plasmado en el Plan de Ayala.

El discurso que pronuncia Paulino Martínez, ese 27 de octubre de 1914, logra convencer a la convención que sea el Plan de Ayala el que guíe las acciones de la vida republicana y no al de Guadalupe, ni tampoco que Venustiano Carranza sea el presidente provisional.

Y en uno de sus pasajes más brillantes, pide el reconocimiento a los periodistas y a la población civil de su importante aportación al triunfo revolucionario con estas palabras: ‘Cree sinceramente el jefe supremo de la Revolución del sur y con él todos los generales y soldados que lo rodean que han sufrido una lamentable equivocación los que han pensado que por el hecho de llegar en son de triunfo a la capital de la República con un Plan de Guadalupe en la mana, podría ese plan imponer a la nación un gobierno provisional que no era el acuerdo armonioso y leal entre el pueblo y los demás grupos revolucionarios de toda la República, digo acuerdo leal entre el pueblo y los demás grupos revolucionarios, porque no son únicamente los que portan espadas, que chorrean sangre y despiden rayos fugaces de gloria militar, los escogidos a designar el personal del gobierno de un pueblo que quiere democratizarse’.

‘Ese derecho lo tiene también los ciudadanos que han lucha en la prensa y en la tribuna, que están identificados con los ideales de la Revolución y han combatido al despotismo que barrena nuestras leyes, porque no es solo disparando proyectiles en los campos de batalla como se barren las tiranías, también lanzando ideas de redención, frases de libertad y anatemas terribles contra los verdugos del pueblo se derrumban tiranías, se derrumban imperios’.

‘Y recuérdese que el general Díaz cayó más que con los proyectiles de los guerrilleros del norte encabezados por Madero, por la rechifla de la multitud de los habitantes de la capital de la República que les pedían a gritos la renuncia y por la lluvia de tinta que le arrojó la prensa independiente’.

‘Esta victoria del zapatismo que llegará a su momento culminante cuando los villistas se les unan y formen un frente popular en la convención, pondrá muy nerviosos a quienes defienden los intereses de la oligarquía, la que intentará de inmediato retomar el control político del país’.

El crimen de Paulino Martínez ocurre en ese contexto, en el que no se quieren zapatistas en puestos como a la Secretaría de Gobernación, que era el propuesto para Paulino Martínez por Villa y Zapata.

Esa noche del 13 de diciembre en que mi bisabuelo fue engañado y salió por esta puerta para no volver nunca, es la misma puerta que mi bisabuela cruzó hasta la madrugada muchas veces tratando de encontrar a su marido.

Esta puerta en la que he estado tantas veces yo, imaginándome todo lo que ocurrió aquí, me gusta verla como una puerta que le habla a la nación, como una puerta por la que sale un grito de dolor por tantas muertes injustas y crueles por tantos crímenes impunes cometidos por asesinos que después se consideran héroes, por tantos cuerpos mancillados y olvidados, como si nunca hubieran existido.

Esa voz reclama que una política del crimen, que se convirtió en una práctica normalizada durante décadas desaparezca, pues nada puede ser más urgente que recuperar la dignidad de la patria.

Hoy ha sido escuchada esa indignación, hoy hemos sido participes del reconocimiento de la existencia de un pedazo de nuestra historia que había sido olvidada, la de los derrotados de la historia, la de los que no tienen voz en el relato que escribieron los vencedores.

Recuperar la memoria de los vencidos es siempre una lección de historia, de esas que le gusta recuperar a nuestro presidente, porque esas son las que le pueden cambiar el rostro y el corazón a este país.

Muchas gracias por estar aquí esta mañana.

Y que viva México.

MODERADOR:  Enseguida hace uso de la palabra el maestro Francisco Ignacio Taibo Mahojo, director del Fondo de Cultura Económica.

FRANCISCO IGNACIO TAIBO MAHOJO, TITULAR DEL FONDO DE CULTURA ECONÓMICA: Siempre me han preocupado profundamente las conmemoraciones, tenían una lógica en el sistema verdaderamente perverso, que era: Recuérdalo hoy y olvídalo el resto del año.

Y esto es lo que tenemos que cambiar, tenemos que devolver al recuerdo de la historia el sentido de proximidad, de cercanía, de poderlos tocar de nuevo.

El día en que logremos que, en las mochilas de nuestros adolescentes, en lugar de Superman y de Barbie, haya imágenes fotográficas de Paulino Martínez y de Francisco Zarco, ese día este país estará cambiando, un nivel de profundidad que todavía no conocemos.

He sido convocado para hablar de otro gran personaje de la batalla por la libertad de expresión, sin restarle ningún mérito a Paulino Martínez, al que le tengo un particular cariño por su trayectoria, su solidez, su consistencia, el haber estado años y años desde la trinchera de la prensa defendiendo la libertad de expresión y el espíritu crítico, no podíamos dejar hoy pasar la oportunidad de recordar a Francisco Zarco.

Zarco es uno de los pilares de este país, sobre él nos levantamos y a él acudimos cuando hay dudas, es el hombre que dijo, ni más ni menos, que la libertad de expresión no se pide, se ejerce.

Y en una frase como esta está contenido un concepto, que es no habrá barreras para dejar o para impedir que el pensamiento circule, que el pensamiento crítico circule, que la voluntad de cambio circule.

Zarco a lo largo de su trayectoria en el mundo de la reforma resultó ser un hombre invaluable, de hecho, no sólo porque dese la tribuna defendió una y otra vez los derechos constitucionales a la libertad de expresión, sino porque la practicó de una manera decidida.

En el momento en que la caída de Santa Anna se produce hay un intento por tener continuidad santannista sin Santa Anna.

Y Zarco no se limita a escribir, Zarco se sube, a cuadras de aquí, a los postes de la luz para organizar los mítines populares para impedir que se consolide una alternativa dictatorial sin dictador, pero con figuras de cartón.

Zarco va a ser, además, el gran cronista de la Constitución de 57, y ser cronista es mucho más que ser el recopilador una y otra vez, día a tras día, noche y día, de todo el debate, de la enorme riqueza del debate de la Constitución de 57, sino es mucho más que eso, es el opinador, el crítico, el debatidor.

Y cuando uno ve desde cerca el fenómeno, uno se pregunta acosas que hoy están lejos de nuestra capacidad de comprensión.

¿A qué horas escribía?

Zarco no sabía taquigrafía, escribía a mano, de ahí tenía que correr a la linotipia para componer los textos y escribía 40, 50, 60 cuartillas diarias.

Es cierto, los liberales eran grafómanos, es cierto, cada vez que tenían una oportunidad escribían un poema, una carta o un discurso. Pero, caray, Zarco era una máquina de producir pensamientos e ideas.

Eso permitió que la Constitución del 57 se volviera algo más que un debate de letrados y figuras del mundo liberal, permitió que circulara ampliamente y que estuvieran en la calle los debates.

Su consistencia en los años siguientes, como una de las figuras claves de la pluma y la espada, que fueron la Reforma. Es memorable.

Perseguido por la enfermedad, obligado a exilarse siguiendo la ruta penosa de la derrota juarista, mientras iba replegándose al norte, Zarco fue una figura iluminadora.

Y tenemos que volver a adjetivos como éstos, cuando la duda penetra en nuestras filas, cuando la calumnia nos cerque por todos lados, ahí está Zarco, y lo puedes mirar de frente y Zarco tiene respuestas.

El pasado está vivo, compañeros, compañeras, el pasado está tremendamente vivo, y uno de los instrumentos ideológicos de la Cuarta Transformación es traer el pasado al presente para que nos apoye, nos ampare, nos guíe, los ilumine y sobre todo para que construya una relación de empatía entre ellos y nosotros.

Somos nietos, bisnietos, tataranietos de los mejores hijos de México, a mucho orgullo, a mucha honra, y sobre todo a un inmenso placer.

Muchas gracias.

MODERADOR: Les pedimos, por favor, a los miembros del presídium ponerse de pie para la develación de la placa Paulino Martínez.

Al público le suplicamos permanecer en sus asientos.

Damas y caballeros, en estos momentos el presidente de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Andrés Manuel López Obrador, hace la develación de la placa a la memoria de Paulino Martínez, ilustre periodista revolucionario que encabezó la delegación zapatista a la Convención de Aguascalientes.

 

(DEVELACIÓN DE PLACA)

 

MODERADOR: Invitamos a los presentes ponerse de pie para entonar nuestro Himno Nacional.

 

(HIMNO NACIONAL)

 

MODERADOR: De esta manera concluye este evento, se despide de ustedes el presidente de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Andrés Manuel López Obrador.

La presidencia de la República agradece a ustedes su amable asistencia, deseándoles que tengan un excelente día.

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