MODERADOR: En la ciudad de San Salvador, a los seis días del 6 de mayo de 2022, en acto de comunicado conjunto, los presidentes de las repúblicas de El Salvador, Nayib Armando Bukele Ortez, y de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador, renuevan el compromiso de construir una relación bilateral de alcance estratégico basada en el respeto y el diálogo productivo, reiterando su firme decisión de seguir impulsando temas y acciones de mutuo interés a nivel regional y multilateral. Comunicado conjunto, el cual posee:

Cooperación en materia aduanera.

Seguridad y defensa.

Apoyo financiero para la ejecución de proyectos estratégicos de infraestructura vial, ferroviaria, portuaria y aeroportuaria.

Compra de combustible a precios preferenciales.

Programa Mesoamérica sin Hambre.

Facilidad en comercio y atracción de inversiones.

Migración.

Proyectos Sembrando Vidas y Jóvenes Construyendo el Futuro.

Damas y caballeros, a continuación, dirige su mensaje el excelentísimo señor presidente de la República de El Salvador, Nayib Armando Bukele Ortez.

NAYIB ARMANDO BUKELE ORTEZ, PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE EL SALVADOR: Hola, buenas tardes a todos.

Excelentísimo señor presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador, y a la comitiva oficial que lo acompaña.

A los señores miembros del gabinete del gobierno de El Salvador.

Invitados especiales.

Amigos de la prensa.

Señoras y señores.

Bueno, hemos recibido con mucha alegría a nuestro homólogo de México, a una persona que admiramos mucho. Es un presidente muy, muy… pues aparte de ser muy querido por su pueblo, es un referente en el mundo y en Latinoamérica.

Y pues estuvimos conversando de varios temas. Ya mencionaron algunos ahí en la lectura. También hablamos de la Cumbre de las Américas.

Hablamos de la migración, sobre todo, es un tema que creo que pues atañe a muchos países, sobre todo a los nuestros, y ver cómo podemos resolverlo. Tenemos algunas experiencias exitosas que hemos realizado en los últimos años y pues queremos ampliarlas, y proponer que se hagan mucho más grandes y que abarquen, pues toda la zona donde hay más migración hacia los Estados Unidos: México, Guatemala, Honduras y El Salvador, prioritariamente.

Y, bueno, sabemos que la migración es un tema que tenemos que resolver. En nuestros países, lo mejor es que se queden en nuestros países, no queremos que nuestra gente productiva, trabajadora, se vaya de nuestros países buscando prosperidad afuera, queremos que se queden aquí. Para eso cada quién está haciendo su labor, pero estamos consciente de que hemos de hacer muchísimo más.

Y nosotros acompañamos la propuesta de México a los Estados Unidos para hacer un plan en conjunto en donde todos aportemos, de acuerdo a nuestras economías, por supuesto, pero que todos aportemos para poder solucionar un problema que al final es de todos y nos atañe a todos.

En temas políticos, pues creo que también es importante mencionar, hablamos de lo de la Cumbre de las Américas. Creemos que es importante también que se discutan los temas del hemisferio de una manera integral. Y de la misma manera queremos que se resuelvan las cosas, como el presidente López Obrador lo ha dicho varias veces, yo lo he dicho también, que se resuelvan entre socios, entre aliados, entre países con nuestras diferencias de todo tipo: económica, tamaños, históricas, etcétera, pero en un ambiente de hermanos, en un ambiente respetando la soberanía de cada país.

Y eso es algo que siempre, incluso me lo recordaba el presidente López Obrador, sobre el principio que tiene México y la forma cómo trata México sus relaciones exteriores, la cual para nosotros debe de ser la forma en la que todos los países deben tratar sus relaciones exteriores: con respeto, tratando de trabajar juntos, pero no imponiéndonos en los demás países y sobre todo en los temas internos de cada país.

Y es por eso que pues, he recibido con tanta alegría por todos, por ese respeto a los demás que México siempre, siempre ha tenido en su política exterior y sobre todo, pues en el gobierno del presidente López Obrador.

Así que, bueno, tuvimos una conversación larga, tendida, profunda. Hablamos de varios temas. Quedamos de continuar trabajando a profundidad en los temas que se tocaron. Ya hay algunos acuerdos puntuales que vamos a empezar a trabajar, voy a diferir eso al presidente López Obrador. Pero estamos contentos, es una reunión muy productiva.

A veces se dan muchas reuniones y pues no surge nada de ellas, en este caso es una reunión que fue muy productiva y que estoy seguro que va a traer beneficios directamente a nuestra gente y a la relación entre ambos países, que yo la catalogaría como excelente, ya desde antes de este día, pero hoy ya no puede ser más excelente, pero se mantiene como siempre ha estado: en la mejor relación posible.

Así que muchas gracias y, presidente.

MODERADOR: Ahora escuchemos las palabras del excelentísimo señor presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador.

PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Amigo presidente Nayib Bukele. Amigas, amigos salvadoreños:

Me da mucho gusto estar en esta nación hermana y entrañable.

Compartimos una historia milenaria desde que los olmecas y los mayas se asentaron en los territorios de nuestros países, allá por el año 900 antes de nuestra era.

La fuerza de las culturas mesoamericanas asoma en nuestros países en sitios arqueológicos portentosos y también en toponimias compartidas, esto es la forma en que hemos bautizado, llamamos a nuestros pueblos en México y en El Salvador.

Sería largo mencionar los pueblos que llevan el mismo nombre en México y El Salvador. Baste señalar que mi pueblo natal se llama Tepetitán y está situado en el municipio de Macuspana, Tabasco; y aquí. en El Salvador, Tepetitán es un municipio del departamento de San Vicente.

Algunas de esas coincidencias provienen de las oleadas de grupos de habla náhuatl que llegaron a Centroamérica en distintos momentos procedentes del altiplano central de México; otras son producto de la conquista española, que fue realizada aquí con el auxilio de guerreros mexicas y tlaxcaltecas que se vieron obligados a combatir del lado del invasor; a estos últimos debe su nombre el municipio de Mexicanos, hoy conurbado a esta capital.

Por desgracia, nuestros pueblos compartieron durante tres siglos la larga noche de la ocupación española que los diezmó, intentó destruir los fundamentos de sus culturas y los redujo a una esclavitud que no se atrevía a decir su nombre. ‘De sangre era la cruz, no de madera’, sintetizó la poeta Claudia Lars en su Retrato de Pedro de Alvarado.

A falta de grandes recursos minerales, la riqueza que el imperio extraía de El Salvador provenía básicamente de la sobreexplotación de indígenas y africanos que trabajaban en las plantaciones.

Nuestra historia se entrecruza también en las gestas de independentistas. El primer grito de independencia de Centroamérica tuvo lugar precisamente en El Salvador, 5 de noviembre de 1811, cuando los sublevados encabezados por José Matías Delgado, Manuel José Arce, su padre Bernardo y los hermanos Aguilar, llamaron a ejercer la soberanía popular por medio de los cabildos.

Aunque el alzamiento tuvo resonancia en varias localidades salvadoreñas e incluso de la ciudad nicaragüense de León, a la postre fue sofocado. Los independentistas, que habían establecido correspondencia con el cura mexicano José María Morelos, volvieron a intentarlo en enero de 1814; de nueva cuenta fueron derrotados y encarcelados.

La preciada independencia no habría de consumarse sino hasta el 15 de septiembre de 1821, y para entonces el pueblo salvadoreño llevaba ya una década poniendo a prueba el admirable espíritu indómito y el amor a la libertad que lo caracteriza hasta la fecha.

Es doloroso que los procesos de independencia no trajeran aparejada la justicia y que las oligarquías criollas mantuvieran sobre los pueblos originarios la opresión y la explotación de la época colonial.

Deslumbrados por la falsa idea del progreso, nuestras libertades, incluso quienes las enarbolaban, los liberales, agravaron desde el poder la situación de los pueblos originarios. Esto explica la insurrección de los nonualcos, que encabezó Anastasio Aquino en 1833, así como la que promovió Feliciano Ama, un siglo después, que fue bárbaramente reprimida por el dictador Maximiliano Hernández Martínez, quien ordenó el asesinato de decenas de miles, incluidos el propio Ama, Francisco ‘Chico’ Sánchez y el dirigente comunista Farabundo Martí, quien había sido secretario del general Sandino por cierto, Farabundo Martí y Sandino se conocieron en México.

La oligarquía seguía sin entender que la paz es fruto de la justicia y que un Estado que no garantiza los derechos básicos de su población deriva a la ingobernabilidad.

La pobreza, la desigualdad, el autoritarismo y la falta de democracia fueron los principales combustibles de la tragedia y de la trágica guerra que azotó a este país en las últimas décadas del siglo pasado.

Debo decirle que los mexicanos esa guerra de hace relativamente poco nos dolió en cada uno de sus muertos y mucho nos dolió el cobarde asesinato de monseñor Óscar Arnulfo Romero, un santo de verdad. Por eso, en agosto de 1981 México no vaciló en emitir, junto con Francia, la célebre declaración conjunta sobre El Salvador en la que se reconoció al Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional, como una fuerza política representativa, y señalaba: ‘Corresponde únicamente al pueblo de El Salvador la búsqueda de una solución justa y duradera a la profunda crisis por la que atraviesa ese país’, poniendo así fin al drama que vive la población salvadoreña.

Año y medio más tarde, el gobierno mexicano propuso la creación del Grupo Contadora, y en el caso de El Salvador se consiguió la paz. Esa solución provino de acuerdos que se suscribieron en 1992, y es un orgullo para nosotros los mexicanos porque esos acuerdos se firmaron en el Castillo de Chapultepec de la Ciudad de México.

Hoy, presidente Bukele, amigas y amigos de El Salvador, tenemos desafíos distintos a la guerra. Ahora los desafíos tienen que ver con la lucha contra la pobreza, la desigualdad, el desempleo y la marginación, que son las raíces profundas de la inseguridad, de la migración y otras desdichas.

Desde el inicio de mi gobierno he abogado por resolver esos problemas de manera perdurable tanto en México como en Centroamérica, con absoluto respeto a la soberanía de cada país, como lo hemos platicado, coincidimos y se ha acordado en la relación amistosa que tenemos.

También he insistido en que tales soluciones demandan el esfuerzo conjunto de los tres países de esta región, además de México y de Estados Unidos, que es, por donde quiera que verse, Estados Unidos protagonista del fenómeno migratorio, y debe, en consecuencia ser corresponsable en darle solución, modificando sus políticas migratorias y ayudando a combatir las condiciones que obligan a millones a abandonar sus lugares de residencia.

Postulamos que toda persona tiene derecho a permanecer en el país en que nació, que nadie debe verse forzado a emigrar por hambre o por violencia, que nadie sea cosido a balazos al cruzar la frontera; sembrador de maíz en plena selva extranjera, o eterno documentado, como lo expresó dolorosamente Roque Dalton en su Poema de amor.

Me llena de orgullo y al mismo tiempo agradezco, presidente Bukele, el hecho de que El Salvador sea la nación centroamericana en la que más se avanzando en la aplicación de los programas Sembrado Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro.

El primero ha ofrecido a 10 mil pequeñas y pequeños agricultores de 10 departamentos de El Salvador, 18 por ciento mujeres, 81 por ciento hombres, la posibilidad de mejorar su calidad de vida impulsando la producción en sus parcelas, mediante ayudas monetarias mensuales de 250 dólares, acompañamiento técnico para la siembra de milpas, hortalizas, árboles frutales y maderables, así como el establecimiento de 40 biofábricas y 300 sistemas de pequeño riego, mecanismos o formas de riego.

Desde su primera fase, este proyecto arroja resultados muy alentadores. Veamos la evaluación:

El 99 por ciento de los beneficiarios reportó un incremento en el autoconsumo de sus productos agrícolas.

El 34 por ciento observó un impacto positivo en el cuidado del medio ambiente.

El 99.1 por ciento consideró que el acompañamiento técnico le ayudó a mejorar las prácticas de cultivo.

El 55 por ciento había pensado en migrar antes de afiliarse al programa; se redujo a sólo el 0.6 por ciento.

El 88 por ciento mejoró sus conocimientos para el cultivo.

El 77 por ciento mejoró su alimentación.

El 75 por ciento vio un incremento en su ingreso.

El 74 por ciento mejoró la calidad de vida de la familia.

El 54 por ciento invirtió en vivienda, además de los 10 mil participantes directos.

El programa Sembrando Vida generó 21 mil 256 empleos indirectos.

El otro programa, Jóvenes Construyendo el Futuro, es importantísimo porque antes se le daba la espalda a los jóvenes. En nuestro país, de manera irresponsable se les trataba en forma discriminatoria, despectiva, se les llamaba ‘ninis’, que ni estudian ni trabajan, pero no se hacía nada por atender a los jóvenes. Ahora es distinto, hay dos millones 500 mil jóvenes en México que están recibiendo un apoyo, un salario para trabajar como aprendices en empresas, en comercios, en el campo, y esto los aleja de tomar el camino de las conductas antisociales.

Estamos quitándoles el semillero a las bandas, que los jóvenes tengan posibilidad de estudio, tengan posibilidad de trabajo.

Aquí, en El Salvador, son también 10 mil los jóvenes que están recibiendo este apoyo, 44 por ciento mujeres y 56 por ciento hombres que reciben 180 dólares de apoyo económico mensual con propósito de capacitación laboral en 427 centros de trabajo, en áreas administrativas, de servicios, ventas y comercio, oficios, cultura, deporte, industrias, ciencia y tecnología y en el sector agropecuario; 58 por ciento se capacitaron en el sector privado, 25 por ciento en el sector público y 17 por ciento en organizaciones sociales.

También de la evaluación, como resultado, el 84 por ciento de los becarios tuvo su primer acercamiento al mercado laboral gracias al programa.

El 25 por ciento recibieron una oferta laboral en el mismo centro en el que se capacitaron.

El porcentaje de quienes pensaban emigrar se redujo del 35.7 al 11.4 por ciento.

El 97 por ciento consideró haber desarrollado habilidades laborales que contribuyen a su arraigo en el país.

El 91 por ciento dijo que el programa le permitió conocimientos relacionados a su formación profesional.

A la vista de este resultado es de esperar que el gobierno y el Congreso de Estados Unidos terminen por entregar los cuatro mil millones de dólares que el presidente Biden ofreció invertir en estos programas, de modo que puedan ampliarse en los tres países de Centroamérica.

Pero, como lo mencionó el presidente Bukele y estoy de acuerdo, no tenemos que estar esperando y no podemos estar dependiendo de nadie, tenemos que hacer uso de nuestro derecho a la autodeterminación como pueblos libres y soberanos.

Y me da mucho gusto anunciar aquí, en El Salvador, que a propuesta del presidente Bukele se va a incrementar al doble el programa de Sembrando Vida y de Jóvenes Construyendo el Futuro, y vamos a aportar la misma cantidad el gobierno de El Salvador y el gobierno de México.

Amigas, amigos:

Me da una enorme satisfacción el constatar que la hermandad de milenios entre nosotros y entre nuestros países nos lleva a construir bienestar para que no volvamos nunca más a ser los tristes más tristes del mundo; que pasemos a ser los más felices, los más felices del mundo.

Muchas gracias, presidente Nayib Bukele, muchas gracias por su cooperación, y siempre en México va a tener las puertas abiertas como amigo. Vamos siempre a tener un trato especial para el presidente Bukele y un trato muy fraterno, cariñoso, de hermanos con este digno pueblo de El Salvador.

Muchas gracias.

MODERADOR: El compromiso de ambos países sigue avanzando y construyendo una nueva historia.

Les invitamos a ponerse en pie.

Presenciamos a continuación el retiro del excelentísimo señor presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador, y el excelentísimo señor presidente de República de El Salvador, Nayib Armando Bukele Ortez, quienes continuarán con los compromisos y funciones de la agenda presidencial.

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