MODERADOR: Dejo en el uso de la palabra al señor presidente constitucional de la República de Guatemala, Alejandro Eduardo Giammattei Falla.

ALEJANDRO EDUARDO GIAMMATTEI FALLA, PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE GUATEMALA: Muchísimas gracias.

Quiero, primero, expresar mis sentimientos de emoción de la visita del presidente Manuel Andrés López Obrador. Esta es la cuarta vez que tenemos la posibilidad de conversar y hemos logrado aterrizar distintos programas y proyectos a lo largo de estos dos años que tengo de ser presidente. Hoy vemos los frutos del trabajo en conjunto.

Y hemos definido una agenda que va a ir prosperando en el futuro, que tiene que ver con temas que nos incumben a ambos países y de los cuales, pues agradecemos profundamente al presidente López Obrador su colaboración, a ir impulsando el famoso Acuerdo de Desarrollo Integral, que une a México con los países de El Salvador, Honduras y Guatemala, del cual México junto con la Cepal han encabezado, y el cual Guatemala tiene ya 22 proyectos para ser desarrollados. El único país de los tres centroamericanos que hemos desarrollado proyectos y que esperamos poderlos principiar, concretar en los próximos meses para lograr el desarrollo de nuestra zona fronteriza, específicamente con México.

También agradecerle al presidente López Obrador el ofrecernos el apoyo en dos programas sociales específicos:  uno, Construyendo el Futuro, que va dirigido a jóvenes; y el otro, Sembrando Vida, que va dirigido a que los campesinos tengan la posibilidad de recursos que les permitan el desarrollo de sus tierras y la recuperación de la masa boscosa, y poder hacer proyectos productivos, especialmente en la zona fronteriza con nuestro hermano país.

Gracias, presidente, por la visita, gracias por el apoyo de su gobierno a los temas que hemos impulsado a nivel internacional.

Y seguiremos trabajando fuertemente en la relación, tanto con el gobierno federal como, gracias a su gestión, con los tres gobernadores de los estados limítrofes con Guatemala, con quien podremos ampliar esa posibilidad de tocar los puntos, que los conflictos, los problemas sociales que tenemos comunes, pero sobre todo, lograr el tan ansiado desarrollo de la zona fronteriza entre Guatemala y México.

Muchísimas gracias, señor presidente.

PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Pues nos da mucho gusto estar en la hermana República de Guatemala. Agradecemos mucho al presidente Alejandro Giammattei por sus muestras de solidaridad y su amistad con el pueblo de México y con el gobierno que represento.

Amigas, amigos de Guatemala:

Como ustedes saben, tras un periodo oscuro y decadente en el que México se ausentó de América Latina, hoy el gobierno que presido tiene la convicción y el propósito de participar en la construcción de un futuro común para nuestra región, en pleno respeto a las soberanías y a las características propias de cada pueblo y de cada país.

Enfrentamos graves problemas comunes que sólo pueden ser resueltos mediante la colaboración, el entendimiento y el respeto mutuo, subrayo, con respeto a nuestras soberanías, bajo el principio de la independencia, de la autodeterminación de los pueblos y de la no intervención.

La raíz común de los principales problemas que nos aquejan es la misma: la pobreza, la desigualdad, la postración del campo, la desintegración social, la marginación y la negación histórica de derechos efectivos para las mayorías. Esas son las circunstancias que dan origen a la migración y a la delincuencia, a las adicciones y a la violencia.

La otra cara de la moneda es el desarrollo y la paz social, que son frutos de la justicia y de una procuración de bienestar para las poblaciones.

Sin afán de imponer soluciones ni de intervenir en asuntos internos, como ya lo he mencionado, hemos dispuesto ayudar a los países, a las naciones más cercanas, más entrañables en lo cultural, en lo geográfico, en lo histórico y, repito, en lo afectivo. La fórmula que estamos aplicando en México para reactivar el campo, cuidar la naturaleza, crear empleos, rescatar a los jóvenes de la marginación laboral y educativa y crear, en fin, las condiciones de bienestar que demandan y merecen las mayorías de esta Mesoamérica contemporánea.

Estamos convencidos de que así, atendiendo las causas, los orígenes de la violencia, las bandas delictivas se irán quedando sin jóvenes a los cuales reclutar, y que las personas podrán vivir en sus lugares de origen sin verse orilladas a emigrar, y que la paz social podrá hacerse una realidad.

Mi gobierno está centrado en la aplicación de programas como Sembrando Vida, que ofrece a miles de productores del campo una paga mensual para que siembren en sus parcelas o pequeñas propiedades árboles frutales y maderables, no sólo para remontar los daños causados por la deforestación y la explotación inmoderada de las selvas y bosques, sino también para procurarse ingresos y establecer mejores medios de vida, tanto para la generación actual como para las futuras en las comunidades rurales del país.

Hemos establecido, asimismo, el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, el cual permite a las y los muchachos que han llegado a la edad laboral o universitaria capacitarse para el trabajo en calidad de aprendices en una diversidad de empresas privadas, organizaciones sociales o instituciones públicas, con una remuneración, con un sueldo, con un salario a cargo del Estado y con el compromiso de sus tutores donde están laborando como aprendices de que se les van a enseñar habilidades que faciliten su inserción en el mercado laboral.

También estamos otorgando 11 millones de becas para estudiantes de escasos recursos económicos, desde el nivel básico hasta el posgrado.

Tenemos, por otra parte, la pensión universal para adultos mayores, por medio de la cual todo aquel que haya llegado a los 65 años tiene derecho a recibir un monto bimestral, que este año llegará casi a los 200 dólares, y que se irá incrementando con el tiempo. Nuestro objetivo es que, para principios del 2024, cada adulto mayor en nuestro país tenga garantizado un ingreso económico equivalente a 300 dólares cada dos meses.

Existen otros programas para grupos vulnerables, pero les he referido sólo los principales. Aunque se otorga prioridad absoluta a los grupos indígenas, todos los programas de Bienestar se aplican y buscan que beneficien de manera universal, es decir, a todos, y los hemos elevado a rango constitucional.

La ejecución de esta política de bienestar permitió a millones de hogares enfrentar los meses más duros del confinamiento por la pandemia, cuando la economía prácticamente se paralizó y muchos se quedaron sin sus ingresos regulares.

La migración, como todos sabemos, amigas, amigos de Guatemala, es la evidencia de la injusticia. Mi gobierno se ha propuesto erradicar las condiciones de pobreza, insatisfacción, inseguridad que la originan, para que nadie tenga que abandonar su hogar, su familia y su tierra por hambre o por violencia al verse obligado a vivir los peligros del trayecto en México, ni la discriminación y la persecución policial al norte del río Bravo. Que sólo emigren —esto lo hemos hablado con el presidente Giammattei—, que sólo emigren quienes desean hacerlo por motivaciones más amables, que la migración sea optativa, no forzosa.

Nuestro principal compromiso con los migrantes mexicanos en Estados Unidos es construir un país al que puedan y quieran regresar y que no expulse a ninguno de sus habitantes; esta es la misma propuesta que estamos haciendo de manera respetuosa para nuestros hermanos de Guatemala, de Honduras, de El Salvador.

Soy consciente de que para aplicar en estas naciones hermanas programas como los que estamos llevando a cabo en México es indispensable que Estados Unidos aporte los recursos necesarios y en diversas ocasiones he abordado el asunto con el presidente Biden, con la vicepresidenta Kamala Harris y con otros funcionarios de Washington.

Estoy convencido de que sólo con la cooperación internacional lograremos poner un punto final al doloroso fenómeno de la migración, doloroso fenómeno de la migración que causa mucho dolor, que causa muerte.

No podemos enfrentar el fenómeno migratorio con puestos fronterizos únicamente o con leyes más severas, o con muros y policías, sino con bienestar, con seguridad y paz en los puntos de partida de los viajeros, en los lugares de origen de los migrantes.

Nosotros tenemos programas y se ofrecen a los migrantes, pero el que sale de su pueblo ya lleva la idea de llegar a Estados Unidos. Además, por el tráfico de personas que lamentablemente existe, ya cuando llegan a México ya llevan un acuerdo, un contrato con un coyote, y ya, aunque se ofrezcan oportunidades, ya no es posible que se queden a trabajar en nuestro país. Por eso, insistimos que lo mejor es atender el problema en las comunidades de origen, de donde es la gente, ahí es donde hay que procurar que haya desarrollo, que haya empleo, que haya bienestar.

Me parece, lo digo sinceramente, inexplicable que, en Washington, en el Capitolio, se haya retrasado tanto la aprobación de los cuatro mil millones de dólares que ofrecieron invertir en la generación de bienestar en los países centroamericanos, aun cuando el presidente Biden y la vicepresidenta Kamala Harris han estado haciendo gestiones para ello.

Son cosas distintas, no se debe de comparar a tabla rasa, pero ya se aprobaron más de 30 mil millones de dólares para apoyar en la guerra a Ucrania y llevamos cuatro años, desde que estaba el presidente Donald Trump, planteando que se apoye con cuatro mil millones de dólares y hasta el día de hoy no hay nada, absolutamente nada. Por eso vamos a seguir insistiendo respetuosamente en la necesidad de la colaboración de Estados Unidos.

Más allá del fenómeno migratorio, estoy convencido de que este continente debe avanzar, nuestra América, toda América, hacia una integración económica y comercial sin exclusiones, al margen de diferencia ideológicas y, como lo ha expresado varias veces el presidente Biden, en pie de igualdad entre nuestras naciones.

Que nadie excluya a nadie. Ya basta de las hegemonías, ya basta de la política que se ha impuesto por más de dos siglos en nuestra América. Necesitamos la unidad, necesitamos el respeto a las soberanías de todos los países. Que se respete la soberanía de Guatemala, que se respete la soberanía de México y, como aquí lo mencionaba el presidente Giammattei hace un momento, recordando al Benemérito de las Américas, Benito Juárez, que se haga valer la frase de que, entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz.

Por lo pronto, estimado presidente Giammattei, amigas, amigos de Guatemala, tenemos por delante la tarea inmediata de impulsar la paz y el bienestar de nuestras naciones, y la colaboración fraterna entre ellas.

Que el Usumacinta y el Suchiate no sean murallas y que recobren la condición de arterias de comercio, cultura y fraternidad que tuvieron cuando los olmecas y los mayas, nuestros antepasados, navegaban por eso ríos bellos, extraordinarios.

Continuarán, por lo que corresponde a México, los apoyos fiscales y la gasolina barata en la frontera con Guatemala.

Se convertirá en realidad el nuevo ferrocarril del Istmo de Tehuantepec hacia la frontera con Guatemala.

El Tren Maya, mil 500 kilómetros —que comprende a cinco estados del sureste, tres de los cuales tienen colindancia con Guatemala: Chiapas, Tabasco, Campeche, más Yucatán y Quintana Roo—, el Tren Maya se va a inaugurar en diciembre del año próximo y tendrá una estación de pasajeros y de carga en Tenosique, Tabasco, a 50 kilómetros de El Ceibo, en la frontera de nuestros países.

Y se mantendrá, y eso es lo más importante, presidente Giammattei, se mantendrá inalterable, con respeto y con fraternidad, el trato de amigos y de hermanos con este pueblo de Guatemala, de tanta cultura, de tanta historia y de tanta dignidad.

Muchas gracias.

ALEJANDRO GIAMMATTEI FALLA: A usted presidente, muchas gracias.

MODERADOR: Con el mensaje del señor presidente de los Estados Unidos Mexicanos, excelentísimo señor Andrés Manuel López Obrador, damos por concluida esta conferencia conjunta.

Muchas gracias por su presencia.

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