MODERADOR: Damas y caballeros, se encuentra con nosotros el presidente de los Estados Unidos Mexicanos, quien recibe el Bastón de Mando por el presidente municipal de Cuilápam de Guerrero, Oaxaca.

(ENTREGA DE BASTÓN DE MANDO)

MODERADORA: El presidente de México se dirige a la escolta de bandera para saludar a nuestro lábaro patrio.

(SALUDO)

MODERADOR: El presidente de la República y guardias que lo acompañan montarán guardia de honor en el monumento a Vicente Guerrero.

(GUARDIA DE HONOR)

MODERADOR: Damos inicio a esta ceremonia con los honores al presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.

(HONORES)

MODERADORA: Preside esta ceremonia conmemorativa al 190 aniversario luctuoso de Vicente Guerrero, el presidente de México, licenciado Andrés Manuel López Obrador.

MODERADOR: Integran el presídium, la doctora Beatriz Gutiérrez Mueller, presidenta del Consejo Honorario de la Coordinación de Memoria Histórica y Cultural de México, y esposa del presidente de México.

MODERADORA: Doctor Martin Luther King III.

MODERADOR: Señor Manpreet Vohra, embajador de la India en México.

MODERADORA: Maestro Alejandro Murat Hinojosa, gobernador del estado de Oaxaca y su esposa señora Iveth Morán de Murat.

MODERADOR: Licenciado Héctor Astudillo Flores, gobernador del estado de Guerrero.

MODERADORA: Doctora Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación.

MODERADOR: General Luis Cresencio Sandoval González, secretario de la Defensa Nacional.

MODERADORA: Doctor Marcelo Ebrard Casaubon, secretario de Relaciones Exteriores.

MODERADOR: Almirante José Rafael Ojeda Durán, secretario de Marina.

MODERADORA: Ingeniero Diego Moisés Pérez de la Cruz, presidente municipal de Cuilápam de Guerrero, Oaxaca.

MODERADOR: Señora Andrea Waters King.

MODERADORA: Y ciudadana Dolores Heredia Lerma.

MODERADOR: También nos acompañan invitados especiales, representantes de medios de comunicación y quienes nos siguen por internet a través de las redes sociales.

Sean todos bienvenidos.

Hace uso de la palabra el maestro Alejandro Murat Hinojosa, gobernador del estado de Oaxaca, gobernador del estado de Oaxaca.

ALEJANDRO ISMAEL MURAT HINOJOSA, GOBERNADOR DE OAXACA: Señor presidente:

En el destino estaba que su primera visita, después de enfrentar en carne propia, como lo hemos hecho muchas familias oaxaqueñas y mexicanas y del mundo, fuera en Oaxaca. 

Agradecemos que lo haga con su distinguida esposa, la doctora Beatriz Gutiérrez Mueller. 

Hay algo especial que conecta al presidente López Obrador con Oaxaca y eso lo celebramos.

Nos da gusto volver a verlo repuesto y recargado, con la energía y el ánimo que lo caracterizan en la conducción de México, haciendo honor a una frase que escucharemos hoy y que debemos de escuchar siempre: Primero es la patria.

También sea bienvenido, a nombre del pueblo de Oaxaca, Martin Luther King III, heredero y continuador de la lucha por la defensa de los derechos civiles. 

Este año celebramos el bicentenario de México, la consumación de nuestra Independencia y el inicio de nuestra soberanía, y Vicente Guerrero Saldaña es el gran consumador, el héroe de la libertad.

Si Miguel Hidalgo es el padre de la patria, Guerrero es el emancipador. Y como el primer presidente afrodescendiente nos deja como imperativo para la posteridad en México que una de las grandes fortalezas que tenemos es la diversidad, así también lo pensó Martin Luther King, cuando dijo que a los hijos no se les debe de ser juzgados por el color de su piel, sino por el contenido de su carácter. 

Vicente Guerrero y Martin Luther King comulgaban en el principio de la libertad. Vicente Guerrero, amigo gobernador Héctor Astudillo, es la voluntad, es la energía que guía nuestra hermandad y nuestra vecindad como estados. Oaxaca y Guerrero, Guerrero y Oaxaca, porque Guerrero nació en Tixtla, pero cada 14 de febrero renace aquí, en Cuilápam.

Decía Alfonso Reyes que la patria no se confunde con el Estado, porque desde la Independencia México ha cambiado de forma y de constitución, pero sigue siendo la misma patria. 

Patriotismo, decía Reyes, es el amor a México, el deseo de mejorarlo y su confianza en su destino. Por eso, que no quede duda, estamos hoy aquí reunidos en torno al presidente López Obrador, en torno al jefe de Estado y el jefe de gobierno haciendo patria y construyendo la grandeza de México.

Cuando se piensa en el general Vicente Guerrero, se piensa en patria y libertad. Fue Guerrero quien, con un solo abrazo allá en Acatempan, definió el destino de México como nación independiente.

Siempre se habla de Guerrero como unidad nacional, ahí también Guerrero, y lo dijo: ‘La patria es primero’ y selló para la eternidad esa vocación que debe de tener el pueblo de México de estar unido en los tiempos buenos, pero especialmente, como hoy, en los tiempos difíciles.

‘La patria es primero’ es más que una frase que está inscrita en las letras de oro de nuestra más alta tribuna; es ese apotegma que debe presidir todas nuestras decisiones públicas y privadas.

Guerrero también nos recuerda que inauguró la moral y la ética cuando señaló que con la patria todo y contra la patria nada.

Delineó también aquella conducción de los servidores públicos, de aquellos que estamos en la administración cuando dijo:

‘Todos los gobiernos se han establecido para asegurar los derechos del hombre, como son el derecho a la vida, a la libertad y el de promover su prosperidad, y por lo mismo los gobernantes no tienen por sí ningún poder, ni gozan de más autoridad que la que buenamente les quiere conceder a los gobernantes.’

Esa es su dimensión, la estatura moral del estadista.

Guerrero no sólo debe de ser recordado por sus hazañas en el campo de batalla; al contrario, es el símbolo de la unidad nacional. 

Porque la patria es primero cuando anteponemos las coincidencias y dejamos al lado las naturales diferencias.

La patria es primero cuando cada quien hace lo que le corresponde para salir adelante ante la adversidad.

La patria es primero cuando los médicos, las médicas, los y las enfermeras y enfermeros, cuando todos los trabajadores de salud se atrincheran en la primera línea de batalla, exponiendo sus vidas para salvar la de los demás. Desde aquí el más alto reconocimiento a todos los trabajadores del sector Salud.

Pero la patria es primero también cuando el presidente López Obrador lleva la voz al mundo para traer las vacunas que hoy nos presentan los inicios de aquella final de luz del túnel. 

La patria es primero cuando hay solidaridad.

La patria es primero cuando vivimos cada día con la confianza de que vamos a salir adelante y vamos a salir juntos.

La patria es primero cuando entendemos y asumimos que hoy lo más importante es la salud y la vida de las y los mexicanos.

Estamos próximos a cumplir casi un año de la pandemia. Ha sido una guerra en contra un enemigo invisible que nos ha arrebatado amigos y familiares, ha sido, sin duda, el desafío más grande de México en el concierto de las naciones, pero hoy a nosotros nos toca pelear por esta nueva generación, aferrarnos a la salud y a la vida. Como ejemplo, Guerrero.

La historia de México sin duda es puente de naturaleza telúrica. Nuestros procesos nunca han sido fáciles, somos hijos de la adversidad, pero también somos un pueblo guerrero que nunca se da por vencido. Nos doblamos, pero no nos rompemos.

Somos hijos de las civilizaciones milenarias, las primeras dueñas de esta tierra: olmecas, mayas, mexicas, toltecas, mixtecos y zapoteco; somos herederos de los caballeros águila, jaguar y tigre y, sin duda,hijos de Hidalgo, de Morelos y por supuesto de Guerrero.

Hoy más que nunca debemos de ser conscientes que la historia no sólo es pasado; también es presente, y hoy nos toca escribirla a nosotros.

Amigas y amigos: 

Estoy claro de que con patriotismo y unidad nacional vamos a salir adelante por encima de colores, de siglas y de ideologías. Debemos de tener siempre presente lo que decía don Ponciano Arriaga: ‘Nunca olvidar el dulce título de mexicanas y mexicanos’.

Señor presidente: 

Aquí estamos con usted de manera solidaria y con la mano amiga. Estamos listos para seguir caminando del lado de su gobierno. Estamos convencidos de que, si le va bien al presidente Andrés Manuel López Obrador, le va bien a México y si le va bien a México le va bien a Oaxaca, y ese es nuestro máximo interés.

Por eso, desde aquí de Cuilápam, una vez más hacemos un llamado a la nación para continuar el legado de Vicente Guerrero: libertad, unidad nacional y patriotismo. Sólo así seremos fuertes.

Sigamos libres, sigamos fuertes, pero especialmente sigamos unidos por Vicente Guerrero y por México.

Muchas gracias.

MODERADORA: La ciudadana Dolores Heredia Lerma dará lectura a textos históricos.

DOLORES HEREDIA LERMA, ACTRIZ: Buen día a todos.

Vicente Guerrero, uno de los héroes que consumó la Independencia de México, nació en Tixtla, el 10 de agosto de 1782; de familia humilde, con sangre africana en sus venas, alto, fuerte y ágil a la vez, Vicente Guerrero constituía un bello tipo humano.

Desde fines de 1810 se unió a la lucha insurgente bajo las órdenes de Morelos. Guerrero compartía las ideas políticas de Hidalgo y Morelos para luchar por la independencia y por una sociedad más justa, sin distinción de razas, donde todos fueran iguales ante la ley.

Se ganó la confianza de Morelos, a quien acompañó en la toma de Tixtla en mayo de 1811.

Ignacio Manuel Altamirano narró así este encuentro con Morelos:

‘Morelos llamó a Guerrero, que estaba también cubierto de sangre, pues fue de los asaltantes del fortín, y llevándolo a un lugar desde donde se descubría perfectamente el panorama entero del valle y de la población de Tixtla, comenzó a preguntarle acerca de los puntos que importaba conocer.’

‘¿Qué sembradíos son esos? Preguntó Morelos a Guerrero.

‘Son las huertas, señor, así las llamamos en Tixtla, son huertas de sandías y de melones, muy sabrosos, que se siembra en el terreno húmedo que deja la laguna cuando se seca en este tiempo.

‘Y aquellos cerros ¿cómo se llaman?

‘El pequeñito se llama Texcaltzin; el cerro grande que se ve detrás de la parroquia y arriba del lago se llama Tapaxtla; la barranca roja que lo divide se llama Xompito y este cerro que está al sur, Hueyantlipan.

‘Abajo queda el camino para Mochitlán, un pueblo muy fértil; y más acá, junto al santuario, está el camino que va a Acapulco.

‘Qué hermosa es la tierra de usted, Guerrero -dijo Morelos- por donde quiera sembrados, arroyos, colinas verdes y montañas magníficas.’ 

José María Lafragua narró así la importancia de Guerrero en los años más difíciles de la lucha por la independencia nacional:

‘La muerte de Morelos, Matamoros y Mina, la prisión de Bravo y Rayón, y el indulto de Terán y otros jefes, habían derramado el desaliento y el pavor en toda la Nueva España.

‘Un hombre solo quedó en pie en medio de tantas ruinas, una voz sola se oyó en medio de aquel silencio. Vicente Guerrero, abandonado de la fortuna muchas veces, traicionado por alguno de los suyos, sin dinero, sin armas, sin elementos de ningún género, se presenta en aquel periodo de desolación, el único mantenedor de la santa causa de la independencia.

‘En este periodo es en el que más brillan las dotes del general Guerrero: su valor, su prudencia, su actividad, su profunda sagacidad, su consumada práctica en la especie de guerra que tenía que hacer y, sobre todo, su heroica constancia y su inalterable decisión, tanto por la independencia, cuanto por el sistema republicano.

‘Solo, sin rival en esta época de luto, Guerrero, manteniendo entre las montañas aquella chispa del casi apagado incendio de Dolores, trabajaba sin tregua al poder colonial, cuyos sangrientos himnos de victoria eran frecuentemente interrumpidos por el eco amenazador de los cañones del sur’.

Guerrero mantuvo viva la llama de la insurgencia, los realistas no pudieron derrotarlo y rechazó la súplica de su padre para que abandonara la lucha.

Cuenta José Mancisidor:

‘Una nueva amargura cuya todavía…’ Perdón. ‘Una nueva amargura cayó todavía sobre su corazón. Ante él, hincado y abrazándole las rodillas, su padre le ofrecía en nombre del virrey una fuerte cantidad, y como fuera inútil el ofrecimiento, recurrió a la pintura con dramáticas palabras de la triste situación en que estaban su esposa y su hija.

‘Guerrero escuchó conmovido a su padre, lo acompañó en su llanto y llamando a sus soldados les dijo: Compañeros, ¿veis a este anciano respetable? Es mi padre. Viene a ofrecerme empleos y recompensas en nombre de los españoles. Yo he respetado siempre a mi padre, pero mi patria es primero.’

Esa tenaz resistencia rindió fruto. En enero de 1821 se abrió la oportunidad de consumar la Independencia. Guerrero escribió a Iturbide, jefe del Ejército Realista, las razones de su lucha:

‘Concluyamos con que usted, equivocadamente, ha sido nuestro enemigo y que no ha perdonado medios para asegurar nuestra esclavitud, pero si entra en conferencia consigo mismo conocerá que, siendo americano, ha obrado mal, que su deber le exige lo contrario, que su honor le encamina a empresas más dignas de su reputación militar, que la patria espera de usted mejor acogida, que su estado le ha puesto en las manos fuerzas capaces de salvarla y que, si nada de esto sucediere, Dios y los hombres castigarían su indolencia.

‘Soy de sentir que lo expuesto es bastante para que usted conozca mi resolución y la justicia en que me fundo, porque nuestra única divisa es libertad, independencia o muerte. 

‘Si este sistema fuese aceptado por usted, confirmaremos nuestras relaciones, me explayaré algo más, combinaremos planes y protegeré de cuantos modos sea posible sus empresas; pero si no se separa del constitucional de España, no volveré a recibir contestación suya, ni verá más letra mía.

‘Me será más glorioso morir en la campaña que rendir la cerviz al tirano. Le repito que todo lo que no sea concerniente a la total independencia; lo demás, lo disputaremos en el campo de batalla.’

‘La Independencia nacional no hubiera sido posible sin Vicente Guerrero, lindero de dos edades, era el recuerdo de la generación que acababa y la esperanza de la que iba a nacer. Soldado valiente hasta 1817, general distinguido hasta 1821, héroe al hacerse la Independencia, clemente y generoso, ignorante de los usos del mundo, dotado de una inteligencia clara, aunque sin ningún cultivo, buen padre de familia y patriota realmente acrisolado, tal fue el benemérito general don Vicente Guerrero.

‘Su nombre, oscuro al principio, enaltecido después con entusiasmo y vilipendiado con frenesí, será pronunciado por la posteridad con la gratitud que se debe a sus eminentes servicios, con el respeto que infunde su heroica constancia, con la compasión que inspira su inmenso infortunio.’

Siempre en nuestra memoria, libertador Vicente Guerrero.

Gracias. 

MODERADOR: Hace uso de la palabra el licenciado Héctor Astudillo Flores, gobernador del estado de Guerrero.

HÉCTOR ASTUDILLO FLORES, GOBERNADOR DE GUERRERO: Ciudadano licenciado Andrés Manuel López Obrador, presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos; muy respetable señora doctora Beatriz Gutiérrez Mueller, presidenta del Consejo Honorario de la Coordinación de Memoria Histórica y Cultural de México, y esposa del ciudadano presidente de los Estados Unidos Mexicanos; amigo, compañero gobernador hermano maestro Ismael Murat Hinojosa, gobernador constitucional del estado de Oaxaca; señora Iveth Morán de Murat

Ciudadana secretaria de Gobernación, doctora Olga Sánchez Cordero; ciudadano secretario de la Defensa Nacional, general Luis Cresencio Sandoval González; secretario de Marina, almirante José Rafael Ojeda Durán; secretario de Relaciones Exteriores, licenciado Marcelo Ebrard Casaubon; doctor Martin Luther King III; su excelencia Manpreet Vohra, embajador de la India; ciudadana Dolores Heredia Lerma, ingeniero Diego Moisés Pérez de la Cruz, presidente municipal de Cuilápam de Guerrero, Oaxaca; ciudadanas secretarias, ciudadanos secretarios que nos acompañan, invitados, invitadas, pueblo de Oaxaca, pueblo de Guerrero, pueblo de México.

En Cuilápam muere el hombre y nace el héroe. El modesto arriero que mantuvo la antorcha encendida de la libertad en el sur, en cumplimiento de las órdenes del generalísimo Morelos, que pactó con los adversarios para lograr el bien mayor de la independencia nacional y que llegó a ser presidente de la República, desde cuyo cargo abolió la esclavitud y derrotó la invasión española en Tampico, nos legó el ejemplo de su desinterés y patriotismo sin mancha.

No tuvo la opaca modestia del indigente de pensamientos y sí lo caracterizó su enorme determinación para la constitución del estado federal. 

Conocía las montañas del sur como la palma de su mano, la táctica guerrillera con la que humilló a tropas equipadas y disciplinadas, como eran las realistas, la satisfacción de levantar de la nada al ejército suriano que encabezaba los valores reivindicatorios exigentes de que, antes que nada y por encima de todo, la patria es primero.

La figura de Vicente Guerrero Saldaña ha sido frecuentemente omitida, me atrevo a decir de manera personal que ha sido subestimado. Podemos afirmar que sus hechos militares y políticos han sido desconocidos para un buen número de mexicanos y mexicanas, no obstante que en el Abrazo de Acatempan dio punto de partida para el Plan de Iguala y el Ejército Trigarante hubiesen sido inexistentes sin su actitud y voluntad generosa.

Reivindicar el nombre de Vicente Guerrero Saldaña significa dar continuidad de la empresa libertaria de Hidalgo, transmitida a Morelos y de Morelos al propio Vicente Guerrero.

Vicente Guerrero Saldaña conquistó la independencia con el sacrificio de muchos mexicanos precisamente porque hay una línea en el tiempo que muestra la lucha libertaria, desde el Grito de Dolores, siguiendo por los Sentimientos de la Nación en Chilpancingo, hasta la entrada triunfal de las tropas el 27 de septiembre de 1821 a la Ciudad de México con la bandera del Ejército de las Tres Garantías. 

Conmemorar el bicentenario de la Independencia representa mantener viva nuestra historia. Con sus lecciones y legados, los mexicanos, las mexicanas, somos la consecuencia de un proyecto de nación federal y republicana, de un orden constitucional que inicia en Apatzingán y concluye en Querétaro, y de principios inamovibles como son la justicia, la igualdad, el respeto a los derechos humanos y la democracia, así como la soberanía de nuestra República.

Señoras y señores.

Señor Luther King III:

Vicente Guerrero Saldaña tenía raíces hoy llamadas afromexicanas, era mulato. Desde la modestia de su origen supo elevarse sobre sus propias limitaciones para cerrar el ciclo de la guerra de independencia. 

Legítimo, auténtico consumador, porque sus ideales fueron los de hacer de México una nación de hombres libres con el ejercicio de todos los derechos y el acceso a las oportunidades a que puede aspirar un ser humano.

La presencia en este evento del doctor Martin Luther King III es el de un símbolo universal, el que representa las verdades evidentes proclamadas y una y otra vez por el doctor Martin Luther King Junior, las verdades de que todos los seres humanos somos iguales, sin distinción de raza, credo religioso o militancia política o, como lo expresara José María Morelos y Pavón en los Sentimientos de la nación, que la diferencia entre los seres humanos solo está entre el vicio y la virtud.

Como el apóstol de los derechos civiles de los Estados Unidos, los mexicanos tenemos un sueño: el sueño de que todos cabemos en nuestro país, el sueño de que nuestras diferencias se resolverán por la vía democrática, el sueño de que ante la ley todos somos iguales, el sueño de ayer y de hoy de alcanzar la dignidad del hombre plenamente libre.

Ciudadano presidente de la República:

Hace 50 años, al conmemorarse el 150 Aniversario de la Consumación de la Independencia, el Ejecutivo federal emitió un decreto por el cual se llevó a cabo una solemne ceremonia cívica en honor al general Vicente Guerrero en la ciudad de Tixtla, así como para la inscripción histórica en los recintos de los tres Poderes de la Unión de lema ‘La patria es primero’.

Usted ha dicho, ciudadano presidente Andrés Manuel López Obrador: ‘Los guerrerenses estuvieron siempre en la vanguardia adelante en todos los movimientos de transformación nacional. Gracias a ellos se logró la Independencia, gracias a ellos se logró el movimiento de Reforma’.

Por la firme convicción que usted expresa, en nombre del pueblo y del gobierno de Guerrero, aquí frente a nuestros hermanos y hermanas de Oaxaca le solicito de la manera más atenta y respetuosa la emisión de un decreto para que el próximo 9 de agosto se convoque a una sesión solemne al Congreso de la Unión con la presencia de los titulares de los tres poderes para honrar la memoria del presidente Vicente Guerrero Saldaña y que cada 15 de septiembre en la celebración del Grito de Dolores se invoque también el nombre del general Vicente Guerrero Saldaña.

Este día en la mañana aquí en Oaxaca, en la tierra de Benito Juárez, Benemérito de las Américas, se ha anunciado por usted, señor presidente, la continuación del Programa Nacional de Vacunación.

Recibimos con esperanza esta noticia y a Chilpancingo, capital del estado de Guerrero llegarán vacunas que servirán para repartirse en municipios de los más rezagados, para poder aplicar la vacuna a adultos mayores. 

Así también, la noticia de que en el transcurso de esta misma semana llegarán vacunas en su segunda dosis para aplicarse al personal que trabaja en salud y que están atendiendo a personas contagiadas con COVID-19.

Usted también ha anunciado que la vacuna se llamará Patria. Sin duda, un excelente homenaje a Vicente Guerrero. Nuevamente, la patria es primero.

Como se lo expresé hace unas semanas en su gira por tierras surianas, la historia nos volverá a acercar a los guerrerenses con el presidente de México, con las instituciones del país, con usted, señor presidente, Andrés Manuel López Obrador, el próximo 24 de febrero. Exactamente en 10 días estará usted en Iguala para recordar también que en esas tierras surianas, donde nació Vicente Guerrero, también nació nuestra bandera nacional.

¡Que viva Vicente Guerrero!

¡Qué viva México!

Muchas gracias.

MODERADORA: El doctor Martin Luther King III hará uso de la palabra.

MARTIR LUTHER KING III (interpretación del inglés al español): Muchas gracias. Es un honor el estar aquí. 

Quisiera agradecer a todo México por la bienvenida tan calurosa, pero primero al presidente Andrés Manuel López Obrador y la primera dama. Para todos los ministros, el gabinete, los gobernadores, el presidente municipal y todas personas y participantes.

Mi esposa y yo, y nuestra hija estamos… Tenemos el honor y estamos agradecidos por compartir esta experiencia y también de haber regresado, bueno para mí fue regresar y para ellos es la primera visita, en la conmemoración del 109 aniversario de la muerte de Vicente Guerrero. Entiendo que la gente de México también está celebrando el bicentenario de la Independencia de México este año y el 700 aniversario.

Quiero expresar mis pensamientos y mejores deseos para toda la gente de México al conmemorar todos estos logros, pero hoy estamos aquí para conmemorar la muerte y el asesinato, la muerte y la traición de Vicente Guerrero, y para mostrarle el respeto.

Yo vengo de Estados Unidos para dar los honores a Vicente Guerrero, quien fue de los grandes líderes de México y de la Independencia de México.

Vicente Guerrero fue un líder de la gente, que vivió y murió por sus propios principios para la independencia y libertad, y para la libertad de la gente de México. Su lema ‘mi patria es primero’ ha inspirado a muchos patriotas por dos centenarios.

Además del gran amor que tenía a su patria, Vicente Guerrero fue uno de los grandes luchadores de México, quien peleó para terminar con la esclavitud. Como afromexicano experimentó discriminación, pero la utilizó como voz para hacer dignidad y libertad para la gente mexicana sin importar de dónde vinieran. Su ejemplo de coraje todavía inspira a la gente para que haya igualdad y hermandad. Yo apoyo también esto.

Vicente Guerrero dio su vida para la libertad y justicia, y por eso les agradezco, señor presidente, por mantener el legado de Vicente Guerrero vivo y por continuar su trabajo de igualdad y democracia en el siglo XXI. Creo que es maravilloso que un líder mexicano sea reconocido por los afroamericanos. Las situaciones de México y Estados Unidos son muy unidas.

Por supuesto que estaba yo feliz cuando en los Estados Unidos eligieron al presidente afroamericano Barak Obama y estoy feliz de que ahora tenemos una mujer afroamericana como vicepresidenta; pero también me dio muchísimo gusto saber que México también tuvo un presidente con descendencia afroamericana.

Es importante que demos a conocer y celebremos la hermosa diversidad de nuestra sociedad y de nuestra historia.

Presidente:

Con su liderazgo y el apoyo de la gente de México estoy seguro que llegará a su meta, que toda la gente esté unida y que salgan adelante de la pandemia y que asegurará una democracia vibrante.

Como saben, también nosotros estamos luchando con la pandemia, nos afectó la economía y la democracia de Estados Unidos.

Tenemos ahora más esperanza, porque tenemos un nuevo líder, el presidente Biden, quien está implementando un plan de prosperidad y me siento seguro de decir que la administración mejorará las relaciones entre nuestros dos países.

Mi esposa, mi hija y yo hemos tomado parte en demostraciones y protestas en contra de niños que han sido dañados con estas nuevas leyes latinoamericanas y hemos luchado para que se reúnan con sus familiares y por una nueva ley en Estados Unidos, que no se transmite otra cosa que respetar los derechos humanos. El presidente Biden ya está tomando cartas en el asunto para reunirlos con sus padres y tengo la seguridad de que habrá justicia pronto.

La gente con herencia mexicana también ha sufrido discriminación en mi país. Como mi mamá y mi papá, siempre les ha dado mi apoyo para los derechos humanos y civiles para la justicia, pero sirve de inspiración para mí.

Y ahora, sabiendo, también conociendo y reconociendo el trabajo de César Chávez y su trabajo, y el trabajo de mi padre Martin Luther King, en 1966 mi padre escribió que tenía problemas, pero que todos los problemas se convertían en uno: problemas de dignidad, humanidad.

Mi madre fue una amiga muy cercana de Chávez y apoyaba los boicots y organizaba campañas para ayudar a los trabajadores de las… En 1974 fue cuando Martin Luther King luchaba por ellos en reconocimiento por su liderazgo.

Como sabe, mi padre fue un constructor de puentes, no de murallas, él era un… Trataba de derribar barreras y separación, barreras de división y discriminación, barreras de temor e ignorancia que prevenían la unión de la gente, él lo que quería era unirlas.

No había espacio para separar, pero lo que él trataba de hacer era unir a todas las familias con respeto y buenas intenciones, unirlos en esperanzas y oportunidades. Y nosotros creemos en su sueño, creemos que ese sueño debe continuarse para un buen futuro de toda la gente de Norteamérica. Estoy segura que todos ustedes están de acuerdo conmigo.

El presidente Andrés Manuel López Obrador no es sólo el líder, el presidente está trabajando para que todos los líderes se unan, estamos trabajando para que todos los líderes se unan sin importar la raza o las fronteras, sin importar la religión o nación. Así es como creamos lo que mi padre llamaba la comunidad para compartir en agosto de 1963.

Y hoy, en honor a Vicente Guerrero, también trabajemos para la libertad, justicia e igualdad, y para continuar con la hermandad entre toda la gente de México y de los Estados Unidos.

Mirando hacia el futuro tengo más esperanzas que nunca que el país de México y Estados Unidos podrán trabajar en cooperación para solucionar problemas de nuestros tiempos, para nuestro beneficio mutuo.

Juntos podemos asegurarnos que las naciones estén unidas y que las naciones estén unidas desde el centro hasta América.

Podemos seguir luchando por la pobreza con esta fe para tener un mejor destino y con este compromiso vamos hacia una nueva era de oportunidad, compartir prosperidad y hermandad de toda la gente de América.

Cierro con una cita de mi padre y una cita que he tenido con mi madre, porque mi padre frecuentemente decía que el objetivo no es dónde está una persona, uno es quien es en problemas y controversia.

'Los cobardes dicen: Es una posición segura, la experiencia pide… Es una política, la vanidad es también una posición, pero la consciencia es un derecho.’

A veces debemos de tomar decisiones que no son muy buenas, pero debemos tomar esas decisiones, porque nuestra consciencia nos dice lo que es correcto, aquí que todo lo que hagamos en nuestra vida debemos permitir que nuestra consciencia sea nuestra guía.

Yo tenía 10 años cuando mataron a mi papá, sólo tuve pocos años con él, pero viví mucho más con mi madre y ella me llevó a su escuela y en esa escuela había una estatua de Horace Mann y debajo de esta estatua decía algo que me impactó: ‘Avergüénzate de lo que haces hasta que tengas la victoria de lo que tu conciencia te dicta’. 

Y empecé a analizar eso porque… Avergüénzate hoy hasta que tengas una victoria para la humanidad, y eso se me quedó mucho, así que lo pensé y pensé, podemos ganar victorias en nuestro vecindario, podemos ganar victorias en nuestras escuelas, podemos ganar victorias en los lugares donde estamos.

Algunos tal vez ganemos victorias en nuestros estados, ciudades, naciones y algunos en el mundo, todo esto significa, avergüénzate de hoy hasta que hagas algo bueno y el mundo sea mejor.

Gracias. Que Dios bendiga a México y Dios bendiga a toda la gente de México.

Y gracias, presidente, por dejarme participar en este programa tan increíble.

MODERADOR: Escuchemos el mensaje que dirige el licenciado Andrés Manuel López Obrador, presidente de México.

PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR:Amigas, amigos, autoridades civiles, militares, pueblo de Cuilápam de Guerrero, Oaxaca, mexicanas y mexicanos: 

Aun cuando la consumación de la Independencia de casi todos los países de América Latina se produjo por el debilitamiento de la metrópoli colonial española en México, este movimiento comenzó como una lucha del pueblo contra la oligarquía criolla.

Para los curas rebeldes y padres de nuestra patria, Miguel Hidalgo y Costilla y José María Morelos y Pavón, las reformas sociales tenían la misma importancia que alcanzar la independencia política.

Una vez fusilado Hidalgo, 1811, quien proclamó la abolición de la esclavitud, Morelos continuó con esas mismas convicciones, defendiendo a los de abajo, a los pobres. En 1813 en su célebre documento los Sentimientos de la nación, exhortaba:

‘Que se modere la indigencia y la opulencia, que se eleve el salario del peón, que se eduque al hijo del campesino y del barretero, igual que al hijo del más rico hacendado, y que existan tribunales que protejan al débil de los abusos que comete el fuerte.’

En fin, como escribió el poeta Carlos Pellicer: ‘Imaginad una espada en medio de un jardín’, eso es Morelos. Imaginad una pedrada sobre la alfombra de una triste fiesta, eso es Morelos. Imaginad una llamarada en almacén logrado por avaricia y robo, eso es Morelos.’

Por pensar así, por ser como era, Morelos también fue combatido y asesinado por el ejército virreinal, con la complacencia del clero y la aprobación de las clases privilegiadas. 

Sin embargo, un poco más tarde, 1820, en palabras de Octavio Paz, ocurre lo inesperado:

‘En España, los liberales toman el poder, transforman la monarquía absoluta en constitucional y amenazan los privilegios de la Iglesia y de la aristocracia; se opera entonces un brusco cambio de frente. Ante este nuevo peligro exterior, el alto clero, los grandes terratenientes, la burocracia y los militares criollos buscan la alianza con los retos de los insurgentes y consuman la Independencia.’

Aquí conviene decir que, por idénticas razones, uno a uno los países de América Latina se fueron separando de España.

El 15 de septiembre de 1821 declara su independencia hasta la entonces capitanía general de Guatemala, la hasta entonces capitanía general de Guatemala que estaba formada por ese país, además de Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica, así como por Chiapas, el actual Belice y las provincias panameñas de Chiriquí y de Bocas del Toro.

Y el 28 de noviembre del mismo año se suma Panamá.

De igual forma, en esos tiempos, el libertador Simón Bolívar y otros caudillos no paraban de romper cadenas en el sur del continente, en fin, en el siglo XIX, la Corona Española perdió todas sus colonias de América con excepción de Cuba y de Puerto Rico, islas que acabaron siendo cedidas a Estados Unidos en 1898 si bien la primera Cuba logró su independencia en 1902.

En el caso de México, aunque en 1820 la revolución popular se encontraba prácticamente sofocada, el auge que llegó a tener el movimiento en los años de 1810 a 1815 y su influencia en la población obligó a la oligarquía, en el momento en el que se disponía a consumar la independencia, a establecer una alianza con la corriente más representativa de este movimiento.

Así, Agustín de Iturbide, representante de las clases dominantes de México, y Vicente Guerrero, uno de los principales insurgentes del partido de Morelos que aún estaba activo, se entrevistaron y elaboraron en Iguala el famoso Plan de las Tres Garantías: independencia, unión y religión.

En torno al Plan de Iguala se unieron conservadores y liberales. Iturbide pactó en Córdoba, Veracruz, con el recién llegado nuevo virrey Juan de O'Donojú, quien no tuvo más remedio que aceptar la consumación de la independencia y así en los Tratados de Córdoba se lee: ‘Esta América se reconocerá por nación soberana e independiente y se llamará, en lo sucesivo, Imperio Mexicano’.

El 27 de septiembre de 1821, Iturbide, acompañado por Vicente Guerrero y otros insurgentes, entró triunfante a la Ciudad de México. Para ese entonces, era evidente que se había logrado la libertad política y que el naciente país ya no habría de ser colonia.

Pero para entonces también, se habían olvidado casi por completo las reformas sociales enarboladas por Hidalgo y por Morelos.

La estructura económica y social del antiguo régimen permaneció inalterable y así se mantuvo durante 100 años, hasta la Revolución mexicana iniciada en 1910. Fue a partir de entonces que perdió fuerza la hacienda rural y el latifundio, fue a partir de entonces que se abolió el sistema de peones acasillados, muy parecido al sistema de la esclavitud y se avanzó en el terreno de los derechos laborales y sociales.

De modo que no fueron nada fáciles los primeros pasos de la nueva República mexicana. La historia nos demuestra que no se forman las naciones sin pasar por terribles pruebas, y tal es el caso de nuestro país. El siglo XIX se caracterizó tanto por la inestabilidad política como por el predominio de funestas dictaduras.

Antonio López de Santa Anna, en un lapso que va de 1833 a 1855, fue 11 veces presidente de México, y Porfirio Díaz se mantuvo en el poder a lo largo de 34 años, de 1876 a 1911. 

Durante la primera centuria de la vida independiente, padecimos, además de los enfrentamientos entre liberales y conservadores,federalistas y centralistas y de civiles contra militares, invasiones extranjeras.

Más de una vez, aventureros locales o foráneos instauraron monarquías en versión caricaturesca. En 1848 se registró el Gran Zarpazo, por el cual Estados Unidos nos arrebató más de la mitad de nuestro territorio.

No obstante, durante el siglo XIX en el terreno político hubo cuando menos dos momentos estelares. El primero se produjo cuando Guadalupe Victoria, el primer presidente de México, pudo terminar su periodo de gobierno, de 1824 a 1828.

Y, posteriormente, el hombre que aquí en Cuilápam fue asesinado, fusilado, el intrépido y consecuente Vicente Guerrero, encabezó un movimiento verdaderamente popular contra la oligarquía y contra las clases privilegiadas.

Es imposible olvidar también que, a mediados del siglo XIX y durante los 10 años de la llamada República Restaurada, Benito Juárez -el mejor presidente que ha habido en la historia de México- y los liberales que lo secundaron llevaron a cabo una reforma de dimensión mundial, que separó más que en otras partes de manera temprana al poder público del poder eclesiástico bajo el criterio de que a Dios lo que es Dios y al César lo que es del César. Y supo Juárez y los liberales enfrentar y vencer a la reacción conservadora, y a los promotores de la invasión francesa y del establecimiento del imperio de Maximiliano de Habsburgo, con lo que se logró la segunda independencia de México.

Pero, insisto, después de la primera independencia y durante todo un siglo, prácticamente no hubo cambios en la estructura económica y social establecida en la Colonia.

La Independencia, la Reforma y la primera etapa de la Revolución, la maderista, que fueron los tres grandes movimientos de transformación nacional, significaron cambios profundos en el terreno de las libertades políticas, pero no modificaron en lo fundamental las estructuras de sometimiento heredadas desde que Mesoamérica fue invadida por soldados de la Corona española en el inicio del siglo XVI.

A pesar de las profundas diferencias políticas entre los bandos imperiales o republicanos, y más tarde los abanderados del progreso y los del retroceso, en realidad nada hicieron por el pueblo raso, nunca les interesó cambiar la estructura social impuesta durante la dominación española.

De ahí la trascendencia que tuvo también con dimensión mundial la Revolución mexicana. Baste decir que, gracias a este movimiento popular, en 1914, 100 años después de que Hidalgo promulgara la abolición de la esclavitud, esta quedó prohibida en nuestro país.

También se logró por la Revolución hacer realidad el derecho de los campesinos a la tierra y se llevó a cabo una profunda reforma agraria, se mejoraron las condiciones laborales de los trabajadores y se recuperaron los bienes de la nación que, durante el porfiriato, se habían entregado a extranjeros, como los ferrocarriles, la industria eléctrica y el petróleo.

Aunque no se avanzó en la construcción de la democracia, porque después de la Revolución se creó un partido de Estado y no se garantizaron elecciones limpias y libres, es un hecho indiscutible que el movimiento original revolucionario produjo movilidad social y permitió que millones de mexicanos, mediante el estudio y el trabajo, ascendieran en la escala social, salieran adelante y mejoraran sustancialmente sus condiciones de vida y su bienestar.

Pero, como todos sabemos, en los últimos tiempos muchas de las conquistas logradas con el movimiento surgido de la Revolución se fueron perdiendo. El retroceso cobró particular auge a partir de los años 80 del siglo pasado con la imposición de la llamada política neoliberal.

Hasta hace poco, como resultado de esa política que duró 36 años, de 1983 a 2018, predominaba o existía una República simulada de nuestro país y un Estado que funcionaba en lo básico para garantizar la concentración de la riqueza en pocas manos sin ocuparse del bienestar general. 

En ese periodo, como en el porfiriato, las tierras, las aguas, los bosques, las minas, los ferrocarriles, el petróleo, la electricidad y otros bienes colectivos se entregaron a particulares, nacionales y extranjeros. Y como en ese entonces, como en el porfiriato, en México se vivió sin democracia, con corrupción, desigualdad, discriminación y opulencia.

De ahí la importancia de lo acontecido el 1º de julio de 2018, cuando la mayoría del pueblo de México decidió con su voto libre y consciente enfrentar al llamado modelo neoliberal o neoporfirista, y sus ominosas consecuencias de degradación para nuestra sociedad y para el país, mediante un proceso de transformación moral que está en marcha, un proceso de transformación económica, social, cultural y política.

Ahora, a pesar de la pandemia y de la crisis económica, el pueblo de México está comprometido en realizar cambios profundos con el criterio de que la honradez es la mejor política, que el amor al prójimo es la esencia del humanismo, que el interés general debe primar sobre el particular y que el desarrollo debe lograrse desde abajo, con la participación de todos, de todas, y sin dejar atrás a nadie.

Por eso, en este 2021, dedicado a conmemorar los 200 años de nuestra Independencia, no sólo queremos recordar con cariño, respeto, admiración la gesta histórica de quienes nos dieron patria, sino también subrayar la importancia de la lucha por la justicia, por la igualdad, por la libertad, por la democracia y por la defensa de nuestra soberanía.

Deseamos también exaltar la dignidad que han tenido siempre los pueblos originarios, los pueblos indígenas, los pueblos afroamericanos, y no olvidar el sufrimiento de estos pueblos oprimidos y humillados desde la llegada de los españoles hasta nuestros días.

En consecuencia, considero que es un acierto que, al mismo tiempo que recordamos las efemérides históricas más importantes en la fundación de nuestra República, llevemos a cabo actos como el que celebraremos con los pueblos mayas y los pueblos yaquis para ofrecerles, en nombre del Estado mexicano y de la sociedad, nuestras más sinceras disculpas por el despojo de sus tierras, por la represión que sufrieron, por el racismo que han padecido desde la invasión española durante la Colonia y en los dos siglos del México independiente.

Nada mejor, lo digo con toda sinceridad, con autenticidad, nada mejor que iniciar estas jornadas para recordar nuestra historia y enaltecer la grandeza cultural y la diversidad de México que la presencia entre nosotros de Martin Luther King, hijo del gran dirigente de los derechos civiles de Estados Unidos y del mundo.

Muchas lecciones nos dejó ese gran luchador, el doctor Martin Luther King, pero quizá su enseñanza mayor fue que se puede transformar de manera pacífica con el arma poderosa de la razón y con el principio de la no violencia.

Esa ha sido y seguirá siendo una característica de nuestro movimiento, el cambiar estructuras opresivas y de lucro haciendo consciencia, convenciendo, persuadiendo, no imponiendo nada, sino respetando las libertades y garantizando en todo momento el derecho a disentir y, en vez de odiar, sostener que sólo siendo buenos podemos ser felices.

No dejemos de recordar lo que decía Martin Luther King, cito textualmente:

‘La oscuridad no puede sacarnos de la oscuridad, sólo la luz puede hacerlo. El odio no puede sacarnos del odio, sólo el amor puede hacerlo.’

Gracias, muchas gracias.

MODERADORA: Finaliza este evento con los honores al presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. Se les invita a permanecer de pie para entonar nuestro Himno Nacional.

(HIMNO NACIONAL)

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