MODERADORA: El presidente de los Estados Unidos Mexicanos se dirige a la escolta de bandera para saludar a nuestro lábaro patrio. En estos momentos, arriba a este recinto el presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Andrés Manuel López Obrador, y se dirige a la mesa de honor para conmemorar el 1º de Mayo, Día del Trabajo.

Preside esta ceremonia conmemorativa por el Día del Trabajo, el presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Andrés Manuel López Obrador.

Le acompañan:

La maestra Luisa María Alcalde Luján, secretaria de Gobernación.

Licenciado Marath Bolaños López, secretario del Trabajo y Previsión Social.

Licenciado Juan Carlos Velasco Pérez, secretario de Acción Política de la Confederación de Trabajadores de México.

Licenciado Reyes Soberanes Moreno, presidente del Congreso del Trabajo.

Ingeniero Francisco Hernández Juárez, secretario general del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana.

Licenciado Napoleón Gómez Urrutia, presidente de la Comisión de Trabajo y Previsión Social del Senado de la República.

También contamos con la presencia de destacados integrantes de los sindicatos del país y diversas autoridades del Gobierno de México.

A todos, reciban la más cordial bienvenida.

Le cedemos ahora la palabra al licenciado Marath Baruch Bolaños López, secretario del Trabajo y Previsión Social.

MARATH BARUCH BOLAÑOS LÓPEZ, SECRETARIO DEL TRABAJO Y PREVISIÓN SOCIAL: Muy buenas tardes a todas y todos. Con su permiso, señor presidente Andrés Manuel López Obrador.

Un saludo también, con todo respeto, al honorable presídium que nos acompaña el día de hoy: secretaria, compañeros y compañeras servidores públicas, pero sobre todo líderes y lideresas sindicales de todo el país, representantes de las y los trabajadores de la educación, de los trabajadores del Estado, de la salud, de las universidades, del sector automotriz, sector energético, cultural, de la industria minera, alimentaria, de la industria de los transportes, bancaria, trabajadoras del hogar y en general de todos los sectores que integran la economía del país. A todas las autoridades que nos acompañan el día de hoy, muy buenas tardes nuevamente.

La conmemoración del Día Internacional del Trabajo es una ocasión para mirar al pasado, volver a reconocer que las luchas de los pueblos son el motor de la historia y los artificies de los derechos de los cuales gozamos en el presente.

Hace más de 130 años los trabajadores norteamericanos lucharon y se organizaron por el reconocimiento de la jornada laboral justa: ocho horas para trabajar, ocho horas para descansar y ocho horas para su recreación. Esas eran sus demandas, a las cuales recibieron como respuesta represión, encarcelamientos e incluso muerte para algunos de ellos.

La historia de los derechos laborales está inexorablemente unida a la historia de los derechos de los pueblos, de sus luchas de las mujeres, de los hombres, de las clases subalternas, de los de abajo, de los que decidieron así poder empezar a trabajar y hacer del destino y ponerlo en sus manos, y con ello mejorar también, para todas y para todos, las condiciones de vida y de existencia.

El tiempo pasa, el mundo y las demandas cambian, pero las luchas se mantienen. Son muchos los movimientos nacionales e internacionales que a lo largo de la historia han dado vida a los derechos de los cuales disfrutamos hoy en día y que están en constante cambio y revolución.

Desde el Gobierno de México podemos afirmar con mucho orgullo que, aún con toda esta triste noche neoliberal, esa herencia que duró décadas de su implementación donde fueron limitados los derechos políticos sociales y laborales de generaciones de mexicanas y mexicanos, la cuarta transformación cumplió también con el compromiso de revolucionar el mundo de trabajo en beneficio de las y los trabajadores de todo el país.

Los cambios realizados en materia laboral durante este primer gobierno de la transformación son integrales y cuyo impacto se pueden apreciar ya en el cambio de la realidad de millones de mexicanas y mexicanos. Me permitiré mencionar sólo algunas de las grandes transformaciones en este ámbito que la cuarta transformación ha propiciado así con el apoyo de las y los trabajadores.

La política de recuperación del salario mínimo, que ha permitido que de 2018 a la fecha el salario mínimo general haya recuperado 116 por ciento de su poder adquisitivo, pasando de 88 pesos diarios al principio del sexenio a 249 pesos en este año 2024.

De igual manera, en la frontera norte el salario mínimo ha recuperado su poder adquisitivo en 226 por ciento, pasando de 88 pesos diarios a 375 en este año.

Se demostró que era mentira que el aumento de salario genera inflación y desempleo, como falsamente argumentaron por décadas en detrimento de las y los trabajadores, sino que además hemos visto que ha tenido impactos benéficos positivos e integrales, como el hecho de que, gracias a la revalorización del salario, de los 5.1 millones de personas que salieron de la condición de pobreza entre el 2018 y el 2022, 4.1 pueden ser atribuidos por el aumento en el salario mínimo.

Del mismo modo, esto ha significado 25 por ciento de la reducción de la brecha de género en materia de ingreso entre hombres y mujeres. Además, en el sector público, con la finalidad de reconocer la labor de las maestras y maestros de México, se ha realizado un incremento salarial histórico, esto lo que ha permitido es que el sector educativo reciba ya un 8.2 por ciento más y así aseguramos que las y los trabajadores de la educación no ganen por debajo de los 16 mil pesos.

La reforma laboral de 2019 permitió varios cambios fundamentales en el mundo del trabajo:

Por un lado, un nuevo sistema de justicia laboral que permite a las y los trabajadores tener mayor acceso a la justicia de manera pronta y expedita al contar con nuevas instituciones, los centros federales y locales de conciliación para atender los asuntos individuales a través de la vía de conciliación. Es importante destacar que, de estos asuntos, el 70 por ciento son logrados justamente a través de la conciliación. Asimismo, la libertad y la democracia sindical es otro de los grandes hitos de esta reforma al promoverse el voto personal, libre, secreto y directo para la participación democrática dentro de las organizaciones sindicales.

Además, se legitimaron ya más de 30 mil contratos colectivos de trabajo que incluyó así cinco millones de trabajadoras y trabajadores que fueron convocados para sus consultas. Esta libertad y democracia sindical también incluye a los trabajadores del Estado, quienes tienen la libertad de adherirse o de separarse de un sindicato, así como de participar en democracia dentro de estos, además de tener el derecho a adherirse o no a cualquiera de las federaciones de sindicatos existentes. No se promueve ya un sindicalismo corporativista que esté al servicio de los intereses ajenos que son, en realidad, en el fondo, la defensa de los intereses de las y los trabajadores.

Otro de los grandes avances es la reforma en materia de subcontratación de 2021, con la cual se ha permitido el reconocimiento de tres millones de trabajadoras y trabajadores por sus verdaderos empleadores. Esto se tradujo en aumentos salariales, en promedio, del 27 por ciento; además de recibir el derecho al reparto de utilidades, el cual ha aumentado de 88 mil millones de pesos en el año 2020 a 183 mil millones de pesos en el 2021, 214 mil millones de pesos en 2022, y se estima que para el año 2023, según datos del propio Servicio de Administración Tributaria, el cierre de esta cifra sea igualmente en aumento superando ya los 216 mil millones de pesos.

Esta reforma benefició también a los trabajadores públicos, porque en el sector público también se reguló la contratación de los servicios especializados y también de la ejecución de obras especializadas.

En materia de empleo, México se encuentra en un momento histórico que tiene, así, la cifra de mayor ocupación que alguna vez haya sido registrado, 2.28 por ciento es la tasa de desocupación que es, como digo, la tasa de desocupación más baja que se tenga registro en el país.

El número de desocupados en 2019 era…. Perdón, el número de ocupados en 2019 era de 53.2 millones, mientras que para marzo de este año 2024 son de 59.8 millones, teniendo un aumento de 6.5 millones, es decir, un 12 por ciento más desde que inició el sexenio.

Si bien se sigue teniendo como reto promover aún más la formalización del trabajo, se tienen avances importantes en esta materia, contando actualmente con la menor tasa de informalidad que se tiene registro. Asimismo, la ocupación formal aumentó 60 por ciento más que la ocupación informal.

Durante esta administración se alcanzó el máximo histórico de trabajos registrados ante el IMSS, siendo más de 22.4 millones de trabajadoras y trabajadores formalmente registrados. Asimismo, el salario promedio que también se registró en esta institución ha aumentado de 10 mil 778 pesos en el año 2018 a 17 mil 557 en el año 2024, significando un incremento de más del 25 por ciento en términos reales.

Aquí cabe destacar el avance en la basificación de los trabajadores y trabajadoras de la salud a través del IMSS-Bienestar, el cual es a la fecha de más de 25 mil trabajadoras y trabajadores, y cabe mencionar también que continuará este proceso todavía con más de 11 mil incorporaciones.

De igual manera, el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, uno de los programas para el Bienestar del Gobierno de México a través del cual se ha logrado atender ya a dos millones 973 mil jóvenes, garantizándoles su derecho al trabajo, cambiando radicalmente la concepción sobre la juventud y convirtiéndola en uno de los pilares de la transformación social, a través de este programa se han invertido más de 121 millones de pesos de manera directa en las y los jóvenes en tan sólo cinco años, lo cual representa una cifra histórica para la juventud como nunca antes se había dado también en la historia de nuestro país.

Esta inversión contrasta con los cerca de siete mil millones de pesos que fueron destinados en los 30 años de los últimos gobiernos, lo cual estos siete mil millones de pesos representan sólo el cinco por ciento de los 121 mil millones de pesos que fueron invertidos en tan sólo cinco años del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.

A estos logros podríamos sumarles la ampliación del periodo de vacaciones de seis a 12 días cumplido el primer año de trabajo, la norma que prohíbe el trabajo infantil en el sector agropecuario, la norma que regula el teletrabajo, la actualización de las tablas de enfermedades y de evaluación de incapacidades, el gran a avance en la conclusión del conflicto de Mexicana, de las minas en general, por ejemplo, la de Peñasquito; la de las ocho mil familias de Luz y Fuerza del Centro que recibieron así ya sus pensiones, entre muchas otras medidas que han significado bienestar y justicia para muchos de estos casos. y de las y los trabajadores que no lo habían recibido.

Por último, es importante destacar que en 2020 se aprobó una reforma en materia de pensiones que modificó la ley del Seguro Social de 1997 y la Ley de Sistemas de Ahorros para el Retiro, lo cual se redujo el requisito de las semanas cotizadas a 750 para irse incrementando gradualmente hasta estabilizarse en mil semanas en el año 2030; además de incrementar gradualmente las aportaciones patronales, pasando de 3.15 a 11.87 para el año 2030, igualmente.

Pudimos haber reducido el paso, satisfechos por todos estos logros alcanzados; sin embargo, siguiendo el ejemplo del presidente Andrés Manuel López Obrador, estamos decididos a continuar con los avances en beneficio de las y los trabajadores hasta el última de esta administración.

Así, la propuesta del Fondo de Pensiones para el Bienestar, cuyo decreto fue firmado el día de hoy en esta sesión de la mañanera, busca resarcir justicia y dignidad en las pensiones de las y los trabajadores. Justicia y dignidad que fue negada por estas reformas en 1997 para el caso de los trabajadores del apartado A y del apartado B en el año 2007. Esta iniciativa permitirá que todas las personas trabajadoras afectadas por este esquema de pensiones por las reformas neoliberales puedan pensionarse con el 100 por ciento de su salario último de cotización.

La Cuarta Transformación, en honor a las luchas del pasado, ha continuado la historia de lucha del pueblo de México y retomados sus valores más importantes para seguir construyendo un país y un mundo más justo para todas y para todos.

En este cálido 1º de mayo, de esta primavera laboral que vivimos, auspiciada por el titán de los derechos laborales, el presidente Andrés Manuel López Obrador, podemos afirmar con seguridad que hemos dado pasos importantes en la construcción de un mundo de trabajo próspero, pero con dignidad, motivo de orgullo a nivel nacional, pero también internacional.

Y que la transformación, eso nos da la garantía que continuará también en este ámbito en el beneficio de millones de mexicanas y mexicanos, de sus familias y de todo México.

¡Que vivan las y los trabajadores!

Muchas gracias.

MODERADORA: Ahora toma la palabra el licenciado Napoleón Gómez Urrutia, presidente de la Comisión de Trabajo y Previsión Social del Senado de la República.

NAPOLEÓN GÓMEZ URRUTIA, PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE TRABAJO Y PREVISIÓN SOCIAL DEL SENADO DE LA REPÚBLICA: Muy buenas tardes.

Señor presidente:

Muchísimas por invitarnos a esta reunión en este día tan especial que celebramos y recordamos el 1º de Mayo, el Día Internacional del Trabajo, no sólo de aquellos mártires y trabajadores de Chicago, que el 1º de mayo de 1989 dieron su vida por luchar por prestaciones y derechos adquiridos para beneficio de toda la clase trabajadora, quiero decirle también que en México tuvimos la primera huelga de América el 15 de agosto de 1766, antes de lo de Chicago. Los compañeros mineros de Real del Monte y Pachuca estallaron una huelga en pleno dominio español, luchando por la jornada laboral de ocho horas, por la prohibición del trabajo infantil por primera vez en la historia, por la prohibición de trabajo también para las mujeres en condiciones insalubres y delicadas.

Y tenemos todo un antecedente y una historia también que nos debe orgullecer mucho a todas y a todos los compañeros trabajadores y dirigentes de nuestras organizaciones. Nosotros también, durante la Revolución mexicana, presenciamos como la Casa del Obrero Mundial unificó a muchas organizaciones obreras. En 1913 se celebró el primer desfile obrero, el 1º de mayo, en el que participaron más de 25 mil trabajadores.

Durante estos últimos años, recientemente, para no mencionar todos los demás cambios y reformas históricas que hemos enfrentado la clase trabajadora de este país, hemos avanzado como nunca en materia laboral, habiendo aprobado en el Senado de la República 160 iniciativas en la Comisión de Trabajo y Previsión Social que me honro en presidir; de ellas, 15 han sido publicadas en el Diario Oficial de la Federación, y destacan, rápidamente: los derechos para las personas trabajadoras del hogar, la democracia y la libertad sindical, la eliminación de la subcontratación que usted favorablemente nos apoyó para que esto se hiciera una realidad en donde ya un sistema de simulación y explotación laboral, como era la subcontratación, llevaba ya más de 10 millones de trabajadores bajo este sistema y seguía creciendo cada año. Hoy hemos recuperado cerca de la mitad de estos trabajadores con empleos formales, y, por supuesto, algunas mucho más importantes.

Los 15 decretos de reforma laboral que fueron publicados en esta su gestión, señor presidente, representan el 37 por ciento de las reformas de la Ley Federal del Trabajo desde su publicación, tomando como referencia los últimos nueve presidentes de México.

Sólo por mencionar algunos: durante la gestión de Vicente Fox sólo un decreto publicado, uno sólo, en el Diario Oficial de la Federación; en el gobierno de Felipe Calderón hubo dos, en el de Enrique Peña Nieto se publicaron tres, en el de Ernesto Zedillo se publicaron dos. Yendo hacia atrás, en el Carlos Salinas de Gortari, cero, ni un decreto en favor de la clase trabajadora. Y hoy tenemos 15 que son mucho más que de los ocho gobiernos anteriores sumados juntos, presidente; esto es un gran logro de su gobierno.

Los gobiernos neoliberales dejaron en claro su falta de interés, la precariedad y la desprotección en la que se quería tener y se mantuvo durante mucho tiempo a las y los trabajadores del país. Hoy, la realidad es de esperanzadora y transformadora, porque todos estos avances son logros de la lucha y de la resistencia, también de la clase trabajadora y de sus dirigentes, que están aquí presentes y otros más que no se encuentran.

Fue nuestra fortaleza y solidaridad durante estas décadas de persecución y amedrentamiento lo que nos permitió continuar levantando la voz para exigir mejores condiciones de trabajo, de libertad y de democracia sindical, y seguir en la búsqueda de una vida digna, próspera y justa para nosotros y nuestras familias.

Y a pesar de tantas agresiones, amenazas, represiones y falta de sensibilidad hacia los que menos tienen de parte de los gobiernos anteriores y de un sector importante de las empresas que, por supuesto, aliado en complicidad con estos gobiernos; sin embargo, nosotros celebramos que pudimos renovar nuestros contratos colectivos, continuar con las… Evitar que las prácticas abusivas continuaran y cerradas en contra de los trabajadores, olvidando que los trabajadores somos los que creamos la riqueza de este país, pues ni los avances en la tecnología, ni la robotización y la automatización han podido desplazar a la mano de obra, y no han podido acabar con las fuentes de trabajo ni con los sindicatos, que es lo que a muchos les interesaría, por eso esto es lo que le ha estado dando vida al mundo laboral.

Y hoy los trabajadores, y la lucha de los sindicatos y la lucha de los trabajadores, debe ser reivindicada; hoy tenemos que revalorar más al trabajo humano, al que desarrollamos en todos los sectores de actividad.

Y también quiero reconocer, presidente, que, gracias al esfuerzo y a la lucha de todos históricamente en cada una de las organizaciones y a pesar de todas las fuerzas en contra que han actuado a lo largo de esta historia, en especial de los gobiernos anteriores, hemos prevalecido, hemos prevalecido y seguramente así será por muchas generaciones, porque yo creo. Y aquí felicito también a mis compañeros dirigentes sindicales aquí presentes, así como a otros más por la resistencia y la fuerza para sobrevivir y mantenernos en pie de lucha.

Hay ese viejo proverbio que dice: ‘Se vale caerse, lo que no se vale es no levantarse y seguir luchando’. Y nosotros lo hemos demostrado en cada uno de los retos que hemos tenido en nuestras organizaciones.

Por eso, insisto en revalorar hoy el esfuerzo y el trabajo humano. Usted, señor presidente, y su gobierno han permitido y han creado las condiciones de respeto para que así sea. Durante su administración no ha habido persecución dirigida de su gobierno hacia los trabajadores o hacia líderes sindicales; en otros gobiernos tuvimos contra los mineros, contra los maestros y no quiero mencionar ya más nombres de gobiernos anteriores.

Y si bien todavía hay deudas pendientes con la clase trabajadora, juntos, que debemos de resolver las reformas que se han impulsado durante su gobierno, presidente, y todas las que se han enviado al Congreso de la Unión y muy en particular al Senado de la República, pudimos expresarlas, perseguirlas, avanzar y consolidarlas sin ese ambiente de represión y más bien en un ambiente de respeto y libertad. Gracias por todo eso, señor presidente.

Hoy, y ya para terminar, quiero decirles que estamos ante la inminencia de un cambio político en el país, pero lo más importante es que se mantenga el rumbo, así como la política y la estrategia de modernización que usted ha impulsado con las reformas y proyectos históricos que permitieron consolidar también un nuevo sindicalismo que ha surgido en estos últimos años y que seguramente todos continuaremos trabajando con ese compromiso de servir a la clase trabajadora, porque hoy en México existimos 60 millones de trabajadores, 23 formales y 37 informales, pero todos multiplicados por las familias constituimos prácticamente el 80 por ciento de la población de México.

No se nos puede olvidar que en todos los movimientos sociales y políticos de México y del mundo la clase trabajadora del campo y de la ciudad, la clase académica y de intelectuales independientes han participado en todas estas reformas, y yo creo que eso es lo que vamos a lograr continuando con esta política para exigir mayor respeto, justicia y dignidad, sobre todo un mayor bienestar y una prosperidad compartida para beneficio de todos.

Yo quisiera, nada más para terminar, presidente, mencionar esto que el secretario del Trabajo hizo, mencionó anteriormente. Hace unos días, un par de días, aprobamos precisamente el Senado de la República y en el Congreso de la Unión, venida de la Cámara de Diputados la reforma a este sistema y ley de pensiones, y aunque creo que todavía mucha confusión, dudas, quizás, por desconocimiento, yo hoy puedo decir claramente que es un avance muy importante, que es un avance que consolidará el retiro, las pensiones de todos los trabajadores que han entregado su vida y su esfuerzo al servicio de la sociedad.

Y es muy importante porque estos fondos, que se quedaban en los sistemas bancarios, creo que sólo dos por ciento han podido ser cobrados de todos los miles y millones de pesos que tienen acumulados. Se habla de 40 mil millones, pero los resultados de las afores y de los bancos del año pasado son de utilidades de más de 460 mil millones de pesos y, si los multiplicamos por los últimos 15 años, son más de 3.5 billones, miles de millones de pesos.

Hoy ya no será así. Hoy a partir de esta publicación, que usted ha firmado el día de hoy, vamos a tener garantizados que los fondos de los trabajadores, que no prescriben, que no caducan, se mantendrán y serán ejercidos de manera libre, no para beneficio de unos cuantos, para beneficio de los propios trabajadores.

Y, además, siendo un fondo nuevo, pues obviamente va a ir cambiando sus reglas de operación. Habrá un consejo, un comité directivo; habrá, por supuesto, fondos que van a ir creciendo y aportando más a este fondo base que se creó. Entonces, vamos a seguir creciendo y hoy espero que algún día nos acerquemos a otros países.

Y menciono… Ahora sí termino, presidente, porque luego a los líderes se nos alarga el discurso y la voz, pero porque es un ejemplo interesante. Yo he estudiado a muchos países que tienen sistemas de pensiones; esta era una deuda social con los trabajadores para que cuando se retiren lo hagan con justicia, con dignidad.

Noruega, un país de cinco millones de habitantes, tiene el fondo de pensiones más grande del mundo, más de 900 mil millones de dólares para beneficio de los trabajadores en un país de cinco millones, donde el 90 por ciento de los trabajadores de todos los sectores están afiliados a un sindicato.

Personas que se retiran con justicia, con sus hijos educados en universidades, con casas de descanso, con una gran dignidad, ¿cómo es posible que lo hayan logrado en 50 años?, porque después de la Segunda Guerra Mundial todos los países escandinavos eran países pobres; pues lo lograron a base de que en los años 50 llegó un gobierno socialdemócrata e implantó medidas para cuidar, conservar, proteger los recursos provenientes de la explotación de los recursos naturales y de todos los proyectos de construcción en la industria forestal, en los barcos, en el petróleo y en todo.

Entonces, un caso como estos hay muchos. Quizá este fondo de pensiones es más grande que el que existe en Estados Unidos, en Rusia, en China y cualquier país, cinco millones de habitantes. ¿Qué, no podremos seguir un poco la ruta y la experiencia de este tipo de países? Algo vamos a aprender y vamos a poder implantar aquí.

Este fondo va a crecer. Ojalá algún día llegáramos, si no a ese nivel, por lo menos a tener para todos los mexicanos, para la clase trabajadora que hoy le rendimos un gran homenaje, estos grandes beneficios para ellos y sus familias.

Muchas gracias, señor presidente.

Gracias, compañeras y compañeros.

¡Que viva la unidad y la clase trabajadora de México!

MODERADORA: Toma la palabra el licenciado Reyes Soberanes Moreno, presidente del Congreso del Trabajo.

REYES SOBERANES MORENO, PRESIDENTE DEL CONGRESO DEL TRABAJO: Buenas tardes.

Señor presidente Andrés Manuel López Obrador, presidente de todos los mexicanos.

Licenciada Luisa María Alcalde Luján, secretaria de Gobernación.

Maestro Marath Bolaños, secretario del Trabajo y Previsión Social.

Compañeros dirigentes de las diferentes organizaciones sindicales que están presente y los que también no están hoy por diferentes actividades.

Funcionarios públicos del gobierno federal.

Dependencias de estos órganos de trabajo.

Quiero agradecer a nombre de los trabajadores, al presidente de la República, licenciado Andrés Manuel López Obrador por este encuentro en una fecha tan significativa para nosotros como lo es el Día Internacional del Trabajo, donde refrendamos el compromiso de que todas nuestras acciones se traduzcan en elevar el nivel de vida de todos los trabajadores con justicia social.

Como cada año, este 1º de mayo conmemoramos y rendimos homenajes a las grandes gestas heroicas de luchas obreras que encabezaron con sacrificio y dignidad trabajadores de Cananea, Río Blanco, los mártires de Chicago, entre otras, quienes no sólo defendieron sus derechos, sino que también con sus acciones sentaron las bases de un derecho laboral y social que reconociera al trabajador como persona humana y que dignificara el trabajo. Hoy también reconocemos a todos los trabajadores que con su labor y esfuerzo a diario contribuyen al desarrollo de nuestra nación.

La transformación de la vida laboral no se puede entender ni justificar si no están en el centro de la atención y la razón los trabajadores, donde se privilegie la condición humana, y no como objeto de explotación, que permita el reparto equitativo de los beneficios que generan.

Ante los retos que vive la clase trabajadora a nivel mundial, hace vigente a la organización sindical como herramienta de empoderamiento y unidad necesaria para proteger y mejorar las conquistas sociales y económicas en búsqueda de mejores condiciones de vida, que recupere y fortalezca los principios que le dieron su origen.

Por supuesto que también es necesaria la reflexión y la revisión de la vida sindical en nuestro país, evaluemos las condiciones en que viven la clase trabajadora. Es momento del fortalecimiento de los principios y los valores del verdadero sindicalismo. Estamos ante una nueva etapa que debe estar sustentada otros procesos legítimos de democratización y rendición de cuentas, que aliente la cultura de la legalidad y corresponsabilidad. Debemos entendernos como instrumentos de lucha para los trabajadores y no como estructuras para otros intereses.

En estos cambios, debemos también cuidar que no se rebasen los límites del derecho a la autonomía sindical ni se trastoquen los principios y valores del sindicalismo, como la unidad y la solidaridad, herramientas útiles y necesarias para empoderar al trabajador y tener una posición de mayor equilibrio.

Señor presidente López Obrador:

Entendemos la compleja responsabilidad de gobernar un país como el nuestro. Por ello, no podemos dejar de reconocer que durante su administración se dieron grandes cambios en los derechos laborales: la reforma laboral con un nuevo sistema de justicia laboral, la creación del Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral, junto a esto los ajustes a la política economía para impulsar el plan de recuperación salarial y del poder adquisitivo, así como el fortalecimiento de la democracia y libertad sindical, la regulación de la subcontratación y el mejoramiento del sistema de pensiones, vacaciones dignas, entre otras.

Por ello, a nombre de los trabajadores, le hacemos un reconocimiento por su impulso en la política laboral que ayuda a la justicia de los trabajadores. Podemos decir que usted es un presidente aliado de los trabajadores.

Con estos cambios estamos en el camino para recuperar el derecho laboral con sentido social y humano. Es nuestro compromiso continuar y contribuir para que los trabajadores alcancen con equilibrio un mejor estado de bienestar.

Los trabajadores, como uno de los actores principales en la economía de nuestro país, demandamos una mayor participación en la toma de decisiones para construir un país más justo y equitativo. Tenemos el reto de ser protagonistas de un nuevo e incluyente pacto social para que la voz de los trabajadores sea escuchada.

En la aspiración legítima y como sindicalista, los trabajadores aún siguen y seguimos con temas en nuestra agenda laboral. Por ello, seguiremos demandando más y mejores empleos, crecimiento de todos los salarios, vivienda libre y accesible, un justo y humano sistema de pensiones, reducción de la jornada laboral, seguro de desempleo, reducción de la carga fiscal para los trabajadores, continuar con las reformas en los temas relacionados para recuperar el carácter social y humano de los derechos con justicia social.

Asumimos el reto que nos corresponde en los cambios que se necesitan, todos aquellos que se requieran para hacer un país más efectivo, más eficiente y con una mejor productividad, que fomente la creación de más y mejores empleos, que retribuyen el esfuerzo productivo, que dignifique y humanicen el trabajo reconociéndole al trabajador lo que le corresponde.

Aportaremos lo que nos corresponde en la base para el desarrollo industrial productivo, el impulso de la relocalización en el desarrollo estratégico en todo el territorio nacional con las ventajas que se tienen de la zona norte y centro, en la promoción del corredor del Istmo como motor de desarrollo económico y fortalecimiento para una región abandonada, como es el sureste de nuestro país.

En el escenario nacional nos preocupan los índices de violencia y enconos que dividen y lastiman a nuestro país, desde el Congreso del Trabajo y organizaciones sindicales convocamos a la unidad nacional y exigimos la construcción de un país con democracia, libertad, seguridad, respeto, diversidad, igualdad y justicia social.

Las organizaciones de trabajadores tenemos el compromiso y la responsabilidad de cumplir con nuestra razón de ser en el desarrollo integral de los trabajadores y de nuestra nación.

Muchas gracias.

MODERADORA: Hace uso de la palabra la maestra Luisa María Alcalde Luján, secretaria de Gobernación.

LUISA MARÍA ALCALDE LUJÁN, SECRETARIA DE GOBERNACIÓN: Presidente Andrés Manuel López Obrador

Secretario del Trabajo, Marath Bolaños.

Compañeras, compañeros, dirigentes sindicales de todo el país:

El 10 de agosto de 1609, a 19 kilómetros de Córdoba, Veracruz, ocurrió uno de los hechos más importantes y menos conocidos de la historia nacional: la fundación del primer pueblo libre de América, San Lorenzo de los Negros, que desde 1960 se convirtió en el municipio de Yanga, en honor al esclavo liberado que encabezó la resistencia.

La de Yanga no fue la primera sublevación en la Nueva España de africanos esclavizados, ni la última. Su importancia se debe al éxito de la resistencia y a la lección que dejaron, la primera forma de libertad es la libertad laboral.

Por ello, este 1º de mayo de 2024, el sexto de la Cuarta Transformación, es un buen momento para recordar que las transformaciones que ha vivido nuestro país siempre ha estado presente la causa de la justicia laboral.

Ahí está la primera transformación, la Independencia, y el decreto de abolición de la esclavitud del cura Hidalgo y el punto 12 de los Sentimientos de la nación: que se aumente el jornal del pobre. Ahí están también en la segunda transformación la reforma los artículos 4º y 5º de la Constitución Liberal de 1857: ‘Todo hombre es libre para abrazar la profesión, industria o trabajo que le acomode, y la ley no puede autorizar ningún contrato que tenga por objeto la pérdida o irrevocable sacrificio de la libertad’.

Ya el constituyente Ignacio Ramírez, ‘el Nigromante’, advertía que la ley no sería suficiente: ‘Hoy el trabajador es la caña que se exprime y se abandona, así que el verdadero problema social es emancipar a los jornaleros de los capitalistas’, y tuvo razón. El porfiriato y su apuesta ciega por la modernidad estaba dispuesto a pagar cualquier costo por la permanencia del capital. Es la guerra contra las comunidades mayas por hacendados henequeneros, es el exterminio de la nación yaqui por despojarlos de sus milenarias tierras, es Río Blanco, es Cananea. La esclavitud se había extinguido, pero no la explotación laboral.

Y, entonces, llega la tercera transformación, la Revolución. La Constitución de 1917 reconoce el derecho al trabajo, es la primera Constitución social en la historia universal.

Lo describe el constituyente, Cravioto: ‘Así como Francia después de su revolución ha tenido el alto honor de consagrar los inmortales derechos del hombre, así la Revolución mexicana tendrá el orgullo legítimo de mostrar al mundo que es la primera en consignar en una Constitución los sagrados derechos de los obreros’.

Después de esas tres transformaciones es verdaderamente increíble que a ese devenir histórico se opusiera e impusiera un dogma económico: el modelo neoliberal. A partir de 1983 se replantea por completo la rectoría económica del Estado, se aumenta la protección de la actividad privada por encima de la protección de los trabajadores. El resultado: mano de obra barata, el principio de estabilidad en el empleo es reemplazado por el de la incertidumbre, el trabajador no tiene más remedio que dejarse explotar antes que arriesgarse a perder su trabajo, contratos de protección, control sindical.

El canon neoliberal mexicano era intolerante al disenso. Ya desde 1987 lo alcanzaba a ver Carlos Monsiváis: ‘Desde el Estado se impulsa la modernización salvaje sin complacencias. Al país se le pondrá al día a la altura de las exigencias tecnológicas y quien no se ajuste a los requisitos de crecimiento deberá aceptar la miseria como atributo de la premodernidad’.

Es el fin de la historia, ya no había nada nuevo que discutir, lo defendió la derecha, volteó hacia otro lado el centro y se acomodó una buena parte de la izquierda.

Afortunadamente, la historia es necia como la memoria, había otro camino, el de la economía moral que la Cuarta Transformación ha podido materializar en cinco años y cinco meses. El giro radical a la política laboral que se ha logrado convenciendo y no venciendo, un giro radical hacia la dignidad del trabajo regresando al origen. Lo más importante es la protección de las trabajadoras y los trabajadores.

Se aumentaron los salarios como nunca, se puso fin a los abusos de la subcontratación, se garantizaron los derechos a la libre sindicación y a la negociación colectiva auténtica. Y en esta parte final del gobierno, un cierre estelar, la reforma en materia de pensiones, garantizar que los trabajadores puedan jubilarse con el 100 por ciento de su salario.

Amigas y amigos:

Escrito en 1971 al calor de la indignación en las venas abiertas de América Latina, Eduardo Galeano, sentenció: ‘La división internacional del trabajo consiste en que unos se especializan en ganar y otros en perder’.

Con la Cuarta Transformación los trabajadores y las trabajadoras de México han dejado de ser los perdedores de siempre. Y es que hoy, gracias a lo alcanzado, a las bases que se han sentado con el Humanismo Mexicano, los trabajadores han ganado algo más: el derecho al futuro.

El derecho al futuro es seguir el camino de tener salarios más justos y empleos cada vez más dignos, el derecho al futuro son pensiones que alcancen y acceso a la seguridad social universal, el derecho al futuro en el que más mujeres se incorporen al mercado laboral y todas y todos encontremos sentido y valor al trabajo que realizamos.

En la historia cada acto de destrucción encuentra su respuesta tarde o temprano en un acto de creación, y en nuestro caso es el retorno al valor en el trabajo, lo que se ve reflejado en lo más importante que tenemos, que es nuestra cultura.

En un poema náhuatl traducido por don Miguel León Portilla hay evidencia de que en el México antiguo el trabajo era fundamental para sentirse pleno, útil y parte de una civilización:

‘Es conveniente, es recto —dice el sabio— cuidar de las cosas de la tierra. Haz algo, corta leña, labra la tierra, planta nopales, planta magueyes. Tendrás que beber, que comer, que vestir, con eso estarás de pie y serás verdadero’.

No hay más. Una sociedad que dignifica el trabajo y le reconoce a las personas su valor no es la mejor, es la única vía hacia una sociedad justa, con bienestar y con porvenir.

Muchísimas gracias.

MODERADORA: Escuchemos que dirige el licenciado Andrés Manuel López Obrador, presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.

PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Amigas, amigos dirigentes, sindicales, mujeres, hombres que representan a trabajadoras y trabajadores de México.

La verdad es que ya está dicho todo y a lo mejor sobran mis palabras, pero escribí este texto porque para nosotros es muy importante, como para ustedes y para millones de mexicanos, este día, el Día del Trabajo.

Conmemoramos el Día Internacional del Trabajo recordando con admiración y respeto a los obreros ultrajados y asesinados en Chicago. En nuestro país, como aquí se ha dicho, nuestros referentes más tristes, pero también definitorios para las conquistas laborales, fueron las huelgas de Cananea de 1906 y la de Río Blanco del año siguiente. Esas gestas no sólo contribuyeron a la emancipación de los trabajadores, sino que fueron precursoras de la Revolución mexicana.

Los anhelos de justicia que las animaron quedaron plasmados en la Constitución de 1917. No en vano, en el artículo 123 se reconoce el derecho de los obreros a salarios justos, a una jornada de ocho horas y otras prestaciones muy diferentes, muy distintas a la realidad de esclavitud y opresión que prevaleció durante la dictadura porfirista.

Casi todos los gobiernos posrevolucionarios procuraron respetar el pacto con la clase obrera establecido en la Constitución del 17. No obstante, durante el periodo neoliberal o neoporfirista de 1983 hasta finales de 2018 se produjo, se padeció, un retroceso antiobrerista que llevó a modificar la Constitución, la carta magna, y las leyes laborales para reducir derechos a la clase trabajadora.

Esto se tradujo en la práctica en una política de congelamiento salarial, en la subcontratación, en el pago por hora y sin prestaciones, en el incremento a la edad de jubilación y en la privatización del manejo de las pensiones de los trabajadores, entre otros retrocesos.

Por todo ello es importante no olvidar que el pueblo de México, con mucho atino y mucha consciencia, tomando en consideración la fecunda historia de lucha de los mexicanos y de los próceres, haya decidido llevar a cabo una transformación en la vida pública del país, la Cuarta Transformación de la vida pública de México.

Porque nosotros consideramos que la Independencia fue la primera transformación, por lo que aquí se ha dicho. Cómo no recordar que Miguel Hidalgo proclamó la abolición de la esclavitud y por eso con saña y como escarmiento lo asesinan, le cortan la cabeza y la exhiben durante 10 años en la plaza principal de Guanajuato.

Y se habló aquí también de Morelos, que decía que se eleve el salario del peón, que se eduque al hijo del campesino, al hijo del barretero igual que al hijo del más rico hacendado. Decía Morelos que haya tribunales que protejan al débil de los abusos que comete el fuerte. Esa es nuestra fecunda historia.

La segunda transformación, sin duda, fue la que encabezó Benito Juárez, el mejor presidente de México en toda la historia, y el grupo de liberales que lo rodeaban, que lo apoyaban; hombres que parecían gigantes.

Y la tercera transformación fue la Revolución de 1910, con dos demandas: justicia y democracia. Y como aquí también se ha dicho, esa revolución fue la primera en el mundo, la primer revolución social en el mundo. Y de ahí también surgió la Constitución del 17, que garantiza los derechos sociales con sus tres artículos fundamentales, estratégicos:

El 3º, derecho a la educación pública.

El 27, derecho de la nación al manejo de las riquezas del subsuelo. Desde que se aprobó por el Constituyente el artículo 27 se estaba nacionalizando el petróleo, nada más que eran tantos los intereses, tanta la tentación que despertaba el petróleo, la fuerza de las compañías petroleras, que se estableció en el 27 el derecho y el dominio de la nación, pero no se pudo aprobar durante décadas la ley reglamentaria porque amenazaban hasta con invadirnos de empresas y de gobiernos extranjeros. Es hasta que el general Cárdenas toma la decisión histórica de expropiar el petróleo en 1938. Pero el 27 también garantiza el derecho de los campesinos a la tierra.

Y, como ya lo expresé, el 123 garantiza el derecho de los obreros a salarios justos, ya no a las jornadas de 16 horas, porque así era en el porfiriato, no había día de descanso, se tenía que trabajar hasta el domingo. Y si no se trabajaba, no se recibía salario, y mucho menos otras prestaciones; no había vacaciones, nada completamente, no había pensiones.

Hay muchos testimonios de dirigentes obreros de ese entonces hablando de la situación tan triste del obrero cuando llegaba a una edad mayor y no tenía nada absolutamente. Por eso fue importante la aprobación de la Constitución y del artículo 123.

Desde los primeros días de nuestro gobierno inició lo que nosotros llamamos, y lo hacemos con argumentos y con mucho orgullo, la Cuarta Transformación de la vida pública de nuestro país; pacífica, no como las tres transformaciones anteriores. Y no porque así lo quisieran nuestros héroes, todos ellos eran pacifistas, sino porque así se presentaron las circunstancias.

Tuvieron los dos curas rebeldes, buenos, Hidalgo y Morelos, que tomar las armas. Juárez era también pacifista.

Ni hablar de Madero, un hombre bueno que tiene el valor, a pesar de ser hacendado, de convocar al pueblo a tomar las armas en el manifiesto o Plan de San Luis; se dice que el pueblo de México va a tomar las armas a las 6:00 de la tarde del día 20 de noviembre de 1810. Hasta se anuncia, se da a conocer.

Bueno, no querían la violencia, pero las tres transformaciones se hicieron con movimientos armados. Nosotros tenemos que celebrar que esta transformación se está haciendo de manera pacífica, y es igual de profunda que las tres transformaciones anteriores.

Desde que llegamos al gobierno, a finales de 2018, inició una política laboral distinta, cuyo propósito invariable ha sido buscar el beneficio de la clase trabajadora por convicción. Estos son algunos hechos:

El aumento el salario mínimo de más del 100 por ciento en términos reales, como no sucedía desde hacía más de 40 años. Esto se logró con el apoyo de ustedes y también convenciendo al sector empresarial; sólo un año los empresarios, y no todas las organizaciones empresariales, sino una vinculada al bloque conservador, se opuso al incremento del salario, pero es importante reconocer que en cinco años se logró consenso, es decir, el aumento al salario fue posible con la participación del sector obrero, del sector empresarial y el sector público.

Aumento histórico al salario promedio de los trabajadores inscritos en el Instituto Mexicano del Seguro Social. Ahora el promedio del salario de los trabajadores inscritos al Seguro Social, más de 22 millones de trabajadores, es de alrededor de 17 mil pesos. Esto, como aquí también ya se dijo, ha significado un incremento en lo que va de nuestro gobierno del 25 por ciento en términos reales.

Aumento al salario de los trabajadores de la educación, con un mínimo equivalente al promedio de lo que perciben los trabajadores registrados, inscritos en el Seguro Social.

Desempleo de 2.3 por ciento, algo no visto desde hace décadas y uno de los índices más bajos del mundo en la actualidad.

Crecimiento en el reparto de utilidades. Ya también aquí se informó de 88 mil millones de pesos en 2020 a 183 mil millones en 2021 y 214 mil millones de pesos de reparto de utilidades en 2022, y estamos por tener ya los datos de 2023 y, desde luego, van a significar aumento en el reparto de utilidades.

Cancelación de la subcontratación o del llamado outsourcing.

Democracia sindical. Voto libre, directo y secreto en la elección de dirigentes.

Algo que es importante, y aquí se ha dicho: no injerencia del gobierno en la vida de los sindicatos.

Garantías plenas para ejercer en libertad el derecho de huelga.

No se ha reprimido a los trabajadores ni hay persecución para los dirigentes sindicales.

Gobierno autónomo, no al servicio de la oligarquía, sino de todas y todos los mexicanos; gobierno auténticamente democrático.

Siempre insisto que no debemos dejarnos engañar. La democracia es el gobierno del pueblo y para el pueblo. Demos es pueblo, kratos es poder, es el poder del pueblo. La oligarquía es el gobierno de las minorías, el gobierno de unos cuantos. Nuestro país predominó durante mucho tiempo el gobierno de una oligarquía con fachada de democracia.

Amigas, amigos:

Hoy firmé, como aquí se ha dicho, para su publicación el decreto que va a permitir el funcionamiento del Fondo de Pensiones para el Bienestar, cuyo propósito principal es continuar avanzando en las reformas que ya se llevaron a cabo en 2020, que en ese entonces consistieron en el aumento voluntario de las cuotas de los empresarios, esto hay que subrayarlo y reconocerlo, así como la reducción de la edad para pensionarse y la disminución de las comisiones en el manejo de las afores, porque esto es importante también que se sepa: las comisiones que se cobraban en México hasta el 2020 eran de las más altas del mundo; hacían su agosto, abusaban los administradores de las pensiones.

Y se llevó a cabo una reforma y se estableció una fórmula, y gracias a eso, del 22 a la fecha los trabajadores han ahorrado 40 mil millones de pesos, y calculamos que por esa disminución en el cobro de comisiones para el 2030 se va a llegar a un ahorro de 160 mil millones de pesos. Hubo protestas, pero al final se aceptó y se aprobó esta reforma en beneficio de los trabajadores.

Ahora la nueva ley consiste en crear un fondo con varias fuentes de financiamiento para compensar a los trabajadores que fueron afectados con la reforma de 1997 y con la reforma del 2007, con el propósito de que el trabajador pueda jubilarse con el 100 por ciento de su salario, tomando como base el ingreso promedio de los inscritos en el Seguro Social.

Este fondo será manejado por el Banco de México y espero que a principios de julio empiece a aplicarse en beneficio de los trabajadores en general, de trabajadoras domésticas, de servidores públicos, como maestros, médicos, oficinistas, policías y otros trabajadores.

Hablaba de las distintas fuentes para la creación de este fondo:

Una parte es lo que tienen que entregar por ley, no por la nueva ley, sino ya estaba establecido que tenían que entregar los administradores de las pensiones recursos no demandados por los trabajadores, para que el Seguro Social los administrara. Y que si los trabajadores que no habían demandado esos fondos, lo hicieran, que el seguro les pagara, porque no prescribe ese derecho.

Nadie se está robando, como llegaron a decir de manera exagerada los conservadores corruptos, nadie se está robando las pensiones, es que no se transferían esos fondos al seguro social. En general, deben de sumar esos fondos alrededor de 40 mil millones y sólo han devuelto mil, tienen 39 mil millones de pesos y ya estaba establecido en la ley que tenían que pasar esos fondos al Seguro Social.

Pues esos fondos ahora van a ser manejados por el Banco de México, y son los que van a servir para compensar a los trabajadores. Porque en las reformas que se hicieron en 1997 y en 2007, un trabajador iba a jubilarse con el 25, con el 30 por ciento de su salario; con la reforma que hicimos en el 2020, por la aportación también de más cuotas de los empresarios y por los ahorros, de todas formas, no iba a alcanzar a entregarle el 100 por ciento de su salario, sino el 60 por ciento; ahora con esta nueva ley, con este fondo, el propósito es que ese 40 por ciento restante se aporte con el fondo.

Y una fuente de financiamiento es lo que manejan las afores, que no les corresponde ya administrar, pero otras fuentes tienen que ver con recursos del gobierno. Por ejemplo, todo lo que se obtiene por decomisos a la delincuencia, todo lo que recibe el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, el 75 por ciento va a ir a ese fondo; las deudas que tienen los estados al Issste con una disminución, con un descuento, con una quita, del 75 por ciento para que se pongan al corriente, el 25 por ciento restante va ir al Fondo de Pensiones para el Bienestar; lo que se obtuvo porque se cambió la Financiera Rural por la Financiera del Bienestar y se obtuvieron remanentes por ocho mil millones de pesos al Fondo de Pensiones para el Bienestar. Entonces, este fondo, como aquí lo planteó Napoleón, va a ir creciendo y le va a dar garantías a los trabajadores, sobre todo a los jóvenes, para que puedan jubilarse con el 100 por ciento de su salario.

Este fondo, como dije, será manejado por el Banco de México y espero que a principios de julio empiece a aplicarse en beneficio de trabajadores en general. Ya hay una vía que es bastante sensata, responsable, moderada. Porque había quienes opinaban que debíamos de regresar a que el Estado manejara las pensiones de los trabajadores, y optamos por esto, optamos por esta vía intermedia. Ya queda un esquema hacia adelante, va a depender de ir fortaleciendo este fondo, y yo creo que no va a haber ningún problema para su financiamiento.

Amigos, amigas, dirigentes sindicales.

Como se comprenderá, siempre por estas acciones hemos enfrentado resistencias de grupos conservadores reaccionarios, de ahí viene el término. Los que son partidarios del conservadurismo, cuando hay acciones transformadoras, pues reaccionan y por eso se les conoce como reaccionarios, porque ellos son partidarios de que se mantenga el statu quo, que no cambien las reglas, que se mantengan los fueros, los privilegios.

Entonces, hemos enfrentado resistencias de grupos conservadores, que, en sentido estricto —también hay que decirlo— no son precisamente todos empresarios, sino traficantes de influencia y especuladores financieros, acostumbrados a medrar.

Sin embargo, hemos podido salir adelante con el apoyo de la mayoría de nuestro pueblo, y así continuaremos hasta el final de nuestro mandato. Esa es una lección, no se puede transformar una realidad de injusticias, de opresión, sin el respaldo del pueblo. Y para contar con ese apoyo del pueblo se necesita poner en el centro las demandas de las mayorías, porque de esa forma siempre se va a contar con el apoyo de las mayorías, sobre todo de los pobres.

Y hay algo que debe saberse: los pobres no traicionan, los pobres son leales. No se puede estar pensando en una transformación que va a ser apoyada por las élites, eso es una contradicción, eso es muy difícil de lograr. Nosotros en la historia tenemos el ejemplo de lo que sucedió con el movimiento revolucionario maderista, cómo un hombre bueno quería las libertades para el pueblo, la democracia. Al no lograr un acuerdo con los campesinos, con los zapatistas, porque no pudo o consideró que no era tan importante, se quedó en el aire y por eso fue víctima de una pandilla de rufianes del antiguo régimen, porque no contó con el apoyo del pueblo para consumar su sueño de establecer en nuestro país desde hace mucho tiempo, de manera temprana, una auténtica, una verdadera democracia. Esa es una lección.

Y decía Ricardo Flores Magón, decía: ‘Sólo el pueblo puede salvar al pueblo’. Y otro oaxaqueño, el mejor presidente, como ya lo dije, decía: ‘Con el pueblo, todo; sin el pueblo, nada’. Por eso hemos resistido los embates del conservadurismo y así vamos a continuar; desde luego, respetando las libertades, el derecho a disentir, sin autoritarismo, porque queremos establecer una auténtica democracia, no una dictadura, queremos avanzar y garantizando las libertades a todas y a todos.

La política no es parafernalia ni demagogia, la entendemos y la practicamos como lo opuesto al conservadurismo. La política es transformar, la política es hacer historia. No puedo desconocer que el movimiento que nos llevó a la Presidencia se nutrió en buena medida de trabajadoras y trabajadores organizados y conscientes, determinados a transformar a México y a concretar sus aspiraciones. La experiencia de las trabajadoras, de los trabajadores de México nutrió nuestra organización política. Y no puedo omitir que las medidas que hemos establecido para el beneficio de nuestro pueblo no fueron ocurrencias de una persona. Este no es un movimiento de un solo hombre o de un puñado de dirigentes, sino la realización de justas reivindicaciones, de muchos mexicanos, mujeres y hombres, trabajadoras y trabajadores.

De modo que este gobierno es también consecuencia de la determinación de cambio verdadero de los asalariados; con ellos hemos ido transformando el país. Hemos revertido las tendencias antiobreras que caracterizaron al régimen neoliberal y entreguista. Aquí abro un paréntesis para hacer un reconocimiento a los trabajadores petroleros, a los trabajadores de la industria eléctrica que nos han ayudado a rescatar a Pemex y a la Comisión Federal de Electricidad.

Y al hacerlo juntos, como ya lo expresé, hemos hecho historia. Todas y todos debemos compartir la inmensa satisfacción de otorgar, que otorga el decir, como la protesta de los yaquis: misión cumplida, promesa cumplida.

Que viva la clase trabajadora.

Que vivan los derechos laborales.

Que vivan nuestros mártires de Cananea y Río Blanco.

Que viva México.

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