MODERADORA: El presidente de la República pasará lista a las tropas que integran este dispositivo.

(PASE DE LISTA)

MODERADOR: Damos inicio a esta ceremonia con los honores plenos al presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos y comandante supremo de las Fuerzas Armadas.

(HONORES)

MODERADORA: Preside esta ceremonia con motivo del 109 aniversario del Ejército mexicano, el presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Andrés Manuel López Obrador.

MODERADOR: Integran el presídium:

El general Luis Cresencio Sandoval González, secretario de la Defensa Nacional.

MODERADORA: Almirante José Rafael Ojeda Durán, secretario de Marina.

MODERADOR: Diputado Sergio Carlos Gutiérrez Luna, presidente de la Cámara de Diputados.

MODERADORA: Ingeniero Miguel Ángel Riquelme Solís, gobernador del estado de Coahuila.

MODERADOR: Licenciado Adán Augusto López Hernández, secretario de Gobernación.

MODERADORA: Licenciado Marcelo Ebrard Casaubon, secretario de Relaciones Exteriores.

MODERADOR: Licenciada Rosa Icela Rodríguez Velázquez, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana.

MODERADORA: Maestra Delfina Gómez Álvarez, secretaria de Educación Pública.

MODERADOR: Maestro Roberto Salcedo Aquino, secretario de la Función Pública.

MODERADORA: Doctora Nadine Gassman Zylbermann, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres.

MODERADOR: Ingeniero José María Morales Padilla, presidente municipal de Ramos Arizpe, Coahuila.

MODERADORA: Licenciado Jesús Ramírez Cuevas, coordinador general de Comunicación Social de Presidencia de la República.

MODERADOR: General de división diplomado de Estado Mayor, Agustín Radilla Suástegui, subsecretario de la Defensa Nacional.

MODERADORA: Almirante de cuerpo general diplomado de Estado Mayor, José Luis Arellano Ruiz, subsecretario de Marina.

MODERADOR: General de división diplomado de Estado Mayor, Gabriel García Rincón, oficial mayor de la Secretaría de la Defensa Nacional.

MODERADORA: Y general de división diplomado de Estado Mayor, Eufemio Alberto Ibarra Flores, comandante del Ejército Mexicano.

MODERADOR: También nos acompañan funcionarios del gobierno federal, así como de las secretarías de la Defensa Nacional y de Marina.

MODERADORA: Generales, almirantes, jefes, capitanes, oficiales, cadetes, tropa y marinería.

MODERADOR: Así como representantes de medios de comunicación y quienes nos siguen por internet a través de las redes sociales.

Reciban todos la más cordial bienvenida.

MODERADORA: Hace uso de la palabra, el general Luis Cresencio Sandoval González, secretario de la Defensa Nacional.

LUIS CRESENCIO SANDOVAL GONZÁLEZ, SECRETARIO DE LA DEFENSA NACIONAL: Licenciado Andrés Manuel López Obrador, presidente de México y comandante supremo de las Fuerzas Armadas,

Diputado Sergio Carlos Gutiérrez Luna, presidente de la Mesas Directiva de la Cámara de Diputados.

Compañeros integrantes del gabinete de la República.

Ingeniero Miguel Ángel Riquelme Solís, gobernador del estado de Coahuila.

Maestro José María Morales Padilla, presidente municipal de Ramos Arizpe, Coahuila.

Invitados especiales, agregados de Defensa, militares, navales y aéreos acreditados en nuestro país.

Generales, almirantes, jefes, capitanes, oficiales, jóvenes cadetes, tropa y marinería.

Señores generales en situación de retiro.

Representantes de los medios de comunicación.

A todos, muy buenos días. 

En esta significativa fecha para los que integramos el Ejército Mexicano nos es muy gratificante encontrarnos reunidos en este recinto emblemático para celebrar el 109 aniversario de nuestro nacimiento. 

Conmemorar un aniversario más del hecho histórico que sentó las bases de nuestra actual Fuerza Armada es recordar nuestros orígenes que nos han servido para proyectar nuestra visión de crecimiento y desarrollo institucional.

Hace 109 años, después de que el Congreso del estado de Coahuila le otorgara facultades extraordinarias al gobernador don Venustiano Carranza para conformar un ejército y restituir el orden constitucional, en esta memorable hacienda, acudiendo al llamado de la democracia, se reunieron incipientes, pero determinadas tropas, con la finalidad de apoyar la integración del Plan de Guadalupe, firmado el 26 de marzo de 1913. 

Evento trascendental, consecuencia de los constantes levantamientos armados a lo largo y ancho del territorio nacional y del deseo de los porfiristas de restaurar el viejo régimen, lo que derivó en el lamentable episodio de la Decena Trágica, en donde perdió la vida el 22 de febrero de 1913, Francisco I. Madero, primer presidente de México elegido democráticamente, asimismo, tras su derrota, la renuncia y posterior salida del país del general Victoriano Huerta, en julio de 1914. 

Estos eventos desembocarían en la firma de los tratados de Teoloyucan el 13 de agosto de ese mismo año con los que se logró la disolución del Ejército Federal, quedando el Ejército Constitucionalista como única fuerza de carácter nacional con el deber principal de evitar la alteración del orden público y garantizar la tranquilidad y justicia social de nuestro país.

Desde estas primeras encomiendas este actual ejército ha evolucionado de manera permanente adecuando su organización y funciones, incluso su denominación, al transformarse de Constitucionalista a Ejército Nacional, con la promulgación de la Carta Magna de 1917 y, posteriormente como Ejército Mexicano desde 1948 hasta nuestros días.

Desarrollo institucional que se ha consolidado en muchos frentes, destacando su lealtad inquebrantable, irrefutable y demostrada en los hechos reiteradamente a través de la historia, su carácter netamente social al velar siempre por la integridad de los ciudadanos y sus bienes, y su respeto permanente a los valores democráticos y ordenamientos constitucionales emanados desde el Poder Legislativo que guían y delimitan su actuación en el cumplimiento de sus múltiples actividades.

Además de lo anterior, es necesario también señalar que, desde su origen en 1913, el Ejército Mexicano ha trabajado y se ha esforzado con todos los recursos puestos a su disposición por el bienestar del pueblo de México con honor, compromiso y lealtad a sus instituciones, caracterizándose por ser una institución en donde la mayoría de los integrantes provienen de las mismas clases populares que protegen y que se rigen bajo la premisa de actuar siempre por las mejores causas de México.

Este es nuestro origen y es algo de lo que quienes portamos este uniforme de la patria nos sentimos sumamente orgullosos.

Los cambios impulsados a lo largo de la historia de esta fuerza armada han llevado por objetivo el adaptarse para responder con efectividad y eficiencia a los nuevos retos y necesidades que nuestro país ha tenido que afrontar, sin descuidar las tareas primigenias de defensa de la nación y seguridad interior.

Justamente esta es la esencia que rige el proceder institucional de los integrantes del Ejército Mexicano para cumplir cabalmente las normas y preceptos establecidos en los ordenamientos jurídicos que coadyuvan al mantenimiento de la paz y el orden público. 

En este contexto, aprovecho el momento para agradecer al Poder Legislativo su disposición para analizar diversas iniciativas de reforma a nuestra ley orgánica, las cuales buscan impulsar un marco jurídico moderno y acorde a la nueva organización de nuestra institución, que nos permitirá atender las necesidades actuales que vive el país y además afrontar los retos, riesgos y amenazas futuras en beneficio de la seguridad y bienestar de la sociedad mexicana.

Ejemplo de ello es el decreto del Poder Ejecutivo, mediante el cual se crea el Estado Mayor, conjunto de la Defensa Nacional, y la Comandancia del Ejército, misma que entra en vigor esta fecha 19 de febrero como fuera la creación del Ejército Mexicano en 1913.

De igual manera, hago un sincero reconocimiento al Poder Judicial por su destacada contribución en la preparación de los cuadros de mando de Ejército a través de los conversatorios insterinstitucionalessobre temas relacionados con la defensa y respeto de la Constitución y de los derechos humanos, lo que representa un compromiso institucional para el logro de los propósitos comunes que es servir a México.

Amable auditorio:

El Ejército Mexicano está integrado con mujeres y hombres, herederos de 109 años de historia, de honor, lealtad, patriotismo y de compromiso institucional y que al decidir por profesión la militar, desde su adiestramiento inicial se enraíza y se construyen en ellos bases de conocimiento sustentadas en principios y sólidos valores que están presentes no sólo a lo largo de la carrera militar, sino también en su vida personal.

Estos valores, que bajo la visión constitucionalista de los hombres que defendieron la democracia aún a costa de su propia vida, se integran como guía, permitiéndoles actuar y ser parte del engranaje institucional para el cumplimiento de las misiones generales de esta Fuerza Armada, sumando esfuerzos con diversos entes públicos para el logro de los intereses y objetivos de nuestra nación.

Para los soldados que conformamos el Ejército Mexicano, conocer los orígenes históricos de nuestra institución no sólo es motivo de orgullo, también nos permite identificar los procesos de modernización y desarrollo de la fuerza emprendidos a lo largo de la vida independiente de México para afrontar diversas realidades nacionales. 

Nos ayudan además a comprender la evolución constante de las técnicas, tácticas y procedimientos que ha requerido nuestra institución, así como la adecuación de nuestra estructura orgánica y funcional para mantenernos vigentes como pilar para la seguridad y desarrollo de nuestra nación.

Ejemplos de ellos: se pueden mencionar la mayor participación e inclusión de las mujeres en los cuadros de mando de los organismos administrativos y operativos como una adopción plena y consciente de que la política de igualdad de género no sólo es un asunto de justicia y paridad, sino que fortalece el quehacer institucional al aprovechar sus capacidades en beneficio de la eficiencia y alcances para el cumplimiento de nuestras misiones.

Asimismo, la participación en operaciones de mantenimiento de paz, o bien, en la atención brindada a la población ante emergencias provocadas por desastres naturales desde hace 56 años a través del Plan DN-III E y que incluso ha sido referente a nivel internacional al haberse proporcionado ayuda humanitaria en 75 ocasiones a 26 diferentes países.

Señor presidente y comandante supremo de las Fuerzas Armadas: 

Las mujeres y hombres que integramos el Ejército Mexicano refrendamos el compromiso que demostraron los integrantes del Ejército Constitucionalista de defender a las instituciones de la nación y al pueblo de México.

Desde su origen, esta institución armada ha puesto a disposición de la sociedad mexicana todas sus capacidades, organización y voluntad para participar en proyectos encaminados a la seguridad, al progreso y al bienestar de la nación. 

De tal manera que entendemos que ningún ejército en el mundo puede permanecer estático. La planeación estratégica debe de ser una tarea constante y permanente con la finalidad de identificar escenarios que impliquen riesgos o amenazas y oportunidades, sin descuidar los principios y valores axiológicos, que son la base fundamental del actuar de los integrantes de esta Fuerza Armada.

Es justo y oportuno en este día, en el marco del 109 aniversario de la creación del Ejército Mexicano, expresar nuestra lealtad y gratitud por la confianza depositada en los soldados de tierra y aire, al asignarnos tareas trascendentales que contribuyen al mantenimiento de la paz, desarrollo y bienestar de la sociedad mexicana, y reafirmarle que todo mandato que nos sea asignado en el marco de nuestras misiones contará con el compromiso y capacidades de todos los miembros de esta institución. 

Hago un reconocimiento al personal militar que nos ha antecedido en la carrera de las armas en esta honorable institución, quienes con la visión institucional y de lealtad que nos legaron, aspiramos a continuar siendo el ejército que requiere la sociedad y les reiteramos el compromiso de mantener en buen resguardo la evaluación que el pueblo de México hace de nuestra labor y continuar siendo merecedores de los niveles de confianza que nos otorgan.

Por último, como alto mando del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, quiero expresar mi reconocimiento a las mujeres y hombres que integran esta Fuerza Armada por el trabajo que día a día desarrollan en favor de todos los mexicanos.

Los invito a seguir siendo soldados respetuosos del Estado de derecho y de las instituciones y a continuar manteniendo el legado que nos heredó el Ejército Constitucionalista como garantes de la soberanía e independencia de nuestro país, coadyuvando de manera activa para garantizar la seguridad y el bienestar del pueblo de México.

Muchas gracias. 

MODERADOR: Se les invita a observar un video histórico del Ejército Mexicano.

(INICIA VIDEO)

VOZ HOMBRE: Hablar del Ejército Mexicano es hablar de mujeres y hombres leales a México, soldados que a lo largo de los años han probado su valía para mantener el honor de nuestro país.

VOZ MUJER: A 109 años de su creación, es inevitable hablar del pasado que dio forma a nuestra institución y que sembró las bases del actual Ejército, del Ejército del pueblo, del Ejército de México: el Ejército mexicano.

VOZ HOMBRE: Nuestro pasado se remonta a la Revolución mexicana con la promulgación del decreto mil 421 el 19 de febrero de 1913, realizado por el vigésimo segundo Congreso del estado de Coahuila mediante el cual se desconoció al gobierno de Victoriano Huerta, facultando a Venustiano Carranza para armar fuerzas y restituir el orden constitucional.

VOZ MUJER: Como resultado de este decreto, el 26 de marzo del mismo año en la Hacienda de Guadalupe, Coahuila, Venustiano Carranza proclamó el plan que llevaría el mismo nombre. Fue gracias a este documento que nació el Ejército Constitucionalista y el que designó a Carranza como primer jefe. Este acontecimiento es el origen inmediato de nuestro Ejército actual.

VOZ HOMBRE: El 5 de febrero de 1917, con la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el entonces llamado Ejército Constitucionalista cambió su denominación por la de Ejército Nacional, otorgándosele en la carta magna su carácter permanente.

VOZ MUJER: El 22 de septiembre de 1948 el presidente de la República, el licenciado Miguel Alemán Valdés, decretó cambiar el nombre de Ejército Nacional por el de Ejército Mexicano. Asimismo, en 1950 como un reconocimiento a las actividades que realizaba el soldado mexicano, declaró que el 19 de febrero de cada año se conmemoraría el Día del Ejército.

VOZ HOMBRE: Desde entonces nuestro Ejército ha sido una institución que se ha mantenido leal al pueblo de México y a la patria.

VOZ MUJER: Lealtad y vocación de servicio que se plasman en las cinco misiones que guía nuestro actuar como soldados de México.

VOZ HOMBRE: Defender la integridad, la independencia y la soberanía de la nación.

VOZ MUJER: Garantizar la seguridad interior.

VOZ HOMBRE: Auxiliar a la población civil en caso en caso de necesidades públicas.

VOZ MUJER: Realizar acciones cívicas y obras sociales que tiendan al progreso del país.

VOZ HOMBRE: En caso de desastre, prestar ayuda para el mantenimiento del orden, auxilio de las personas y sus bienes y reconstrucción de las zonas afectadas.

VOZ MUJER: A 109 años de la creación de nuestro ejército, el pueblo de México reconoce a los integrantes de esta institución por las diferentes misiones que realiza en beneficio de la nación.

VOZ HOMBRE: México está orgulloso del avance, profesionalización y modernidad de sus soldados, mujeres y hombres con una profunda vocación de servicio y que, sin dudarlo, están dispuestos a dar la vida por nuestro país.

VOZ MUJER: A todos los que hoy portan el uniforme de la patrialos felicitamos y los exhortamos a continuar portando con orgullo y con honor las insignias que nos distinguen como militares, siempre listos, siempre dispuestos, siempre presentes. 

¡Ejército Mexicano!

(FINALIZA VIDEO)

MODERADORA: Se hace una respetuosa invitación al presidente de la República y distinguidos integrantes del presídium a trasladarse al obelisco de Venustiano Carranza. 

MODERADOR: El presidente de los Estados Unidos Mexicanos depositará una ofrenda floral y montará Guardia de Honor acompañado por los distinguidos integrantes de la línea de honor. 

(GUARDIA DE HONOR)

MODERADOR: La compañía de Guardia de Honor del Ejército Mexicano llevará a cabo una salva de fusilería. 

(SALVA DE FUSILERÍA)

MODERADORA: Sean tan amables de ponerse de pie. 

De conformidad con el artículo 50 de la Ley de Ascensos y Recompensas del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, con el fin de premiar a los militares, las corporaciones o las dependencias del Ejército y Fuerza Aérea, por su heroísmo, capacidad profesional, servicios a la patria y demás hechos meritorios se establecen las siguientes recompensas: 

MODERADOR: Condecoraciones

MODERADORA: Menciones honoríficas

MODERADOR: Distinciones

MODERADORA: Y citaciones.

MODERADOR: El presidente de la República hará entrega de condecoraciones y reconocimientos a militares que se destacaron por su profesionalismo y entrega en las operaciones que se realizan en el territorio nacional, así como a quienes desarrollaron proyectos de innovación científica y tecnológica que permitieron optimizar métodos de trabajo; de igual forma, a quienes realizan actividades administrativas en beneficio del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos. 

Reciben:

MODERADORA: Teniente de Infantería, Mauricio Coatl Cuaya. 

Sargento segundo de Transmisiones, Celso Gutiérrez Solís.

Cabo Fuerza Aérea, Jesús Altobelli Tomasino González.

Cabo conductor, Manual Alejandro García De la Rosa.

Cabo de materiales de guerra, Erik Joel Martínez Corona.

Cabo de infantería, Víctor Zamora Cruz.

Y soldado de infantería, Alejandro Ramos Posado.

MODERADOR: Teniente coronel de Infantería, Hermes Elías Oliva.

Mayor de infantería, Marcelo Baltazar Iván.

Teniente coronel de Infantería, Rodrigo de la Rosa Villa.

General de brigada Diplomado de Estado Mayor, Enrique Covarrubias López.

General de división diplomado de Estado Mayor, Celestino Ávila Astudillo.

General de división diplomado de Estado Mayor, Víctor Hugo Aguirre Serna.

General de brigada diplomado de Estado Mayor, Saúl Luna Jaimes.

General de brigada diplomado de Estado Mayor, Federico San Juan Rosales.

Mayor de Infantería, Abel Prado Cortés.

Y general de brigadier diplomado de Estado Mayor, Román Villalvazo Barrios.

MODERADORA: Teniente coronel de Infantería, Abel Muñoz Sánchez.

Mayor de Caballería, Luis Felipe Vicente González.

Mayor Policía Militar, Jorge Medina Salazar.

Coronel de artillería diplomado de Estado Mayor, Alberto Lira Domínguez.

Mayor de Infantería, Juan Ángel Mitre Lezama.

Mayor de Caballería, Suri Zaday Hernández González.

Teniente coronel diplomado de Estado Mayor, Jaime Alvarado Reséndiz.

Teniente coronel de Infantería, Miguel Ángel García Morales.

Teniente coronel médico cirujano, Jonathan Emmanuel Ponce Hernández.

Teniente coronel de Infantería, Jesús Manuel Espinosa Hernández.

Y mayor de Caballería, Elías Plata Leyva.

MODERADOR: Capitán primero intendente, Fernando Arriaga Saleta.

Capitán segundo de Infantería, David Morales Gatica.

Teniente de Sanidad, Alfonso Ramón Farías Fonseca.

Subteniente de Infantería, Rolando Ocampo.

Teniente médico cirujano, Luis Eduardo Delgado González.

Teniente médico cirujano, José Alejandro Ramón Calvo.

Subteniente de Infantería, Guadalupe Sálais Domínguez.

Teniente de Sanidad, Oscar Eduardo Sánchez Pérez.

Y teniente enfermera, Katy Beatriz Arceo Domínguez. 

MODERADORA: Teniente de Infantería, Jorge Guzmán Torres.

Teniente médico cirujano, Luis Eduardo Delgado González.

Teniente de Sanidad, Luis Alfonso Ramón Farías.

Teniente auxiliar de Materiales de Guerra, Óscar David Hernández Guerrero.

Teniente médico cirujano, José Alejandro Ramón Calvo.

Capitán segundo de Infantería, Felipe Alvarado Reyes.

Capitán segundo de Infantería, David Morales Gatica.

Capitán primero intendente, Fernando Arriaga Saleta.

Y mayor médico cirujano, Paul Robledo Marín. 

MODERADOR: Teniente de Sanidad, Jorge Guzmán Torres.

Teniente de Fuerza Aérea piloto aviador, Emmanuel Romero Ramírez.

Teniente de Fuerza Aérea piloto aviador, Rafael Calvo García.

Teniente médico cirujano Luis Eduardo Delgado González.

Teniente de Sanidad Alfonso Ramón Farías Fonseca.

Teniente de Materiales de Guerra, Alfonso Keni di Montes.

Teniente médico cirujano, Felipe Alvarado Reyes.

Mayor médico cirujano, Paul Robledo Madrid.

Teniente coronel de Infantería, Jesús Manuel Espinosa Hernández. 

MODERADORA: En reconocimiento al personal condecorado y reconocido, la Banda de Guerra ejecutará el toque militar Tres de Diana. 

(TOQUE MILITAR)

MODERADOR: Escuchemos el mensaje que dirige el licenciado Andrés Manuel López Obrador, presidente de México y comandante supremo de las Fuerzas Armadas.

PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR:Ingeniero Miguel Ángel Riquelme Solís, gobernador constitucional del estado de Coahuila de Zaragoza.

Maestro José María Morales Padilla, presidente municipal de Ramos Arizpe.

Integrantes de las Fuerzas Armadas.

Autoridades civiles de los tres poderes.

Amigas y amigos.

Hoy conmemoramos el 109 aniversario de la fundación del Ejército Mexicano, aquí en la Hacienda de Guadalupe, donde se firmó más tarde el plan revolucionario para restablecer la legalidad vulnerada por el golpe de Estado encabezado por Victoriano Huerta contra el presidente Francisco I. Madero, Apóstol de la Democracia. 

Es oportuno recoger algunas lecciones que nos legaron esos acontecimientos políticos, porque la historia es la maestra de la vida y es fundamental aprender del pasado para construir el presente. 

Empecemos por recordar que, al anochecer del 18 de febrero de 1913, don Venustiano Carranza Garza, gobernador constitucional de Coahuila, recibió el telegrama que el general de división Victoriano Huerta había girado desde la ciudad de México a todos los gobernadores y comandantes militares. El texto del usurpador decía: ‘Autorizado por el Senado, he asumido el Poder Ejecutivo’, estando presos el presidente y su gabinete.

Carranza fue el único gobernador que reaccionó de inmediato, convocando a su casa a varios diputados locales y algunos de sus más cercanos colaboradores, con los que llegó al acuerdo de que era una obligación ineludible del gobierno coahuilense desconocer y reprobar inmediatamente semejantes actos ilegales y antidemocráticos. 

La decisión ahí tomada fue irrevocable. Al día siguiente, un día como hoy, el 19 de febrero el Congreso local desconoció la usurpación de Huerta y concedió facultades extraordinarias al gobernador Venustiano Carranza; también se llamó al resto de los gobernadores y a los gobernadores y a los jefes militares, federales, rurales y auxiliares a secundar la actitud del gobierno de Coahuila. De esa decisión se desprende la fundación del Ejército Mexicano.

De modo que lo primero que tenemos que subrayar es que, a diferencia de otros ejércitos, el nuestro surgió para oponerse al golpe de Estado que culminó con el asesinato del presidente Madero y del vicepresidente José María Pino Suárez, y para defender la democracia y la legalidad.

En el ámbito latinoamericano, e incluso en el mundial, las Fuerzas Armadas de México son excepcionales en varios sentidos:

Nunca han pertenecido a la oligarquía. Soldados y oficiales vienen de abajo y tienen como origen e identidad el México profundo. Como sostengo siempre, el soldado es pueblo uniformado y por eso nunca traicionará a su gente y siempre será un defensor leal de la libertad, la justicia, la democracia y la soberanía nacional.

Adicionalmente, desde su conformación a principios del siglo pasado, los institutos castrenses de México han sido siempre fieles al poder civil.

Otra enseñanza importante de aquel momento histórico es que el presidente Francisco I. Madero, también de Coahuila, aun siendo un hombre bueno y querido, no pudo llevar a cabo sus ideales democráticos porque no quiso o no lo permitieron las circunstancias, o no se supo crear una base social, una organización popular que lo respaldara frente a los ataques del grupo de privilegiados que no querían perder sus concesiones y que dominaban a sus anchas durante el porfiriato.

La infamia cometida contra el presidente Madero nos dejó la lección, nos ha enseñado que para un poder público dispuesto a transformar, no hay mejor aliado —que se oiga bien y que se oiga lejos— para un poder público dispuesto a transformar no hay mejor aliado que el propio pueblo. Nada se puede esperar de políticos corruptos, de la prensa que se vende o se alquila, de intelectuales convenencieros y de potentados dominados sólo por la codicia.

La clave está en la frase del presidente Juárez: ‘Con el pueblo, todo;sin el pueblo, nada’. 

Véase nuestro caso. Si no estuviéramos respaldados por la mayoría de los mexicanos, y en especial por los pobres, los conservadores corruptos ya nos habrían derrotado o habríamos tenido que rectificar y someternos a sus caprichos e intereses para convertirnos como eran antes los gobernantes: en floreros o en títeres de los que se habían acostumbrado a robar y a detentar el poder económico y político en nuestro país.

Sin el apoyo del pueblo tampoco habríamos resistido la intensa campaña en nuestra en contra emprendida desde los medios informativos convencionales y las redes sociales, ni habríamos podido hacer frente a una guerra sucia tan intensa y estridente como la que padeció el presidente Madero.

Hemos dicho que, por el bien de todos, primero los pobres, porque esta expresión, además de humana y justa, implica algo políticamente importante: atender a los más pobres, que son muy leales; es ir a la segura para integrar a las mayorías al proyecto transformador, superar la opresión y alcanzar el ideal de vivir en una sociedad mejor, más justa, igualitaria y fraterna.

La estrategia golpista mediante el uso de los medios de información que se venden o se alquilan, mercenarios, esa estrategia que se aplica en casi todo el mundo para debilitar a dirigentes y gobiernos que enfrentan, que se atreven a enfrentar el poderío corrupto de las élites, aquí en nuestro tiempo, en nuestro país no hacen mella; en expresión de Juárez, no le quitan ni una pluma a nuestro gallo.

México ya no es tierra de conquista y de rapacidad. En México, y poco a poco las élites se tendrán que ir acostumbrando, porque en México mandan las mayorías y se gobierna con honestidad y con justicia.

También es necesario destacar que, en estos tiempos de transformación, además del apoyo fundamental del pueblo, hemos contado con la lealtad de las Fuerzas Armadas. Sin la participación responsable de las secretarías de Defensa y de Marina, no tendríamos los mismos resultados en seguridad, en desarrollo y en bienestar.

Con las Fuerzas Armadas ayudamos a la población afectada por huracanes, inundaciones, temblores, incendios y otros siniestros; y con ellas, con las Fuerzas Armadas, contenemos a la delincuencia organizada e impulsamos la reconstrucción de la paz en las regiones del país más afectadas por la violencia delictiva.

Con personal militar se cuidan las instalaciones estratégicas de la nación, se cuida la Comisión Federal de Electricidad, se cuida a Pemex, se evita el robo de hidrocarburos, se enfrenta el contrabando, se combate la corrupción en los puertos y en las aduanas, se defiende la soberanía, se protege a migrantes y, por si fuera poco, las Fuerzas Armadas nos ayudan en la construcción de obras de infraestructura para el desarrollo del país.

Recordemos que, sin los ingenieros militares y marinos, no estarían en proceso o funcionando con éxito obras, servicios o acciones como el desazolve de los ríos, la limpieza de las playas, la construcción de canales de riego, la construcción de sucursales del Banco del Bienestar, los cuarteles de la Guardia Nacional, los viveros para las plantas del programa Sembrando Vida o la logística y la distribución de las vacunas contra el COVID-19.

Sin la ayuda de las Fuerzas Armadas no habríamos podido realizar la tarea de reconstrucción o terminación de hospitales que el régimen neoliberal dejó en la ruina, abandonados o a medio construir.

El apoyo del personal de salud de la Defensa y de Marina ha sido fundamental para hacer frente a la pandemia.

Y nuestros soldados, ingenieros militares, han tenido un papel primordial en la construcción del Tren Maya, del nuevo aeropuerto de Tulum y del magno aeropuerto ‘Felipe Ángeles’ en Santa Lucía, que vamos a inaugurar el 21 de marzo próximo.

Adicionalmente, nuestros marinos han participado en la transformación de la antigua prisión de las Islas Marías, que se ha convertido en el centro cultural y ambiental para la enseñanza y el respeto a nuestra naturaleza.

En fin, el apoyo a las Fuerzas Armadas en la trasformación de México ha sido, repito, fundamental y estratégico.

Sin duda, no habríamos podido enfrentar a la delincuencia y garantizar la seguridad de los ciudadanos con la antigua Policía Federal, que estaba podrida casi por completo, como lo prueba el hecho de que uno de los anteriores secretarios de Seguridad Pública del gobierno federal permanece en la cárcel en Estados Unidos acusado de asociación delictuosa y de lavado de dinero.

Habría sido imposible ejecutar las obras públicas en curso con las empresas constructoras acostumbradas, o, mejor dicho, mal acostumbradas al influyentismo, la irresponsabilidad y la corrupción, y con una Secretaría de Comunicaciones y Transportes que había quedado reducida a una mera oficina para entregar por consigna contratos a consorcios del país o del extranjero, como las empresas españolas Repsol, OHL, Iberdrola o la famosa empresa brasileña, sinónimo de corrupción, Odebrecht.

Las acusaciones de que estamos militarizando el país carecen de toda lógica y de la más elemental buena fe. No se ha ordenado a las Fuerzas Armadas que hagan la guerra a nadie, no se les ha pedido que vigilen u opriman a la sociedad, que violen las leyes, que coarten las libertades; ni mucho menos que se involucren en acciones represivas o violatorias de los derechos humanos.

Por el contrario, en esta nueva etapa, la generosa y decisiva participación de nuestros soldados y marinos en acciones de desarrollo, bienestar y paz es refrendo de su lealtad a las instituciones civiles. Esta participación, además, contribuye a dejar atrás la distancia y hasta la desconfianza entre civiles y militares que se generó por las decisiones erróneas y perversas de gobiernos civiles.

No encarguemos la culpa al Ejército de acciones indebidas que avergüenzan, que son manchas en nuestra historia. No se olvide que esas acciones fueron ordenadas por las autoridades civiles, no se haga a un lado la legalidad que establece que el comandante supremo de las Fuerzas Armadas es el presidente de la República.

Y vuelvo a expresarlo: mientras ocupe el honroso cargo de representar a los mexicanos en la presidencia de la República, como comandante de las Fuerzas Armadas jamás daré la orden de que se reprima al pueblo de México. 

Al inicio de mi gobierno se estableció en la Estrategia Nacional de Seguridad Pública la necesidad de reorientar a las Fuerzas Armadas y agregar a sus misiones constitucionales tradicionales la de participar en la construcción de la paz, particularmente con la creación de la Guardia Nacional, una institución que se fundó con el apoyo de todas las fuerzas políticas en el Congreso de manera unánime, que cuenta ya con más de 100 mil elementos y actúa en todo el territorio nacional, porque se han construido más de 250 cuarteles, lo que no se había hecho durante mucho tiempo para garantizar la seguridad de todos los mexicanos.

En esa dirección hemos trabajado durante los últimos tres años. Ya empiezan a notarse los resultados, está bajando la incidencia delictiva. Mañana, como lo hacemos cada mes, vamos a informar, vamos a demostrar que están bajando los delitos y que ya empezamos a disminuir el delito de homicidios que era el que iba a la alza desde que asumimos la presidencia. Hemos logrado reducir considerablemente el robo, la extorsión, el robo de vehículos, el secuestro, pero teníamos pendiente de los homicidios.

Ya, después de algún tiempo, estamos bajando este delito, no sólo porque trabajamos todos los días de manera coordinada para garantizar la paz y la tranquilidad en nuestro país, no sólo, porque nos ayuda la Secretaría de la Defensa, la Secretaría de Marina, la Guardia Nacional, la Secretaría de Gobernación, la Secretaría de Seguridad Pública, no sólo porque trabajamos en forma coordinada y con perseverancia para garantizar la seguridad, sino porque ya empiezan a dar frutos los programas de Bienestar, en especial los programas dirigidos a los jóvenes, porque antes, no lo olvidemos, lo único que hacían era llamar a los jóvenes ‘ninis’, que ni estudiaban ni trabajaban, y ahora se atiende a los jóvenes, se les garantiza el derecho al trabajo, al estudio y esto está empezando a dar frutos, se le está quitando el semillero a los grupos de la delincuencia organizada.

No olvidemos de que la paz es fruto de la justicia. Si se atiende al pueblo, si hay trabajo, sin son buenos los salarios, si no se deja el abandono a los jóvenes, si se garantiza el derecho al estudio, si se fortalecen los valores culturales, morales, espirituales, si se evita la desintegración de las familias, se logra la paz, la tranquilidad, y esto es lo que hemos venido haciendo con el apoyo de las Fuerzas Armadas.

Por eso reitero mi reconocimiento a la Secretaría de la Defensa, a la Secretaría de Marina, dos importantes instituciones que son pilares del Estado mexicano.

Gracias, general secretario Luis Cresencio Sandoval González; gracias, almirante secretario José Rafael Ojeda Durán, por su recto proceder en bien del pueblo y de la nación.

General Luis Cresencio Sandoval, secretario de la Defensa:

Transmita mi de mi parte un reconocimiento sincero a todas las mujeres y hombres de las Fuerzas Armadas, incluidos sus familiares, por su invaluable apoyo para seguir haciendo historia, siempre a favor de la grandeza de México, con justicia y con patriotismo.

Felicidades a las Fuerzas Armadas en su día.

Felicidades a todas y todos, auténticos soldados de la República.

¡Que viva el Ejército! 

¡Y que viva México!

Muchas gracias. 

MODERADORA: Finaliza esta ceremonia con los honores al presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos y comandante supremo de las Fuerzas Armadas. 

Se les invita a ponerse de pie, para entonar nuestro Himno Nacional. 

(HIMNO NACIONAL)

MODERADOR: Para preservar esta memorable celebración se hace una respetuosa invitación al presidente de México para llevar a cabo la toma de fotografía oficial con el personal condecorado esta fecha.

(FOTOGRAFÍA OFICIAL)

MODERADORA: El presidente de la República se dirige a la escolta de bandera para despedirse de nuestro lábaro patrio. 

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