Cuando era un niño de cinco años, observaba por una ventana a un concertista y escuchaba atentamente la interpretación de cada nota musical de Chopin y Beethoven, hoy es el primer pianista indígena de América Latina.

 

Con hondas raíces rarámuris, Romeyno Gutiérrez Luna, nacido en Retosachi una comunidad con grandes carencias del municipio de Batopilas, Chihuahua, es, gracias a su interés, el único discípulo de Romayne Wheeler, concertista de piano, compositor e investigador estadounidense, quien lo ha apadrinado en su carrera musical.

 

La Sierra Tarahumara ha visto el desarrollo de este joven pianista, quien antes de hablar español ya sabía leer notas musicales, y cuya vena artística proviene de sus padres que son músicos tradicionales.

 

Su programa artístico se equilibra entre obras clásicas y de música tradicional rarámuri, cuyas interpretaciones e indumentaria indígena han sido apreciadas por públicos europeos y estadounidenses. Hasta ahora uno de sus grandes orgullos es haber deleitado al público del Zócalo de la Ciudad de México cuando apenas tenía diecisiete años. 

 

Romeyno Gutiérrez tiene planes de replicar su experiencia artística entre el talento de la comunidad tarahumara.

 

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