1. Amplía los derechos de la víctima u ofendido
    Cuando existe un delito, la persona víctima u ofendida es la principal afectada; por esta razón, el nuevo Sistema de Justicia Penal fortalece sus derechos. De ahora en adelante, la víctima cuenta con un asesor jurídico durante todo el proceso para ser correctamente orientada. De igual forma, se vuelve una parte esencial y activa, que puede aportar pruebas y participar directamente en el caso.
  2. Implementa juicios orales
    Antes, los procesos penales se realizaban por escrito. Una de las ventajas más grandes es que, hoy en día, toda la información se presenta en audiencias orales y públicas, en las que ambas partes exponen sus declaraciones. 
  3. Crea un Juez de Control
    Ahora existe un Juez de Control que se encarga de supervisar que todo el proceso de investigación, previo al juicio oral, sea lo más transparente y apegado a la ley. Es un participante que actúa de manera neutral; por un lado, rectifica que la detención del imputado sea legal y justa, e igualmente, se hace cargo de que las víctimas sean escuchadas y tomadas en cuenta. 
  4. Despresuriza el sistema judicial
    Ahora los procesos son más cortos, ya que existen formas eficaces para agilizar el proceso penal; por consiguiente, la reparación del daño para la víctima también se consigue en menor tiempo.
  5. Protege los derechos humanos de las personas víctimas e imputadas
    Las autoridades que participan en todo el proceso, deben garantizar que se respeten los derechos tanto de la víctima como del imputado. Esto se denomina “debido proceso”, y es esencial para que el sistema penal funcione de manera efectiva.