¿Sabías que el cáncer es la segunda causa de muerte en el mundo y que cada año ocasiona 10 millones de defunciones? ¿Y que una de cada seis defunciones en el mundo se debe a esta enfermedad?

En México, los tumores malignos se ubican entre las primeras causas de mortalidad y los tipos de cáncer más frecuentes son de mama, próstata, tiroides, colon, recto, cervicouterino y pulmón.

En nuestro país se diagnostican alrededor de 195 mil casos nuevos cada año. De esta cifra, 27 mil 500 son cáncer de mama y poco más de 25 mil, de próstata.

Por esta razón, hoy 24 de septiembre se estableció el Día Mundial de Investigación contra el Cáncer. Esta fecha busca crear conciencia sobre la importancia de la investigación de esta enfermedad que tiene los siguientes objetivos:

  • Aumentar la supervivencia,
  • Facilitar el acceso a los avances científicos en todo el mundo y
  • Reducir la carga mundial del cáncer.

Además, en este día también se busca apoyar y promover la investigación de los orígenes o causas, la prevención y la detección precoz del cáncer como elemento clave en el control de la enfermedad, lo que conducirá al descubrimiento de una cura para el cáncer o a transformarla en una enfermedad crónica.

Este año, los expertos internacionales en el campo de la oncología y la investigación del cáncer se centrarán en cómo la investigación mejora la supervivencia y la calidad de vida de los pacientes con cáncer.

La Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) celebra el Día Mundial de la Investigación sobre el Cáncer, el 24 de septiembre de cada año, mediante la publicación de una colección de imágenes para destacar algunos de los logros recientes de la Agencia en la investigación del cáncer. El tema del Día Mundial de la Investigación del Cáncer de este año es "La investigación del cáncer funciona: impulsando el progreso juntos".

Para disminuir los factores de riesgo y las posibilidades de desarrollar esta enfermedad, se recomienda tener un estilo de vida saludable con una alimentación balanceada, realizar actividad física y no consumir tabaco, ni bebidas alcohólicas.