El arte textil chiapaneco es ampliamente conocido pues aún se conservan métodos ancestrales para su elaboración. Las características de la indumentaria tradicional, así como los materiales y colores no han cambiado en las últimas décadas. Las mujeres son las creadoras de estos hermosos textiles. Al compartir la herencia maya aplican patrones y diseños de la naturaleza: mariposas, flores y algunos animales.
Chiapas es un mosaico cultural con importante presencia de pueblos indígenas como los lacandones, choles, tseltales, tojolabales, tsotsiles, chujes, jacaltecos, mames y mochós o motozintlecos. Es uno de los estados más ricos en música, danza, costumbres, gastronomía y por supuesto en los trajes tradicionales. Los diseños son tan complejos que son reconocidos a nivel mundial por su colorido y el trabajo artístico que se plasma en ellos.
A largo del territorio chiapaneco podemos encontrar diversos trajes vinculados a las diferentes regiones que van desde la montaña hasta la costa.
Traje de Chiapaneca
Originario de Chiapa de Corzo, este es el traje que se ha establecido como el más representativo del estado por la riqueza de su diseño que contrasta la vida de la selva (puede ser negro o blanco), con la flora local.
Este consiste en una blusa ajustada con escote en semicírculo y una falda holgada que llega a los tobillos, ambas están elaboradas en tul transparente con coloridas flores bordadas que se unen en blusa y falda. Acompañado de un Jicalpextle a modo de tocado.
La señora Gudelia Medina bordadora y diseñadora expresa que es un orgullo el poder plasmar en los vuelos y en la falda un poco de lo mucho que podemos encontrar en Chiapas.
Del mismo modo expresa que para la mujer chiapaneca portar y representar este traje es un honor. Durante la fiesta del Santo Patrono de Chiapa de Corzo que se realiza en el periodo que va del 15 al 23 de enero surge como acompañamiento del parachico.
Mientras algunos consideran al blanco como el color de las novias, otros más dicen que es solo una variante del traje de Chiapaneca. La señora Gudelia comenta que hoy en día ya no son solo los bordados en seda, sino que también los hay en petatillo y estambre. La diferencia entre ellos es el nivel de dificultad del tejido, siendo el más difícil el petatillo.
La forma de identificarlo es en la puntada, pues debe ser puntada larga, caso contrario al estambre y petatillo. Otra cosa es que el vuelo de la falda varía conforme a la petición de la muchacha que lo va a usar. Puede ser de doble ruedo o ruedo sencillo. Por lo general, los de doble ruedo se usan para presentaciones de baile, mientras que los de un ruedo son para la fiesta.
Huipil
Vestidos de manta inspirados en la cultura maya, es una pieza que va de los hombros a la cintura, rodilla o tobillo, que va adornado del cuello con listones y bordados que a punto de cruz puede tener diseño floral, animal o geométrico.
Es el más utilizado por las mujeres a modo de blusas, el color blanco con bordados rojos es el más usual, hecho en el telar de cintura. Aunque también están los huipiles ceremoniales, que varían en color y significado, pues estos se asocian al poder, la muerte, guerreros, curanderos y gente del pueblo.
Para la zona de montaña la lana, es el principal material para la producción de textiles, pues debido a las condiciones climáticas la manta puede resultar bastante fresca, por lo que, los diseños pueden variar en cuanto largo y colores. Si bien el huipil no es una pieza exclusiva de Chiapas, se diferencia de las demás regiones por los diseños florales y vistosos colores que en ellos se teje.
Texto: Monserrat Martínez Bautista / Ilustraciones: Brenda Yaneli Ortíz.