Por redacción Inmujeres 

*Artículo publicado en: “Periódico Milenio. Suplemento TODAS”. "20 aniversario del Instituto Nacional de las Mujeres". 30 de diciembre de 2021

En entrevista, la primera presidenta del Inmuejres, Patricia Espinosa Torres, realta que el Instituto fue la primera instancia con personalidad jurídica. 

El Inmujeres fue la primera institución con personalidad jurídica y patrimonio propio, creada para promover y fomentar la igualdad y el ejercicio pleno de todos los derechos de las mujeres y su participación igualitaria en la vida política, cultural, económica y social del país.

¿Cómo fue el proceso para crear el Inmujeres? 

Los primeros pasos se dieron en Beijing, en el marco de la cuarta Conferencia de la Mujer de la ONU, realizada en 1995, y donde se establecieron 12 puntos esenciales, uno de ellos, la creación de mecanismos para el adelanto de la mujer al más alto nivel.

Otro hecho importante post Beijing fue cuando todas las mujeres tomamos conciencia y comenzamos a reunirnos, y se formó el Movimiento Amplio de Mujeres.

Hicimos un documento de consenso con los temas fundamentales de las mujeres, para entregarle a los coordinadores parlamentarios y que se comprometieran con los derechos fundamentales. Duramos nueve meses elaborando este documento, pues teníamos algunas diferencias. Cuando nos dimos cuenta de que el tema del aborto nos impedía avanzar, se tomó la decisión de sacarlo del documento, fue así que logramos el consenso y firmarlo.

Al entrar a la Cámara teníamos que impulsar tres acciones concretas: crear la Comisión de Igualdad de Género, impulsar mejoras en la Ley Federal del Trabajo, y el tema de seguridad social y prestaciones para las mujeres. Estuvimos trabajando de la mano de Angélica de la Peña y Laura Itzel Castillo. Hicimos un grupo para colaborar y de ahí platicar con nuestros coordinadores, para crear la Comisión de Equidad de Género. 

Después, vino la elección presidencial, en donde Vicente Fox, en su campaña, se comprometió a crear un instituto de las mujeres, y se empezó hablar de una ley para la creación del Inmujeres.   

¿Qué tan difícil fue posicionar las demandas de las mujeres?  

Hablar de política con perspectiva de género y derechos de las mujeres resultó complicado, pues no eran temas de interés nacional. No es que viniéramos de cero, pues el movimiento era álgido, pero no en la política. 

Lo que hizo el Instituto es plantear objetivos clave, que eran institucionalizar la perspectiva de género y reconocer los derechos humanos de las mujeres; y claro que fue posible porque, desde el inicio, era un Instituto de alto nivel, con autonomía, presupuesto propio y la libertad en toma de decisiones. Un organismo descentralizado, lo que defendí para que no dependiera de una secretaría puesto que se necesita trabajo transversalizado. 

¿Cuáles fueron las prioridades para el Inmujeres entonces?

Teníamos que aprender muchas cosas, sobre todo la perspectiva de género. Definimos tres acciones concretas: capacitación interna, lo cual fue muy importante para poder lograr la institucionalización con perspectiva de género. La segunda línea fue hacer trabajo comunitario, orientado a trabajar con las comunidades más alejadas, atendiendo sobre todo zonas rurales y que pudieran tener algún recurso. Y la tercera línea fue la certificación de género en las empresas, pues lo privado era una suma. Se llamó Generosidad, lo que ahora es la Norma en Igualdad Laboral y No Discriminación y fue apoyado por el Banco Mundial. 

Con estas tres líneas, logramos un reconocimiento en la ONU, como uno de los programas más exitosos, el cual fue replicado en otros países.

El que golpea a una nos golpea a todas, fue la primera campaña nacional para combatir la violencia contras las mujeres y la concientización. 

La violencia en ese entonces era muy natural y tuvimos que hacer esa toma de conciencia en todo el país. Porque creo que un organismo público como el Inmujeres no puede hacer todo, necesita el apoyo de otras dependencias y organizaciones sociales. 

Lo que siempre quise fue dejar programas básicos del Inmujeres para que, a pesar del cambio del gobierno, permanezcan. Cada titular le ha dado su sello y después de 20 años el Inmujeres permanece con una visión que, desde 1995, ya venía señalado como un mecanismo de primer nivel. 

¿A 20 años de la creación de Inmujeres que hace falta? 

Hay un tema pendiente que debemos poner al centro: la parte económica de las mujeres. Es momento de impulsar su participación en puestos de liderazgo, para combatir las brechas de desigualdad. 

América Latina cuenta con 9% de la participación en puesto de liderazgo de mujeres, compitiendo con 44% con el que cuenta Noruega. México cuenta con el 6%. No puede seguir siendo una realidad.  

Y por último recordar que el primer evento en el que el Inmujeres estaba presente como Instituto no lo tomaron en cuenta ni siquiera para ser parte de la mesa de gabinete, hoy, a 20 años, somos un eje rector de la política de igualdad entre mujeres y hombres. 

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