Los gases de efecto invernadero reciben su nombre porque, de manera semejante en que las paredes de vidrio elevan la temperatura interior de los invernaderos, conducen al aumento de la temperatura de la superficie de la tierra al interactuar con la energía que proviene del Sol. Aunque la manera de atrapar el calor de un invernadero es fundamentalmente diferente a como funcionan los gases de efecto invernadero, la analogía ha perdurado y a su efecto se le denomina efecto invernadero.

El efecto invernadero y su intensificación a causa de actividades humanas

La vida en la Tierra depende de la energía que recibe del Sol; cerca de la mitad de la luz que llega a la atmósfera del planeta pasa a través del aire y las nubes para llegar a la superficie donde se absorbe y luego se emite hacia el espacio en forma de ondas infrarrojas (calor). De este calor, el 90% es absorbido por los gases de efecto invernadero.

El efecto invernadero ocurre de manera natural en la atmósfera de la Tierra y permite que exista la vida tal y como la conocemos en el planeta; pues sin él, la temperatura promedio de la Tierra sería inferior a los –18 °C.

Sin embargo, actividades humanas como la quema de combustibles fósiles y la deforestación de los bosques y selvas intensifican el efecto invernadero natural, al incrementar las emisiones de gases de efecto invernadero y modificar con ello la composición de la atmósfera de la Tierra.

A pesar de que estos gases representan menos del 0.1% en la atmósfera del planeta, juegan un papel esencial en su sistema climático1.

La deforestación de bosques y selvas, y en general la pérdida de vegetación, contribuye al calentamiento global por dos razones: la primera es que, al degradarse la vegetación también se emiten gases de efecto invernadero; la segunda es que esa vegetación absorbe CO2 de manera natural. Por ello se le llama sumidero de CO2.

El IPCC define a los gases de efecto invernadero como el componente gaseoso de la atmósfera –ya sea de origen natural o antropogénico–, que absorbe y emite radiación en determinadas longitudes de onda del espectro de radiación infrarroja térmica emitida por la superficie de la Tierra, por la propia atmósfera y por las nubes. Esta propiedad da lugar al efecto invernadero.

Los principales gases responsables del efecto invernadero natural son:

  • El vapor de agua (H2O) producido por la evaporación del agua
  • El bióxido de carbono (CO2) generado a partir de la respiración de los seres vivos, la descomposición de la materia orgánica muerta y los incendios naturales
  • El metano (CH4) emitido por los humedales y los rumiantes durante su proceso digestivo
  • El óxido nitroso (N2O) producido por la descomposición bacteriana de la materia orgánica
  • El ozono (O3) cuando resulta de la unión natural de tres átomos de oxígeno

A partir de la era industrial, las actividades humanas han añadido una mayor cantidad de gases de efecto invernadero a la atmósfera, principalmente por la quema de combustibles fósiles y la eliminación de bosques.

Los aerosoles

Existen otras diminutas partículas en la atmósfera que también absorben la radiación del Sol, llamadas aerosoles.

Los aerosoles son partículas que entran a la atmósfera, y provienen de manera natural del desierto, de grandes erupciones volcánicas, o bien, se producen en la misma atmósfera al reaccionar con otros gases, como sucede con las partículas de sulfato. Sin embargo,  el hombre también los produce y los libera a la atmósfera mediante la quema de combustibles fósiles y los cambios de uso del suelo.

Los aerosoles, dependiendo de su composición y ubicación en la atmósfera, pueden calentar (contribuyendo al efecto invernadero) o también enfriar a la atmósfera,  reflejando o dispersando la radiación solar que llegaría a la superficie terrestre.

Los contaminantes climáticos de vida corta

Los contaminantes climáticos de vida corta (CCVC) son compuestos que permanecen por un tiempo relativamente corto en la atmósfera –desde un par de días hasta unas pocas décadas– y que tienen un efecto de calentamiento, a corto plazo, sobre el clima.

Generan millones de pérdidas anuales de toneladas de cosechas al año y producen efectos nocivos en la salud humana y la de los ecosistemas. Los principales CCVC son:

  • Carbono negro (CN)
  • Metano (CH4)
  • Ozono troposférico (O3)
  • Hidrofluorocarbonos (HFC’s)

Los contaminantes climáticos de vida corta y el calentamiento del planeta

Después del bióxido de carbono (CO2), los más importantes contribuyentes al calentamiento global actual son los contaminantes climáticos de vida corta: el metano (CH4), el carbono negro (CN) y el ozono troposférico (O3)./p>

El corto tiempo que los CCVC permanecen en la atmósfera implica que si se reducen las emisiones de estos contaminantes, sus concentraciones atmosféricas disminuirán en cuestión de semanas o años, con un efecto benéfico y notable en la temperatura global durante las décadas siguientes.

Referencias