Marta Palau, creadora de origen español y nacionalizada mexicana, está convencida que el arte es una de las herramientas más eficaces para denunciar las atrocidades que suceden en el mundo. Por ello está complacida que su exposición Tránsitos de naualli, luego de exhibirse en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México y en el Museo MACRO de Roma, Italia, llegue al Fórum Eugénio de Almeida, en la ciudad portuguesa de Évora, como parte de la celebración de los 150 años de relaciones entre México y Portugal.

Esta exposición está conformada por 31 piezas creadas por Marta Palau en los últimos 50 años. Se trata de esculturas e instalaciones seleccionadas de sus trabajos realizados con materiales orgánicos que muestran las temáticas coincidentes con las líneas de pensamiento, acción y creación de la artista.

Marta Palau es una artista plástica que nació en España en 1934. A los seis años de edad se trasladó con sus padres a México en en medio de las secuelas de la  de la Guerra Civil. Hoy día es reconocida como uno de los puntales del arte mexicano que se ha diferenciado por tener un lenguaje orgánico al utilizar hojas, semillas, ramas y diversas fibras naturales para crear obras que lo mismo hablan del pensamiento mágico que de la barbarie del ser humano.

Al haber vivido la Guerra Civil española, la parte política en la obra de Marta Palau es lógica. Nunca deja de pensar en los temas políticos que todos los días nos sorprenden con el horror. Siempre está atenta a saber qué ocurre en todo el mundo a través de los noticiarios internacionales. “Creo que el arte puede delatar el problema de las injusticias, puede señalarlas de una forma diferente, por eso toda mi obra tiene una influencia política muy fuerte”.

En entrevista vía telefónica desde Portugal, la creadora dice que en su obra todo consiste en la aparición de lo invisible. Y lo explica de la siguiente manera: "Yo uso mucho el papel amate, que está hecho de la corteza de árbol que luego trabajan los indígenas de una región. De esas mismas cortezas, cuando estás pintando, empiezan a aparecer cosas. Lo importante de la obra es lo que está detrás, lo que no se ve y va apareciendo poco a poco a medida que las vas viendo con más detalle”.

La palabra “tránsitos” en el título de la muestra hace referencia al proceso de migración y los cambios de estado entre la vida y la muerte; temas recurrentes en la producción de la artista. Mientras que “nahualli” proviene del náhuatl y significa bruja, hechicera y mujer protectora.

El investigador Jorge Reynoso, quien se encargó de la curaduría de esta exposición cuando se presentó en el Museo del Palacio de Bellas Artes, afirmó que Palau ha encontrado en la figura de la nahualli, a la hechicera, vidente y curandera que es una representación simbólica de ese poder creativo que, desde el arte, convoca a la resistencia a través del poder de la imaginación activa, reconciliando lo arcaico con lo presente.

“Todo el arte tiene que delatar la intolerancia que existe en el mundo, sobre todo en esta época. Yo procuro hablar siempre de los temas que me interesan, pero siempre de otra manera, como una especie de pensamiento mágico”, reveló Marta Palau.

Además de su amplio historial artístico -entre sus reconocimientos tiene el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2010-, Marta Palau es una activa y prestigiosa promotora cultural. Entre las actividades que ha concebido y dirigido se encuentran el Salón Michoacano de Textil en Miniatura; el Salón Internacional de Estandartes, que después se convirtió en la Bienal de Tijuana y la Muestra Internacional de Pintura Cinco Continentes y una Ciudad, con el cual puso en contacto a artistas y curadores del mundo con creadores mexicanos.

Tras la exhibición de Tránsitos de naualli en la ciudad de Évora, Marta Palau dice que hay posibilidades de que viaje para ser exhibida en España, a las ciudades de Lérida y Barcelona, lo que la pondría contenta, pues marcaría el regreso a la tierra donde nació.

Información: MAC

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