Ronnie Iván Medellín Reyes (Minatitlán, Veracruz, 1984) conjugó elementos de la novela fantástica y la crudeza del relato policial en su primera novela Dieciséis toneladas, ganadora del Premio Nacional de Novela Joven José Revueltas 2016.

El volumen editado por el Fondo Editorial Tierra Adentro entrelaza las historias de cuatro personajes: el forense Rafael, el policía ministerial Larry, el boxeador Raúl Reyes y el músico de blues Gustavo Vázquez, quienes encarnan batallas personales entre la violencia, el amor, la muerte, la salvación, el deseo y la ambición.

En entrevista, Ronnie Medellín explicó que en un inicio quiso contar en formato de cuento las historias de Gustavo y Raúl, dos personajes viejos que debaten sobre qué es amar. Pero al ver que lo que quería contar resultaba demasiado para un relato, decidió hacerlo en el género de novela, para lo cual creó los personajes de Larry y Rafael.

“Dieciséis toneladas es una novela policíaca con corte fantástico, lo que podría ser una contradicción, pero me atreví, las líneas entre la fantasía y la realidad son mínimas. Mi intención fue hacer una novela negra que rompiera de repente el género, en el que el lector dijera ¡woo, woo!, qué está pasando”, expresó el escritor radicado en San Luis Potosí desde hace más de 15 años.

El autor del libro de cuentos Asesinos accidentes explicó que Dieciséis toneladas es un chick flick de hombres que sufren por mujeres, quienes no pueden controlar sus sentimientos y al no saber qué hacer o reaccionar, terminan tomando malas decisiones.

“Yo quería con estos personajes plantear diferentes puntos de vista del amor. La novela habla de las mujeres, del amar o del odiar. Las mujeres en la novela aparecen como personajes que van y vienen, al final de cuentas, en mi propuesta, las mujeres son las que deciden”, apuntó.

Larry, hombre devastado emocionalmente, y Rafael, quien se encuentra en depresión tras ser abandonado por su novia Itzel, están a cargo de resolver una serie de asesinatos; los cadáveres no presentan rastros de violencia sólo una leve contusión en las sienes.

El rasgo que vincula a las víctimas es su pasión por la música. Las investigaciones judiciales revelan un universo delirante en el que se nombran las figuras de la muerte y el diablo, dispuestos a hacer tratos.

“Desde niño estoy obsesionado con el diablo, con la muerte, con la brujería, con la magia, con las creencias y el miedo, no el miedo en términos negativos sino el miedo como el transporte de la unión de diferentes partes.

“En Dieciséis toneladas no importa que hable del diablo, no importa que hable de la muerte, siempre el diablo y la muerte son ecuánimes porque a los ojos de los humanos, al no poder manejar el deseo o el amor, terminamos haciendo tontería y media, entonces no importa si le vendes el alma a quien se la tengas que vender”, comentó el licenciado en Antropología por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

A lo largo de la novela se hacen referencias musicales, destacando el género del blues. “La música siempre está presente en todo lo que escribo. Puedo decir que escribí la novela escuchando Dieciséis toneladas en la voz de Alberto Vázquez, una de las canciones favoritas de mi madre.

“Me gusta el contexto que tiene y lo que dice, de venderle el alma al jefe de la fábrica. Todas las canciones que aparecen en el texto en el género del blues tienen dos temáticas: hablan del diablo, de vender tu alma al jefe o a la idea de tener un día muy malo. Escogí el blues como hilo conductor en la novela porque me parece una música completa”, apuntó.

Sobre su función como escritor, Ronnie Medellín señala que su intención no es decepcionar ni aburrir al lector. “Mi objetivo es que no suelte el libro en las primeras 50 páginas. No tiene sentido escribir si no hay lectores. Yo soy de los que creen que la escritura antes que todo es un oficio y hay que trabajarlo”.

El autor del libro de cuentos Instantes de muerte, considera que su primera novela será disfrutada en su lectura por jóvenes y adultos contemporáneos, por ese lector con un bagaje de ciencia ficción, horror, y género policiaco. “El lector se va a conectar. Ahora me concentro en que los jóvenes lo lean porque creo que es un libro ágil para ellos”, puntualizó.

Ronnie Medellín se inició como escritor creando cuentos pero se prometió no regresar a ese género. “Me encanta, pero siento que a veces se tienen grandes ideas que se tienen que reducir y eso me frustra. A raíz de la publicación de Dieciséis toneladas tengo ganas de escribir más.

“Escribir novelas ahora me llena mucho, principalmente por la psique o los personajes. Algo que siempre me ha gustado en las historias es que no sólo te cuenten una aventura o una historia, sino que veas cómo sufren, cómo ríen, como odian, me gusta dedicarles páginas. Me he acostumbrado muy bien a la novela”, aseveró.

Dieciséis toneladas de Ronnie Medellín, propuesta literaria con un lenguaje fresco y arriesgado, puede adquirirse en la red de librerías Educal.

Información: DAF

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