El documental La piedra ausente (2012), de Jesse Lerner y Sandra Rozental, recupera para la historia el traslado del monolito prehispánico dedicado a la deidad del agua y la fertilización, Tláloc, del poblado de San Miguel Coatlinchán, Texcoco, Estado de México, a la Ciudad de México, al Museo Nacional de Antopología. La película se estrenará este viernes 13 de diciembre en la Cineteca Nacional.

Se trata de un trabajo de investigación producto de los estudios doctorales de la también antropóloga Sandra Rozental, el cual realizó a lo largo de 10 años respecto a la comunidad de San Miguel Coatlinchán, y cómo la población reaccionó ante la extracción de la gran escultura del dios del agua Tláloc, considerada símbolo de identidad para la comunidad.

En 1964, con motivo de la conformación del acervo para el Museo Nacional de Antropología, las autoridades decidieron que el monolito de la deidad debía ser trasladado a la Ciudad de México, lo cual generó un descontento social en la población del poblado y que motivó incluso enfrentamientos con el Ejército. 

Sin señalar culpables ni víctimas, como lo precisó Sandra Rozental durante una sesión de preguntas y respuesta en la Cineteca, y a través de entrevistas con los pobladores de la zona, antropólogos, y materiales recuperados con declaraciones de los ingenieros, arquitectos y autoridades de la época, los realizadores buscan que el espectador tome conciencia respecto a cómo los mexicanos en general valoran su patrimonio. La situación que se plantea es cómo, a partir de que la escultura fue removida, los pobladores de San Miguel Coatlinchán la revaloraron.

Este material contiene también fragmentos de animación mediante la cual Sandra Rozental y Jesse Lerner buscan, de manera irónica, retratar el tema de la comercialización de la cultura y el despojo de la identidad, las tradiciones y la cultura de un pueblo.

El filme es un trabajo que en sí mismo es de gran valor documental e histórico, pues recupera materiales audiovisuales de los años sesenta que se encontraban bajo el resguardo de televisoras que cubrieron el evento, así como materiales del propio arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, quien fue un actor importante de este episodio, pues a él pertenece el diseño del Museo Nacional de Antropología.

Además se incluyen imágenes de archivos y fotografías en poder de los pobladores sobre el monumento, y de un cómic social que recrea todo este proceso y que, hasta antes de este trabajo fílmico, era el documento más completo respecto a este suceso de la historia nacional.

Además de un regreso al pasado, este material ilustra cómo a partir de una historia pueden surgir diversas versiones y formas de contarlo, pues tanto los pobladores como los especialistas, tienen visiones distintas de cómo sucedieron las cosas y hoy día es difícil saber qué fue lo que sucedió exactamente, señaló la realizadora.

Sin embargo, una de las intenciones de este documental es que el público tenga una opinión y visión propias respecto al tema del patrimonio y el valor que le damos al mismo, señaló la antropóloga.

Luego de su reconocimiento en Festivales de Cine como el de Morelia y Guanajuato y exitosas proyecciones en países como Estados Unidos, Colombia, Costa Rica, Guatemala y Cuba, este documental busca repetir su éxito en las salas del complejo cinematográfico de Conaculta, en donde permanecerá en cartelera durante las próximas semanas.

Información: NAM

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